Eternal Sunshine of the Spotless Mind
Fuera
luces, silencio fúnebre, ventanas cerradas,
llueve...
la soledad es una
maravillosa compañera por espacio de 3:34 minutos...
y ese escandaloso
silencio
que regala el tiempo necesario,
como lo haría con un agotado
boxeador en su rincón,
y vuelve a ubicarte en el mundo; y casi duele.
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