sábado, 17 de septiembre de 2011
La muerte de Uri Blanck. Claudio Ramírez.
Según su esposa, el pobre Uri no tenía la culpa de su comportamiento. La bebida le sentaba mal y solo bebía cuando se encontraba mal. Cuando se sentía mal bebía, y lo que bebía le sentaba mal. Un extraño círculo visicoso del vicio de la bebida y del odio machista.
Despues de desangrarse, Uri estuvo tirado en aquel sombrío callejón del barrio chino hasta las diez de la mañana. No es que nadie hubiera visto el cuerpo antes. Que lo vió mucha gente. Trasnochadores, borrachos, yonkis y puteros esquivaron su miserable cuerpo hasta que salió el sol. Ninguno de estos tenía intención de complicarse la vida con la policía denunciando una muerte en la que no habían tenido nada que ver. A media mañana, el trasiego de los operarios de limpieza dejó su cuerpo oculto tras el contenedor de basura de un bar cercano. Fue precisamente un vagabundo, que rebuscando en el contenedor algo con lo que desayunar, quien tropezó con el cadáver de Uri. Fue este vagabundo el que avisó a un policía que se encontró patrullando en una plaza cercana.
Hasta el mediodía hubo un discreto trasiego de policías, juez, forense y curiosos. Y hasta las dos de la tarde, permaneció el callejón cerrado y acordonado por la policía. A partir de esa hora, el único rastro que quedó de Uri fue un gran charco de sangre que se mezclaba con los orines, los vómitos y el alcohol derramado por el callejón. Yo fui el último que abandonó el lugar. Contemplaba la escena sentado en la mesa de una terraza cercana, mientras bebía una cerveza despues de otra, en memoria del difunto Uri. No es que lo apreciara en demasía, pero habíamos coincidido en varios palos, antes de que su continua afición a la bebida me aconsejara pasar de él. Habíamos compartido la camaradería que otorga una botella de vino barato, me había abierto su corazón adormecido por la bebida, contándome cuanto amaba y quería a su esposa. Para después, al llegar a casa, molerla a palos. Era un perfecto hijo de puta.
Uri iba sin documentar, por lo que identificar su cadáver no fue tarea fácil. Aunque muchos policías le conocían por su pasado de ratero de tres al cuarto, era necesaria una comprobación oficial. La verificación de sus huellas dactilares tardó casi cinco días. Además, el domicilio de su familia no constaba por ningún lado.
Su hija se sintió aliviada la primera noche que Uri no llegó a casa, los siguientes días, el alivio se transformó en una especie de amarga alegría, que conforme pasaba el tiempo se volvía cada vez más dulce. Sin embargo, su esposa echaba de menos sus caricias. Algo bruscas, según ella misma había comentado a sus amistades, cuando exhibía un ojo morado o algún vendaje nuevo. Al segundo día ya lo había estado buscando por los antros que su amado esposo frecuentaba y al cuarto ya lo buscaba por los hospitales de las cercanías.
A pesar de que ya había sido identificado oficialmente una semana después de que Uri amaneciera desangrado, su familia no sabía nada de su muerte. El peregrinar de la viuda por los hospitales y residencias de la ciudad, ablandó mi corazón. Hice una llamada anónima al domicilio de la familia del difunto Uri y le puse en antecedentes de su localización actual: la morgue del anatómico forense.
Al entierro de Uri no fue mucha gente. Si quitamos al personal de la funeraria y del cementerio, no llegaban a cinco personas. La viuda consolada por dos vecinas, un inspector de policía y un desconocido que parecía estar pasando un rato muy divertido. Yo espiaba desde la lejanía, al igual que otros muchos. Que asistían al entierro no por solidaridad con el muerto, ya que cualquiera de ellos hubiera podido ser el autor de la puñalada. La gran mayoría eran acreedores de las innumerables deudas por préstamos impagados o de juego ilegal que acumuló Uri a lo largo de su desgraciada vida; víctimas de sus timos o de sus robos, etc.
