Las flores y el culto a los muertos en el Antiguo Egipto.
La concepción que tenemos del Egipto Antiguo como un desierto de arena, no se corresponde con la realidad. El Nilo, que le aportaba dos cosechas de grano al año, hacía que sus riberas resplandecieran con una vegetación exuberante. Crecían toda clase de árboles, palmeras y arbustos. Pero también eran muy abundantes las especies florales. Estas flores se empleaban como adornos y como ofrendas a los dioses y a los muertos.
Nefertum (griego: Iphtimis) es un dios del panteón egipcio que se representa como un hombre con un tocado de flor de loto azul. Originalmente estaba asociado a Atum, el disco solar, y emergió de un loto en las aguas del Nun, simbolizando el nacimiento del sol. Es considerado también el dios del perfume y como tal se le representa en varias tumbas y en el libro de los muertos se le identifica “como la flor de loto que lleva Ra en la nariz”. El perfume de la flor de loto es una esencia espiritualizada y muy común en la simbología egipcia, similar al “olor a santidad” en la doctrina cristiana.
Las ofrendas en las tumbas egipcias abarcaban todo tipo de enseres cotidianos, comida. En dichas tumbas son habituales las representaciones de ofrendas de flores, generalmente flores de loto o papiros, a los dioses. De tal forma que incluso la arquitectura refleja de alguna forma esta ofrenda, representando en los capiteles de las columnas formas vegetales. Palmiforme: palmera, Lotiforme: loto, Papiriforme abierto o cerrado: papiro.
El paralelismo que existe en algunos aspectos entre la religión del Antiguo Egipto y la Cristiana es evidente. Tal vez el punto común menos discutido sean las similitudes entre Isis y Horus con la Virgen María y Jesús. Hay representaciones pictóricas donde prácticamente se confunden. Tenemos a una Isis que representa la virginidad, que da a luz a Horus después de la muerte de su esposo Osiris. Tenemos a un Horus que luego vengará/redimirá a su padre. Que se rodea de apóstoles a los que instruye con su doctrina secreta. Etc. Es posible que los rituales florales en las tumbas egipcias también hubieran pasado al cristianismo.
Por otro lado no se puede descartar el uso de ciertas plantas como alucinógenos que sirvieran para conectar el mundo material con el mundo espiritual , sería pues, una forma de ofertar al difunto un canal de comunicación con la vida terrenal y divina.
Ritos funerarios Etruscos y su influencia en la sociedad romana.
En la religión egipcia existía la creencia de que los muertos vivían en sus tumbas (2). A los griegos les llamó poderosamente la atención esta creencia egipcia, de Egipto esta fe pasaría a Palestina donde la tomarían los judíos, Siria, Palmira y Roma, donde aparece incluso en las catacumbas judías de Monteverde . Sin embargo hay que valorar en la religión romana la aportación Etrusca. Ya que en Etruria, en la etapa arcaica, aparece clara la referencia de ser la tumba morada de los muertos, y en un período posterior esta fe no desaparece. En la religión romana confluyó idéntica creencia, procedente de dos religiones distintas: la etrusca y la egipcia.
Esta obsesión por el más allá condujo a cuidar con especial esmero el sitio de reposo del difunto rodeándolo de todo lo necesario para asegurar la continuidad de su vida en el más allá. Las tumbas etruscas reproducen en piedra la vivienda del difunto, con su mobiliario, fingido en relieve o pintado, que nos abren plásticamente aspectos de la vida cotidiana y del largo viaje del alma más allá de la muerte.
La expansión militar de Roma a través de la península itálica, conllevó la asimilación de parte de la cultura de los pueblos sometidos. Los Etruscos fueron los que más aportaron a la sociedad romana, sobre todo en lo referente a la religión y a los cultos funerarios, habida cuenta de la importancia que le daban los Etruscos a la vida en el más allá. A través suyo, los romanos instauraron el culto a los antepasados.
Tradiciones funerarias y culto a los difuntos en Roma.
