Ingratitud
Y quise dejar
más ingratitud que nunca, por haber nacido,
por haberme perdido en la nada
y desandar caminos, ¡qué daría!
Moldear el destino
y sorber sin ganas, miserias,
y sorber sin ganas, alegrías
porque todo estaba ahí, esperándome,
esperando a que yo naciera
para marcarme con una inusual textura el alma.
El sabor de los días, húmedos
y el olor de aire empapado
me deja abierta la sien, me deja atormentado
en pozos llenos de oscuridad.
Y sigo pensando si vale la pena
desear tanto vivir, y sé que sufriré
porque me toca la ingratitud como premio
y sorber sin ganas
todo cuanto creo que soy
y no siento.
Satori 2011
3 comentarios:
Me gusta¡¡¡, ains...
Poesía de otoño....Romanticismo puro...
Cuanta ingratitud en esta vida Rafa, pero hay que saber compensarla……………Muy bueno.
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