Allí nos encontrábamos todos lamentando sus pérdidas. La viuda, la pérdida de su querido pero no obstante cabronazo esposo. Los deudores, lamentando la pérdida del dinero adeudado, yo mismo daba por perdidos más de cuatro mil euros que le había ganado a Uri en una timba de póker, cuatro meses atrás. Y que después de muchas promesas de pago, nunca llegó a saldar la deuda. Pero sobre todo el pobre Uri, el más perjudicado, que murió apuñalado por una deuda de póker, de una timba que perdió cuatro meses atrás, que solo pudo saldar con su vida.
Airless.
Airless comienza en enero de 2002 , y no tardan en ser fichados por la compañia Vinny Records . El disco debut de la banda salió a la venta en junio de
ese año también , llamado "AIRLESS" , producido por Carlos Creador, el cual fue distribuido por todo el mundo , y en Japón lo editó Mellow Music.
Este disco fué presentado en sociedad en la madrileña sala Ritmo y Compás . Airless formó parte de un doble CD recopilatorio , "Singing to the World"editado por la compañia Frontiers , en memoria de las personas fallecidas en el atentado de las torres gemelas . en este doble CD también participaron gente como Jason Becker ,Tesla , Bonie Tyler , Doro Pesch , Paul Gilbert , Paul Nelson , Kone Roberts etc... Este CD fué distribuido en todo el mundo. Su segundo disco "2nd Round" , de nuevo producido por Carlos Creador , y editado esta vez por la compañia finlandesa Lion Music , repitiendo en Japón con Mellow Music . Con 2nd Round giraron y compartieron escenario con bandas de renombre como Riot , Tyketto , Dare y más bandas de renombre . A finales de 2008 , se edita el tercer trabajo de Airless titulado "Fight" , que recibe muy buenas criticas de publico y prensa especializada.Está previsto que su nuevo trabajo , aún sin titulo , se edite en 2011 . Sus influencias van desde Harem Scarem a Whitesnake , como también Van Halem, Mr Big y Fate .
(Remitido por Orlando).
viernes, 16 de septiembre de 2011
¡Por fin….!
jueves, 15 de septiembre de 2011
Nos sincronizamos. 28:30 am. Mensajes oculares.
Taladras mi piel al ritmo de un tambor.
Retumban tus labios en mi escepticismo
¿Cómo he recibido tus cartas, si nunca me las mandaste? Pero llevan tu sello y tu olor.
Traes un mensaje de esperanza o eso creo yo. Pero siento dolor.
Damos la espalda al vacío y hablamos, mientras nuestras manos buscan el abismo.
Te pregunto porque has venido y te afliges entre mis muslos. Un soplo de aire envenenado pasa entre nosotros.
Sed insatisfecha, envuelta en tú perfume. Y te alejas.
Ya no hay primaveras a quien acudir. Todas las estaciones pasan de largo
Y tus pasos parecen mil adioses.Me acerco sigilosa.
Oigo un susurro anestesiado: Espérame que aún no he llegado
…………..................................…Y unas gotas de alegría brotan de mis ojos.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
del amor que no he esculpido
El tiempo nada, perdido en su memoria
El viento, sigue alejando las palabras ahogadas.
Más allá de la vida, vida sin conciencia
Sangre derramada sobre una balanza
No hay reclamo, solo hemorragia mental
Espera que se ignora y se entrega.
Desazón de un trébol sin hojas
El silencio reposa en una hamaca
Ya no hay signos a quien interrogar
Boomerang de mi existencia
El tiempo y el viento de mí se han burlado……………….
martes, 13 de septiembre de 2011
La sonrisa
Los primeros días iba y venía por los pasillos y se hablaba de la nueva directiva, del papeleo que tenían que realizar, y entre tanto vestido bonito él seguía con la historia que arrastraba hacía unos meses, la montaña rusa de hormonas tuvo un desenlace desafortunado para sus intereses. Después de unos días muertos, deambulando por los desiertos fue encontrando pequeños oasis. El lunes 5 estaba sentado con dos de sus compañeros de trabajo y llegó aquella mujer en todo su esplendor, los saludó y el recibió una mirada de ella muy extensa, se sorprendió bastante, pero se fijó en sus preciosos ojos verdes, ella hablaba con destellos, estuvo unos minutos hipnotizado. Luego volvió la rutina y no se la cruzó más hasta las 13,00 dentro de una habitación donde varias compañeras trabajaban y él también, apareció ella por allí y el intentó varias veces buscarla con la mirada pero habían demasiadas pupilas sobre sus hombros. A las 14,00 cuando salió de su trabajo, caminaba solo y la vio subir las escaleras, venía preciosa con una falda corta, él la miró y ella le respondió con un agradable saludo, con una extensa sonrisa y un guiño del ojo…El casi se tropieza y se cae por los peldaños…Llegó a su casa un poco magnetizado por aquello…Por la tarde no sabía si agarrarse a aquella sonrisa para caminar aquellos días. El martes 6, la vio desde que llegó al trabajo pero ella estaba atareada con sus labores y apenas pudieron intercambiar nada.