En Roma se distinguen dos tipos de cultos religiosos. El estatal, que se ejerce en los templos levantados por toda la ciudad, oficiado por sacerdotes y controlados por el Estado. Y el doméstico, un culto privado en el ámbito familiar donde se veneraban los dioses particulares de cada familia. Las ceremonias se realizaban en la propia casa y el paterfamilias se convertía en sacerdote del culto a los antepasados, el culto a los muertos y el culto al hogar. En el lararium se erigía un pequeño altar donde permanecía encendido el fuego sagrado, donde el fundador de la gens es el centro de la veneración (genius). Relacionado con ello, está la veneración por los muertos. Los manes son los espíritus de los antepasados, que hay que tener favorables. El día del aniversario del nacimiento del difunto, la familia le ofrece alimentos y flores .
El culto al hogar demuestra la importancia de la familia en la religión romana. En Roma cada casa era un templo. El lar familiar protege a todos los que habitan la casa. En el hogar también están los Penates, divinidades de la despensa, que velan por el sustento cotidiano de la familia, de su salud y en general, de su bienestar. Junto a estos dioses de la Domus, que es el templo familiar, hay otra serie de seres protectores menores, de la puerta, del techo, del suelo, etc. Por el contrario, los Lemures son espíritus malévolos cuyo fin es atormentar a los vivos. En el ámbito familiar hay que destacar también las fiestas religiosas que cada casa celebraba cuando lo consideraba oportuno: las nupcias, el diez natalis, el diez lustricus, la solemnitas togae purae, las Feriae denicales, los Feralia, Carnaria, etc.
Dentro del amplio calendario religioso romano hay varias festividades que nos pueden interesar en este estudio, podemos mencionar las siguientes:
Parentalia: Eran fiestas en honor de los difuntos, se prolongaban desde el día 13 de febrero (Idus de febrero), hasta el día 21. Era una fiesta de carácter funesto en la que se suspendían los matrimonios y se cerraban los templos. El texto a pie de página de Ovidio nos describe esta festividad.
Feralia: Esta celebración cerraba las Parentalia el 21 de febrero. En este día una vieja hechicera ofrecía un sacrificio a Tácita, diosa del silencio .
Caristias: Fiestas de los muertos de la familia. Una especie de banquete que tenía lugar tras las Patentalia y las Feralia, donde la familia se reunía para agradecer a los dioses tutelares el que todavía siguieran vivos. En ella se ofrecían alimentos a los difuntos para su viaje al más allá.
Floralia: Es la consagración de la diosa Flora, una antigua divinidad itálica de las flores, los frutales y el vino. Famosas por su inmoralidad eran celebradas especialmente por las prostitutas. La gente vestía ropas multicolores, con los que imitaban los colores de las flores del campo. Por la noche iluminaban las calles para prolongar la diversión. Se celebraban entre el 28 de abril y el 3 de mayo.
Lemuria: Entre el 9 y el 13 de mayo se celebraban las Lemuria, cuyo fin era conjurara a los Lemures, las almas de los muertos. El paterfamilias se levantaba a media noche para realizar una serie de ritos gestuales, entre los que se incluía el de arrojar a su espalda un puñado de habas negras, con las que rescataba a los ocupantes de la casa, y expulsaba de ésta a los espíritus de los antepasados golpeando un objeto de bronce.
Encontramos, pues, que en los meses de febrero y mayo es el mes en el que se celebran la mayoría de los ritos relacionados con la muerte y el culto a los difuntos. Febrero es el mes de las purificaciones y recibe su nombre de la diosa Februa, madre de Marte, y de Febrio. Febrio es la denominación Etrusca de Plutón, dios del infierno, y cuyo nombre se ha convertido en la raíz de la palabra “fiebre”. En este mes se celebraban las Lupercales, unas fiestas plagadas de ritos de fertilidad y de elevado tono sexual (antecedentes de los carnavales). En febrero es el mes en el que los futuros iniciados en los misterios de Eleusis comienzan su período de recogimiento y preparación, a fin de poder participar en septiembre. Son fiestas de recogimiento, en ámbito familiar o privado.
Es de especial interés las Parentalia y la Feralia, donde el objeto del culto son los antepasados difuntos. Y en concreto el banquete que marcaba el final de estas festividades, la Caristias , tendrá una nueva reinterpretación con la llegada del cristianismo cuando se establezcan las fiestas de la Cátedra de San Pedro.
