Gripe con humor

La gripe jodió mi semana, redecoró mi casa con kleenex y termalgines por todos partes, amenazó con confirmarse como N1H1 (tocado y a tomar por culo el portaviones) pero quedó en simple gripe estacional . Una semana perdida y perezosa; malhumorada y sudorosa. Ayer volví a ser un ser humano sano dentro de mis eternas taras y reconocible como un tipo encantador por mi pareja. He descuidado mi autoimpuesta obligación rutinaria de ojear el blog, responder correos que se han almacenado en una pila virtual, hacer sobremesa nocturna en el salón… ser, en definitiva y a fin de cuentas YO, sin gripe. Todo este preámbulo, además de para que me sirva de sinceras disculpas ante aquellos a los que he ignorado estos cinco días, me viene al dedo para agradecer a esa compañía de tremendos y finos humoristas aruquenses, capaces de, con sus infinitas morisquetas, chanzas, agudezas, ocurrencias ingeniosa, chistes que rompen cajas torácicas, ironías dignas del maestro Quevedo, chispa y salero hispano, socarronería localista… que esta semana olvide las páginas de “El jueves” y me descojone con una “revista” que encontré perfectamente editada, a todo color y en papel brillante del bueno, cuidadosamente enrolladita en el buzón (colgaban como racimos; que no se diga del erario público) y de garboso y memorioso y político título.

Recuperado del todo, gracias