Después, el ajetreo de la presentación de los alumnos, muchas niñas monas, muchas madres, padres y buen ambiente.
En uno de sus recorridos en los cuales iba un poco despistado por tanto barullo se volvió a cruzar con aquellos ojos verdes, y ella volvió a mirarle y volver a echarla una gran sonrisa…
Luego llegaría la presentación de sus alumnas, todas muy simpáticas y agradables…Uno de los alumnos de segundo le dio un abrazo…Sonrisas, buen rollo, y al día siguiente comienzo de las clases…
¿Se repetirá esa sonrisa…?
Innombrables
Innombrables
Y se me hacen innombrables los días
junto a tanta eternidad
que no caduca
sentado en el banco de este parque
acicaladas de ir y venir
las hojas marchitas
me enredan tu nombre
ociosas al viento
que imita con delicadeza tus gemidos.
Y no dejo de pensar,
de arrimar montañas de aromas
tatuados en mis manos
después de abrazarte fugazmente
con la timidez como sello
de tantas horas perdidas
soñándole a la almohada
sus sueños...
todos sus sueños.
Cuando cae el sol
y ya me invita a dejar este rincón
donde a solas murmuro;
"si estuvieras aquí".
Donde tantas noches he pasado
desde la comodidad de mi alcoba
añorando que tus suspiros
resoplaran en mi nuca desnuda.
Satori. Verano 2011
lunes, 12 de septiembre de 2011
El ogro
Con una educación así aprendes obedecer,
a no preguntar( porque no te van a decir nada ), a tener un horario riguroso, no discutir con los hermanos, no hablar en la mesa, comertelo todo sin rechistar.....Aprendes a mentir.
Pero desde muy pequeña supe que papá era un ogro. Lo recuerdo perfectamente.Era en casa de mi abuelo, nacimos en ella rodeados de abuelos, tios y primos.Yo estaba en el suelo sentada jugando con un tenedor y le miraba.De repente se fijó en mi y sin mediar palabra me dió un bofetón.Mi mamá preguntó qué pasaba y él le dijo " me ha enseñado la lengua ".
Le dí mi corazón y las riendas de mi vida.Volví a sentir el dolor en mi corazón, a perderme por él, a amarle sin ser correspondida de la misma manera. A sentirme tan sola e incapaz de dar un paso sin él. Pero nunca me acostumbré a que me gritara, a sus desmanes, a obviarme porque para él yo solo era una extensión de su cuerpo.
Con el tiempo me dí cuenta de a quíenes nos parecíamos, y la similitud no era descabellada. Total ya lo había visto en casa de mis papas.
El era un ogro y yo su mujer,la ogresa. Fuí totalmente anulada, dejé de pensar por mi misma ya lo hacía otro por mí.
EL VIAJE AL AMOR de Eduard Punset
Tercero. Las investigaciones más recientes corroboran la sospecha de que estos circuitos neuronales del amor existen. Haciendo el amor se segrega oxitocina, que juega un papel fundamental en la conducta sexual, ya que está presente en todas sus fases: en el enamoramiento, en el posparto y en la lactancia. La leche contiene niveles altos de oxitocina y prolactina, que facilitan el vínculo entre la madre y el recién nacido. Los niveles de oxitocina se disparan en los enamorados y la segregan tanto los hombres como las mujeres al copular. En los primeros, se supone que facilita el transporte de los espermatozoides en la eyaculación. En ambos —tal vez por ello sea la más espiritual de las sustancias químicas, a pesar de estar involucrada en las tareas terrenales de la reproducción sexual— sustenta la fidelidad y la creación de vínculos afectivos en la pareja.