(1) Los egipcios amaban las flores. Hacían ramos con muchos tipos de flores para ofrendarlos a los vivos y a los muertos: aciano, amapolas, crisantemos, malvas, lirios, espuela de caballero, jazmines, hiedra, mandrágora y sobre todo, de cañas de papiro y flores de loto. Estas eran preparadas en arreglos florales, en diversidad con flores y hojas, y se ataban con un tallo de papiro y podían alcanzar gracias a ello una altura considerable, y se encuentran reproducidas con mucha frecuencia en las paredes de las tumbas y de los templos. También se han hallado como parte del ajuar funerario en las tumbas del Imperio Nuevo. En arquitectura, muchos capiteles de los templos tenían forma de papiro o de loto.
Los arreglos florales eran, además del vino, una ofrenda frecuente a los dioses. Con ellos se manifestaba el deseo de alegría y vitabilidad perdurables. En relación con Amon los ramos de flores desempeñaban una función muy especial. Así, el “Ramo de Amon de Karnak” no sólo era entregado al dios por el rey, sino también, con la misma denominación, a los difuntos como deseo de regeneración. Marta Cinta Peñas, “árboles y flores en el antiguo Egipto” (www.egiptologia.com).
(2). Nymphaea caerulea (blue lotus) and N. ampla, which has a white flower but a similar alkaloid content, grow along lakes and rivers, thrive in wet soil, and bloom in the spring. They belong to the water-lily family. Another variety is N. lotos, sometimes called the 'white lotus' though not a true lotus. The isolation of the psychoactive apomorphine from Nymphaea species has offered chemical support to speculation that Nymphaea species may have been employed as hallucinogens in both the Old and the New World. The use of N. caerulea and of N. lotos in rites and rituals is depicted in the frescoes within the tombs, and in very early papyrus scrolls. The most important of these was the scroll of Ani (Book of the Dead). Nymphaea is mentioned and represented in several chapters of the book, always tied to magical-religious rites. Depictions of Papaver somniferum and mandragora, also known as mandrake, a hallucinogenic plant with anticholinergic properties, often appear alongside those of Nymphaea. Tutankhamon's tomb contained a gold-plated shrine decorated with a bas-relief of a pharoah holding a huge Nymphaea and two mandragoras in his left hand. Nymphaea cults in ancient Egypt and the New World: a lesson in empirical pharmacology. Journal of the Royal Society of Medicine. Elizabetta Bertholy y otros. Vol. 97, número 2, pág. 84-85.
(3). La Nymphaea Caerulea, cuyo nombre común es el Loto Azul o Loto de Egipto es originaria del Africa del norte y Central. Los egipcios conocían bien el Loto azul (Nymphaea caerulea), de ahí que también sea llamado comúnmente Loto egipcio, lirio azul de agua y lirio sagrado del Nilo. Los egipcios, como grandes observadores de la naturaleza, vieron que el loto azul, se abría al amanecer orientado hacia el Este, aparentemente una imitación del cielo que saludaría al sol, lanzando un suave perfume dulce. Con la oscuridad volvía a cerrarse y a hundirse en las aguas. La flor fue ligada por consiguiente al culto al sol. El perfume de esta flor era sumamente agradable para los egipcios. Existen diversas escenas, sobre todo en tumbas del Imperio Nuevo, donde se ven mujeres con un loto prendido en el cabello o bien oliendo o dando a oler el perfume de la flor. También se usaba como adorno funerario, hallándose restos de flores de loto en sarcófagos, uno de los más famosos, el de Tutankhamón, donde se encontró dispersado sobre su momia. Aparte de su significado simbólico, religioso y artístico, los egipcios utilizaron el loto azul en medicina y para alimentación. Información procedente de infojardin.com.
[4] Catacumbas judías en la ciudad de Roma.
