Los mártires

Vicente Lorenzo

Nadie os comprende, pobrecitos

sufrís en silencio el amor

–como las hemorroides– pero con glamur,

y la alegría de otro

cae sobre ti como una losa.

Pero tanto dolor tuvo su recompensa

y ahora la dicha desnuda

os contempla en vuestro paraíso

de soledad. Y si te he visto

no me acuerdo, desdicha.

Una pasión con tintes destructivos:

A todo y a todos me llevo por delante

sin importarme lo más mínimo

Curiosa forma de enamorarse,

curiosa y cobarde, con lo fácil que era hablar…