Junto con la vasopresina, ese péptido es un transmisor neurobiológico clave para el amor y la consolidación de la pareja. Según Tobias Esch y George B. Stefano, la vasopresina podría ser responsable del rechazo o la agresión tras la cópula, que algunos identifican con el acto sexual consumado sin vínculo afectivo. Pero la oxitocina actuaría de forma más contundente que la vasopresina.
La testosterona que, en el caso del amor, se comporta de manera diferente según los sexos, constituye un enigma. En el hombre enamorado disminuye, mientras que en las mujeres aumenta. A falta de una explicación científica, el lector le perdonará al autor si agarra por los pelos este dato y lo enarbola —como la pancarta de Raquel en el estadio de fútbol— como prueba concluyente del concepto de fusión entre dos seres que se ha manejado a lo largo del libro. Enamorarse equivale a querer fusionarse con el otro, a borrar las barreras físicas y de género, a igualar a los enamorados reduciendo rasgos típicamente masculinos en el hombre y aumentándolos en la mujer, incluyendo, claro está, un estilo más extrovertido y agresivo, característico de niveles específicos de testosterona.
En cuanto a la dopamina, es fundamental en la biología del amor, particularmente en lo que se refiere a los mecanismos de señalización y placer. Estudios realizados sobre animales indican que la elevada actividad de las neuronas vinculada a la dopamina podría desempeñar un papel determinante en la elección de pareja de los mamíferos. Cuando un ratón de la pradera hembra se aparea con un macho, desarrolla una marcada preferencia por ese macho, y cuando se le inyecta dopamina empieza a mostrar preferencia por el macho que estuviese presente en el momento del experimento, aunque no fuese su pareja.
La serotonina, por el contrario, encabeza la lista de las sustancias que modelan el desamor. Todo empezó en 1999, cuando Donatella Marazziti, psiquiatra de la Universidad de Pisa, empezó a indagar si existían razones bioquímicas para el llamado trastorno obsesivo compulsivo (TOC). El principal sospechoso era la serotonina, un neurotransmisor que tiene un efecto sedante sobre el cerebro. La falta de serotonina se ha relacionado con la agresividad, la depresión y la ansiedad. Las drogas de la familia del Prozac combaten estos estados elevando los niveles de serotonina en el cerebro. Así que Marazziti decidió comprobar los niveles de serotonina en el cerebro de las personas que padecían dicho trastorno.
Por métodos indirectos pero fiables se pudo comprobar que los niveles de serotonina eran inusualmente bajos en aquellas personas con trastorno obsesivo compulsivo. Pero de paso Marazziti comprobó algo sorprendente: estos pacientes tenían pensamientos obsesivos similares a los de las personas enamoradas. Tanto estos pacientes como los individuos enamorados pueden estar horas y horas ensimismados con un objeto o persona dados. Ambos grupos incluso pueden ser conscientes de que sus obsesiones son algo irracionales, pero no pueden liberarse de ellas. Así que Marazziti se preguntó si también disminuían abruptamente los niveles de serotonina de los enamorados.
Al explicar esos hallazgos, la divulgadora científica estadounidense Kathryn S. Brown recuerda que, para comprobarlos, Marazziti y su equipo se pusieron a la caza y captura del amor a través de estudiantes —chicos y chicas— de la facultad de medicina de la Universidad de Pisa que se hubieran enamorado en los últimos seis meses; se eligieron personas obsesionadas con su amor al menos cuatro horas al día, pero que no hubiesen mantenido aún relaciones sexuales con la persona amada. Se buscaban Romeos y Julietas con una pasión espontánea, sin las interferencias propias de las tormentas hormonales sexuales ni el sosiego del paso del tiempo. El equipo investigador también reclutó a veinte personas adicionales con diagnóstico de trastorno obsesivo compulsivo y otras veinte que ni estaban enamoradas ni sufrían trastornos psiquiátricos.
Las conclusiones del experimento confirmaron las sospechas iniciales: los estudiantes «normales» tenían niveles habituales de serotonina, mientras que los otros dos grupos —los que padecían trastornos obsesivos compulsivos y los que estaban enamorados— tenían niveles más bajos hasta en un 40 %.