(5) “Es un deber y un testimonio aplacar a las almas de los antepasados en sus sepulturas y llevarles ofrendas modestas a las piras que se han levantado en su honor. Los Manes piden poca cosa: la piedad les resulta más grata que las riquezas; la Estigia profunda no posee dioses ávidos. Es suficiente con una teja cubierta de guirnaldas votivas, unas semillas esparcidas con algunos granos de sal, los dones de Ceres mojados en vino y unas cuantas violetas sueltas: que todo ello descanse en un vasija de barro colocada en medio del camino. […] Sin embargo, hubo un tiempo en que, mientras se entablaban largas guerras con armas encarnizadas, se dejaron de celebrar los Parentalia. Esto no quedó sin castigo: efectivamente, después de esta funesta omisión. […] Se dice, pero me cuesta creerlo, que los antepasados salieron de los sepulcros y que se oyeron gemidos en la noche silenciosa.; por las calles de la ciudad, por los anchos campos, se cuenta que aullaban unas almas deformes, una multitud de fantasmas. Entonces se volvieron a rendir en las tumbas los honores de los que habían privado a los muertos, y así se acabaron los prodigios y las visiones fúnebres”. Ovidio, Fastos 2, 533-556.
(6). Lar. Ne quis miretur qui sim, paucis elquar. Ego Lar sum familiaris ex hac familia unde exeuntem me aspexistis. Hanc domun iam multos annos est quom possideo et colo patri. Aulularia. Plauto.
(7).“He aquí que una vieja cargada de años se sienta entre las muchachas y cumple con el rito de Tácita, y coloca en la parte del umbral tres granos de incienso con tres dedos, en el punto donde un minúsculo ratón se ha abierto un camino oculto. A continuación ata un trompo encantado a un trozo de pelo oscuro, y remueve en la boa siete habas negras, y quema al fuego la cabeza de un pececillo que ha untado de alquitrán y cosido atravesándolo con una aguja de cobre. También vierte vino; el vino que queda se lo bebe ella misma o las acompañantes. «Hemos amordazado las lenguas de los enemigos y las bocas hostiles». Descripción de un encantamiento de la Feralia.
[8] Fiesta de las Caristias o de los muertos de la familia, a los que se lleva alimentos para su viaje al más allá. Los miembros de cada familia, tras haber honrado a los difuntos en las Parentalia y las Feralia, se reunían para agradecer a los dioses tutelares el que todavía siguieran vivos. Se celebraba el 22 de febrero.
10 comentarios:
Interesantísimo Karnak.
Pedazo articulo .
Muy interesante tu artículo, sobre el origen, tradición y evolución de la flores para los difuntos…………..Llegada a nuestros días como obligación y consumismo………….Y si Egipto fue un pueblo excepcional y aparte de la influencia religiosa funeraria, hubo otro tipo de influencias, ya que como tu bien dices el Nilo les permitió prosperar y desarrollarse y evolucionar en muchos campos como la medicina, la arquitectura, la pintura, la ingeniería, astronomía………………..
Oye Halloween tiene su origen en rituales celtas o no?.............
Correcto, Mensy. Halloween tiene su origen en una festividad céltica conocida como Samhain.
Karnak, gracias por documentarnos, si señor, y a esas horas de la madrugada hablando de muertos y espíritus. Es usted un valiente. :-)
La continuación del artículo esta noche. El origen de la fiesta es romano, solo que la iglesia católica lo relacionó con el Sahmain celta, porque no había forma de prohibir la celebracion de ritos paganos romanos.
Por esto no es bueno leer un sólo libro sobre algún tema, porque recuerdo leer un par de libros sobre la historia de Irlanda antes de viajar a Dublin y a Belfast y en uno de ellos nombraban el Sahmin y lo relacionaba con el final del verano, de sus cocechas, el principio del invierno.
Tampoco nos vamos a volver locos con la historia...La de estos días ¿Quién la va a escribir?
¿Pondrán como verdad la prensa de intereconomía...?
Intentar conocer la verdad de la historia es una batalla perdida...
jajajja, estaríamos arreglados, Juan, si la historia la escribe esta peña. Pero la historia tiene estas cosas, que te pueden dar varias versiones de la misma historia. Nuevamente, buenísimo artículo, Karnak.
¿ Y cuándo se celebra el día de los difuntos ?
Que buen artículo Karnak, que trabajo más bueno.
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