Pues sí. Me he aprovechado estas dos noches de la “fiesta el cine” y he visto un par de pelis que no es que quisiera ver con ansia, pero bueno, así he salido un poco del dvd y del sonido screener para ver un par de estrenos. A decir verdad, la cartelera tampoco invitaba a esperar estos tres días como un gran acontecimiento.
El domingo me decidí por “Ángeles y demonios”, otro intento por conseguir que las novelas de Dan Brown sean igual de rentables y aceptables en pantalla grande ¡No!, por segunda vez, señor Howard: no lo vuelva a intentar. Si las novelas, es indiscutible, que como thriller están pasables (amén de que si se leen con actitud de intelectual gafapasta son una mierda desinformada, burda e inexacta) y tienen una lectura, en cine pueden llegar a sonrojar. Sufrí con el “Código Da Vinci”: demasiada información, mal uso digital y un viaje por las calles parisinas que parecía el chiste de los viajes organizados de Gila. Terminé agotado. Este segundo intento es más sosegado. También la trama de es más simple: encontrar a “los cuatro pilares” entre las más de mil iglesias de Roma con la hora en el culo y salvar al Vaticano de la vendetta Illuminati. El Vaticano (en la peli es así; ya sé que en la novela no, pero que mas da… se alteran muchas cosas) solicita los servicios y la sapiencia del ínclito Robert Langdon (a ver; si este hombre sabe que va a estar corriendo las dos horas del film, por qué no se calza unas buenas playeras y se quita el traje y la corbata…ay, alma de cántaro) que se ve acompañado por una atractiva científica con la que recorre Roma descifrando códigos, analizando al milímetro estatuas y buscando a Bernini desesperadamente. Ya está. Entretenida, buen escaparate para presentar un nuevo modelo de Lancia que corre como una exhalación por los adoquines, y la enésima prueba de que a los bestsllers, aunque se omita el cincuenta por ciento de su historia, funciona igualmente. Para el que haya leído novela, comentar que el “milagro” del Camarlengo paracaidista en la peli es un espectáculo de efectos digitales. No se asusten.
Ayer por la noche, antes de cenar, me pasé por El Muelle y volví a malelegir entre la escasa oferta digna de ser vista. “Coco Chanel”; venga, algo de la historia de esta mujer atemporal y rebelde y un mucho de moda. La historia arranca muy bien: la huerfanita Gabrielle (después Coco) entrando en un orfanato con su hermana y su juventud como mala bailarina y peor cantante de cabaret para ganarse la vida. Pero Gabrielle (de ahora en adelante Coco) es muy rebelde y no está dispuesta a ser ni la esclava ni el pasatiempo de ningún millonario que le quiera sobar el culo. En su sueño por ir a Paris, se va a vivir al castillo de un excéntrico rico, donde entra en contacto con la alta y díscola burguesía francesa, que enloquece con sus sombreros y con sus cortes “desencorsetados”. Si bien es una película ideal para echar una cabezadita, no está exenta de buenos momentos de belleza visual y una trabajada dirección artística: el vestuario, los paisajes y la ambientación de principios del siglo XX. Pero si bien, conocemos durante casi dos horas a la pequeña Gabrielle, después rebelde y poco convencional Coco… desconocemos por completo quién fue Coco Chanel, cómo despegó su empresa y se convirtió en el imperio que casi cien años después sigue firme y siendo referente para el mundo “fashion”. Coco empieza, ya instalada en París después de casi 100 minutos de metraje, a cortar trajes sastres femeninos, después en un desfile bastante envejecida y Fin. Lo mejor, sin duda, Audrey Tautou. Elegante, comedida y muy creíble.
El domingo me decidí por “Ángeles y demonios”, otro intento por conseguir que las novelas de Dan Brown sean igual de rentables y aceptables en pantalla grande ¡No!, por segunda vez, señor Howard: no lo vuelva a intentar. Si las novelas, es indiscutible, que como thriller están pasables (amén de que si se leen con actitud de intelectual gafapasta son una mierda desinformada, burda e inexacta) y tienen una lectura, en cine pueden llegar a sonrojar. Sufrí con el “Código Da Vinci”: demasiada información, mal uso digital y un viaje por las calles parisinas que parecía el chiste de los viajes organizados de Gila. Terminé agotado. Este segundo intento es más sosegado. También la trama de es más simple: encontrar a “los cuatro pilares” entre las más de mil iglesias de Roma con la hora en el culo y salvar al Vaticano de la vendetta Illuminati. El Vaticano (en la peli es así; ya sé que en la novela no, pero que mas da… se alteran muchas cosas) solicita los servicios y la sapiencia del ínclito Robert Langdon (a ver; si este hombre sabe que va a estar corriendo las dos horas del film, por qué no se calza unas buenas playeras y se quita el traje y la corbata…ay, alma de cántaro) que se ve acompañado por una atractiva científica con la que recorre Roma descifrando códigos, analizando al milímetro estatuas y buscando a Bernini desesperadamente. Ya está. Entretenida, buen escaparate para presentar un nuevo modelo de Lancia que corre como una exhalación por los adoquines, y la enésima prueba de que a los bestsllers, aunque se omita el cincuenta por ciento de su historia, funciona igualmente. Para el que haya leído novela, comentar que el “milagro” del Camarlengo paracaidista en la peli es un espectáculo de efectos digitales. No se asusten.