Para confirmar su intuición de que los niveles de serotonina sólo se desploman durante las primeras fases del amor, y no después, los investigadores sometieron a seis de los estudiantes a las mismas pruebas un año después del inicio del estudio. Comprobaron, efectivamente, que los niveles de serotonina habían vuelto a la normalidad, y que un afecto más sutil hacia la pareja había reemplazado sus primeros sentimientos.
Las personas enamoradas arrojan índices de Cortisol más elevados, reflejando así el estrés que producen los estímulos asociados a los inicios de una relación sentimental. Hace falta un nivel moderado de estrés para iniciar una relación. El amor es un arma de doble filo. Enamorarse y ser correspondido nos hace sentir bien, eufóricos, obsesionados con la persona amada. A veces puede dar la impresión de que es un estado idéntico a las conductas obsesivas. La diferencia está en que, en estas últimas, la obsesión se concentra en alteraciones de conducta, mientras que enamorarse cambia, sobre todo, el pensamiento: sólo se piensa en la persona amada.
Lo que ocurre con la serotonina es intrigante porque es una hormona del placer. Pero la primera fase del amor no suele suscitar la calma mental propia de la serotonina. Un buen encuentro genera ansiedad porque, aunque se pueda empezar a estar enamorado y postergar la aversión a los extraños, de entrada tampoco se quiere experimentar ese amor en particular.
¿Qué lector de sexo masculino no ha experimentado la frustración que causan las reticencias y los aplazamientos consecutivos —la promesa de otra cena dentro de una semana, o de tomar un café pasado mañana— de la hembra potencialmente enamorada? Esta actitud femenina que rebota en la mente del seductor tiene claros perfiles genéticos; se trata de la precaución lógica de quien tiene más que perder en una inversión parental precipitada, del papel activador de un grado moderado de incertidumbre en el circuito cerebral de recompensa y, con toda probabilidad, de la mayor componente mental que biológica en la libido femenina.
Según Bartels, resulta útil recordar que las regiones cerebrales ricas en oxitocina y vasopresina, las hormonas del amor, se superponen con fuerza sobre aquellas ricas en dopamina, el neurotransmisor tradicionalmente asociado con el circuito de recompensa del cerebro. Se ha sugerido que las preferencias mostradas por una pareja dada, a largo plazo, se deben a los circuitos de la vasopresina que, de alguna manera, conectan con los circuitos de la dopamina, por lo que un animal asociará a una determinada pareja con una sensación de recompensa. En aquellas regiones del cerebro de los mamíferos monógamos ricas en dopamina, los llamados receptores V1 de la vasopresina son más abundantes que en los mamíferos promiscuos. Su elevado nivel podría ser la causa o una de las causas evolutivas que propiciaron la conexión entre circuitos. Como subraya Bartels, «creo que empieza a concretarse que el mecanismo afectivo de preferencias utiliza el circuito de la dopamina para que las experiencias de apego sean satisfactorias».
Las zonas que coinciden, incluyendo las áreas de oxitocina y vasopresina, representan claramente un «sistema de apego básico», con lo que, en los humanos, a esas zonas se las podría calificar de «sustrato neuronal del amor puro». El azar quiso que se unificaran los circuitos para identificar a la pareja elegida con los del placer y de ahí naciera el amor irresistible.
Por tanto, la fase temprana del amor se asemeja a una montaña rusa hormonal, con subidas y bajadas bruscas que inducen los distintos estados necesarios para que una buena relación pueda estabilizarse más adelante. ¿Quién no se reconoce en una situación como ésta, característica del flechazo improvisado? Es algo químico y repentino, pero que ya tiene todo el potencial del amor absoluto. No es el momento adecuado para la calma. Bajan los niveles de serotonina. Simultáneamente, surge un rechazo a dejarse arrastrar inmediatamente por estímulos nuevos que trastocan compromisos ya adquiridos. Sube la concentración de vasopresina. ¿Quién gana o pierde la partida? Tiene más posibilidades de ganar aquel de los dos en la pareja que sea consciente de cabalgar en una montaña rusa y sepa esperar a que suene el silbato del final de esta vuelta. Para reiniciar el camino después de la tormenta hormonal.