Desde que me subí al barco el día 15 de agosto hasta hoy el destino me ha guiñado el ojo varias veces y se burla de mí como la canción del grupo tinerfeño Palmera. Como una pesadilla se ha ido sucediendo una serie de acontecimientos y estoy perplejo. Quizás en otro momento de mi vida ni me había enterado de la mala racha. Pero como apunta el libro “Sincrodestino” de Deep Chopra hay que estar atento a las señales…
Los amigos se han escondido bajo la alfombras. Si en Arucas estuve bajo el ala de la amistad, por las tierras conejeras todos han corrido como liebres cuando comienza la cacería. Como se dice, me han crecido los enanos en este final de mes de agosto…Pero…Hay que seguir… Todavía me quedan amigos en la recámara. Tengo uno que ha corrido peor suerte que yo y juntos charlamos todas las tardes antes de irme a hacer un poco de footing. De repente, una amiga se ha transformado en mi confidente y psicóloga, lo extraño de todo esto es que esa no era mi intención ni creo que la suya.
Algunos de los problemas que tengo, no está la solución en mis manos. He recurrido a otras personas para solicitar su ayuda, soy de los que cumplo con mi discurso, pero muy educadamente también me dijeron que no podían hacer nada ante la situación…He seguido vagando, esperando a ver si la ruleta de la fortuna se inclinaba a mi favor. Esperando que mis amigos/as lleguen de vacaciones, me llamen por teléfono y los que se escondieron salgan de su madriguera.
¿Qué pieza moverá la próxima vez el destino…?
No sé, ya me siento como una marioneta…Por momentos siento los hilos sobre o dentro de mí. Y quizás dejarme manipular o alienar un poco más es mi sino en este momento. Ya llegará el instante en que tenga claro que cuerdas cortar, y que camino tomar…
Después de escribir lo anterior me fui a oxigenar haciendo footing bajo un espléndido sol, mi mente dio un giro más, tuve una intuición o iluminación y moví nuevas piezas en estar partida de la vida. Fue una apertura más de mi mente. Un inclinarme ante la adversidad y saber aceptarlo sin más. Reconocer el punto de vista de los demás, aunque no estés de acuerdo, pero sí de esta forma ayudas, si así cambias un poco el desatino. Bien venido sea el pedí perdón. Ahora a esperar la siguiente jugada de los otros jugadores.