Ayer por la noche, antes de cenar, me pasé por El Muelle y volví a malelegir entre la escasa oferta digna de ser vista. “Coco Chanel”; venga, algo de la historia de esta mujer atemporal y rebelde y un mucho de moda. La historia arranca muy bien: la huerfanita Gabrielle (después Coco) entrando en un orfanato con su hermana y su juventud como mala bailarina y peor cantante de cabaret para ganarse la vida. Pero Gabrielle (de ahora en adelante Coco) es muy rebelde y no está dispuesta a ser ni la esclava ni el pasatiempo de ningún millonario que le quiera sobar el culo. En su sueño por ir a Paris, se va a vivir al castillo de un excéntrico rico, donde entra en contacto con la alta y díscola burguesía francesa, que enloquece con sus sombreros y con sus cortes “desencorsetados”. Si bien es una película ideal para echar una cabezadita, no está exenta de buenos momentos de belleza visual y una trabajada dirección artística: el vestuario, los paisajes y la ambientación de principios del siglo XX. Pero si bien, conocemos durante casi dos horas a la pequeña Gabrielle, después rebelde y poco convencional Coco… desconocemos por completo quién fue Coco Chanel, cómo despegó su empresa y se convirtió en el imperio que casi cien años después sigue firme y siendo referente para el mundo “fashion”. Coco empieza, ya instalada en París después de casi 100 minutos de metraje, a cortar trajes sastres femeninos, después en un desfile bastante envejecida y Fin. Lo mejor, sin duda, Audrey Tautou. Elegante, comedida y muy creíble.
Esta noche veré una española, “7 minutos”. Para el que no se haya enterado, tenemos nuevo presidente de la Academia de Cine española. El elegido para conseguir que el espectador frecuente el cine español o al menos vea alguna peli realizada en gran parte con sus impuestos, es Alex de la Iglesia. Espero que cambie el discurso que hasta ahora han venido manteniendo sus homónimos y deje de echar culpas al espectador por preferir los Blockbuster yankis a las “sesudas” historias españolas. Es hora de que se den cuenta de que (y lo afirmo porque veo mucho cine español; el año pasado me tragué mas de la mitad de las que optaban a los Goyas, incluyendo las cuatro grandes, y yo hubiera declarado el Goya a la mejor película desierto) al año, en España, se realizan poquísimas películas de nivel aceptable, y que si no es por el tirón de Almodóvar, Amenábar o el mismo de la Iglesia, las salas en la que proyectan alguna peli española estarían tan vacías como una iglesia entre semana. Es hora de la autocrítica, señores míos. El año pasado se benefició la industria española de que el film de Woody Allen y “Ché” se rodaron con parte de presupuesto español… y aún así bajó el número de espectadores con respecto al anterior.
R.M.V.
4 comentarios:
Hará un mes que vi "Angeles y Demonios" en el cine. A mí me suelen gustar este tipo de historias... historias que nunca volveré a leer. El libro lo leí después del fenómeno Da Vinci. Me lo dejaron, no lo compré. Menos mal...
Sabrán que este libro se publicó después del dichoso Código Da Vinci, pero no se escribió después. Lo que pasa es que Dan Brown vendió lo que no está escrito y aprovechando el éxito le publicaron "Angeles y Demonios".
Sigo diciendo que Tom Hanks es demasiado buen actor para estas películas, pero le habrán pagado... lo que no se ha visto.
El final del libro y el final de la peli fue lo que más me tocó las narices. Lo más que me gustó, por supuesto, el ambiente romano. Invita a visitarla y a vivirla.
Coco Chanel no la he visto pero es como tantas películas ambientadas en otras épocas. La tecnología hace maravillas y la verdad es que consiguen retroceder en el tiempo. Lo malo, muchas veces, es que el argumento deja mucho que desear. Creo que suelen tapar mucho las carencias argumentales con hermosos trajes y decorados carísimos.
la pelicula del Gudi Alen y la del Che, dos mierdas pinchás en un palo. Ni con coproducciones somos capaces de hacer una pelicula medianamente decente.
De acuerdo contigo, Karnak en que "Vicky Cristina Barcelona" es, de largo, lo peor de Woody.Parece un reportaje de Lonely Planet por Barcelona (y Oviedo).Guión flojito y el doblaje de Javier Bardem infumable. "Ché. El argentino" me gustó a medias. Aunque lo verdaderamente bueno de la peli es Benicio del Toro. "Ché.Guerrilla" es mejor, no tiene el estilo documental de la primera parte.
Por cierto. El otro día vi en "la feria" un comic/historia gráfica del Che; de Spain Rodríguez. Tenía muy buena pinta pero sobrepasaba el presupuesto que me quedaba en los bolsillos. Dejo un enlace de la noticia en El Pais:
http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/Spain/Rodriguez/convierte/Che/personaje/comic/elpepirdv/20080720elpepirdv_12/Tes
La Generalitat se gasta verdaderas fortunas en promocionar Barcelona y/o Cataluña. La película del Alen no existiría si no fuera por las subvenciones que le dieron. Y otro tanto pasa con la novedad del Salón del Comic de Barcelona de este año, Batman Vs el Caballero del Dragón, que sitúa a Batman en Barcelona tras un enigmático enemigo, se hizo una versión en catalá solo para el mercado interior, todo pagado por la Generalitat. Que todo hay que decirlo, el comic también es una mierda pinchá en un palo.
http://www.planetacomic.net/comics_detalle.aspx?Id=20064
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