El otro día, en la reunión de Hedonistas, entre otros temas de conversación, salió uno que me llamó profundamente la atención. Un conocido de Angel, dice tener una amplia bibliteca con más de siete mil ejemplares en las estanterías. Un oooh de admiración y devoción recorrió la mesa del bar, por encima de cervezas y chipirones. Todos hicimos recuento mental de los libros que tenemos en casa, y a ninguno nos llegaba la cifra astronómica de este librófilo. Habría que contar los que tiene la Casa de la Cultura, porque yo creo que ahí andan, libro más, libro menos. Entre todos los asistentes, el que ganaba por poco era yo. Pero hay que recordar que yo vengo atesorando libros desde los ocho años. Y ya tengo casi....un montón de años. El último recuento que hice, tiempo ha, fue de unos mil libros. Bastante alejado de los siete mil, que podemos casi considerar de guinness. Nuestra admiración no tiene límites para con este coleccionista. Nos planteamos la situación, de si querría prestarnos algunos de sus libros, poder acceder a esa biblioteca para pasar nuestros envidiosos ojos por las tapas de los libros. Los imaginamos perfectamente ordenados tras unas estanterías con puertas de cristal. Pero alguien los imaginó amontonados por todos los rincones de la casa, sin orden ni concierto, apilados de cualquier manera, cogiendo polvo. Me vino a la memoria la librería Lisema, de libros de segunda mano en Las Palmas. Todos esos libros amontonados en precario equilibrio que parecen gritar desesperados porque alguien los saque de allí y los integre en una buena librería. En este último caso, sería un problema caminar por la casa, esquivando montones de libros por todos lados. Con los muebles arrimados contra la pared, mesas bloqueando el camino, sillas cubiertas de tomos de incunables, una especie de laberinto del librotauro. Y nosotros deshilando las hebras que Ariadne nos arrojó antes de entrar en la Cueva del Librero.
Fantasías aparte, me gustaría visitar esa casa y ver con mis propios ojos ese buen monton de libros, porque siete mil libros son muchos libros. No se si los habrá leido todos, pero en cualquier caso, igual no se da cuenta si nos llevamos un par de libros camuflados en el interior de nuestras chaquetas.
Aqui van unas fotos de mi biblioteca. Si hay unos mil libros, siete mil deberían cubrir una extensión más o menos equivalente a cinco o seis habitaciones como esta, dependiendo del nivel de amontonamiento que se tenga. Al final he conseguido que me dejen montar una estantería en el salón, así que ya tengo terreno por donde expandirme.
7 comentarios:
Bienvenido a esta tu casa, Orlando. Claudio, hablaba con Raúl sobre alguna otra librería de segunda mano, exceptuando Leprechaun y la vieja del garaje. ¿Donde está Lisema?. ¿Es la que tenía su puesto en la feria del libro? Y, por otro lado, gracias por mostrarnos un trozo de tu casa, y tu libro. Recuerda que si llegásemos a la situación de "La Carretera" de Cormac, no dudes que cogeré todos esos papeles encartonados para no pasar más frío que un bobo.
A mi los libros y películas que hablan de bibliotecas y se ve al protagonsita en medio de todos esos volúmenes me encanta...
También las tiendas de cómics...jejeje...
Lisema es la de la señora, que esta casi al lado del desvan del lepencraun. Por cierto, las estanterias donde esta el televisor, los libros están en doble fila. A ver si alguien se anima a poner sus estanterias por aqui.
Wow! No te quiero ver buscando un título en concreto entre tantos; pero que acogedora debe ser la habitación.
Subiré fotos de la mía, muchísimo más modesta pero igual de manoseada, leída y revisada.
Una cosa que me ha llamado la atención es el hecho histórico que acontece al encender la televisión que tienes en medio de la estantería y contemplar por primera vez a Belén Esteban rodeada de libros :-) Magnífico
En esta habitación está prohibido sintonizar telecinco y la televisión canaria. Suena una alarma si se hace por accidente. Para esas aberraciones está el televisor del salón.
Menos mal que alguien tiene un detector de paranóicos en casa...Al final terminarán por darse cuenta de que la tele es como un agujero negro. :(
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