Como siempre que cuelgo algún artículo de una de mis pasiones confesables (las otras las dejo para los 150 por 200 centímetros de mi cama) surge la polémica en forma de comentarios que suscita el “noble arte del pugilismo”-que diría con esa sonrisa de sonrosados carrillos Jaime Ugarte- voy a seguir haciéndolo.
Hoy quiero dedicar mi comentario a un boxeador puertorriqueño de apenas 48 kilos y poco más de metro y medio de estatura que convierte en espectáculo cada velada, y en arte cada esquiva. Iván “Iron Boy” Calderón tiene el típico físico enjuto pero fibrado de un peso minimosca, una cara de niño que no denotan sus 35 años y una insultante técnica en el ring. El cuerpo a cuerpo no es su fuerte pero tampoco lo rehúye cuando es necesario. Sabe perfectamente que sus golpes no son fulminantes pero sí que erosionan a su rival con un jab tras otro que los mantiene en la distancia justa, y certeros directos que atraviesan su guardia. Y sobre todo su baile. Una danza que abarca todo el cuadrilátero : “parece que calza unos patines”, se ha llegado a escuchar. Calderón desquicia a sus retadores, los deja adormilados golpito a golpito. Calderón se ofrece, pica y se va; golpea y se marcha. El Niño de Hierro es todo técnica. Purita escuela. Una forma física descomunal y una forma de concebir y de hacer boxeo que hacía muchos años que no se veía por estos lares. Contrarios al estilo, un tanto huidizo, de Calderón dicen que le falta contundencia. Yo les respondo: “Es que si además tuviera pegada, estaríamos asistiendo a una nueva leyenda”.
1 comentario:
impresionante este hombre eh? como se mueve, esquiva y golpea...es que con 48 kilos...igual si le pones alas vuela...que pasada.
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