martes, 27 de septiembre de 2011

Inanna en el desierto

Inanna estaba descansando en su jaima después de un día muy ajetreado. Su cometido en los campamentos llegaba a su fin. Debía volver al siguiente día a su lugar de origen.
Después de seis meses de voluntariado en los campamentos de Tinduf, se sentía extenuada a la vez que satisfecha, y se decía a si misma " valió la pena ". Se quitó el ropaje militar y con una pequeña palangana de agua se aseó lo mejor que pudo.Con un paño húmedo frotó su cuerpo y al terminar descargó el agua que quedaba sobre su cabellera castaña.
Se vistió con un caftán y cubrió todo su cuerpo y pelo con velo negro. Se asomó y vio que ya había anochecido, no iba cenar con sus compañeros....tenía un plan.

 Salió sigilosamente y se dirigió a las dunas, la hermosa luna la guiaba, sabía exactamente dónde dirigirse.Cuando se encontraba lo suficiente lejos y en la  cima de la duna, se quitó el velo y lo utilizó de asiento. Se tumbó mirando  a la luna . Las dunas estaban asentadas en forma circular y desde una de ellas podías ver las otras.


Estuvo ensimismada mirando las estrellas, nunca vería unas noches iguales.El balido lejano de un camello la despertó de su ensueño. Buscó el origen de aquel sonido, los campamentos de refugiados estaban a su espalda y allí enfrente estaba él. El hombre azul la estaba observando, su cuerpo empezó a temblar, cerró los ojos para calmarse.Pidió fuerzas a la luna Nannar. Su respiración se fue acompasando pero sentía el latido de su corazón, se oía como un tambor en aquel silencio. No iba a retroceder, estaba decidida, se puso en pie y en su pelo oscuro y brillante se reflejó la luna.

El tuareg se puso en marcha y subido al camello se acercó dónde Inanna paralizada lo miraba. Cuando ya estaba a unos pasos de ella hizo que éste se sentara y extendió su mano a Inanna.Se acercó lentamente, la asió por el brazo y la subió al camello.Se agarró fuertemente a su cuerpo. Era atlético, su piel morena y dura, el aroma a almizcle se mezclaba con el de su ropa, olor a arena, tinte índigo y henna....



No miró a dónde se dirigían , la suerte estaba echada: suerte mulana. De repente paró,  dio un un circulo y el camello dobló sus patas. Bajó primero y la  llevó en brazos a lo que parecía ser un pequeño oasis. Había una jaima, entraron. La apoyó sobre unas alfombras ,fuera estaba el fuego y puso una tetera .Sentados alrededor de una mesa para te, le ofreció el te moruno con unos dátiles.Rechazo los dátiles, no podían hablar seguro no se entenderían. Cogió las manos de ella  y las comparó con las suyas.... Inanna no pudo más y se abrazó a él.
Sobre el suelo alfombrado de aquella jaima rodaron como dos animales hambrientos.Le quitó la única prenda que llevaba : el caftán, miraba su  cuerpo extasiado  sin tocarla, Inanna tiró de jaique  y descubrió el suyo: moreno brillante ...casi sin vello....sin quitar sus ojos de ella, se subió encima de Inanna, separó sus piernas y la penetró.El dolor mezclado con placer la envolvió....dos cuerpos en uno bailando la danza del amor.



Ya estaba amaneciendo, tenía que irse .....Toco su espalda, él entendió inmediatamente.Enseguida se pusieron en camino.Abrazada a él y con los ojos cerrados pidió suerte para ése hombre y su estirpe. Unas lágrimas de felicidad rodaron por sus mejillas .....

Cerca del campamento de refugiados la ayudó a bajar, le dio una pulsera de plata. Inanna le regaló su colgante de madera.



Ya alejada de él bastantes metros, oyó su voz en perfecto español "¿ Cómo te llamas hermosa mujer ?" Ella giró muerta de risa :"!Soy Inanna¡ ¿Y tú cómo te llamas ?".  " Soy Said " le contestó riendo,mostrando unos dientes blanquísimos.

6 comentarios:

karnak dijo...

Un bonito relato. El nombre de la protagonista me ha hecho recordar que Inanna es también el nombre que daban los antiguos Sumerios al dios de la Estrella del Alba, que formaba una triada con Zuen dios de la luna y con Ud dios del sol. Hay algo en el relato que parece conectar el nombre de la protagonista con las deidades sumerias.

Ángel Díaz dijo...

muy muy bueno, me ha gustado, enhorabuena Araceli.

Mensy dijo...

Me ha encantado el relato Araceli……………….El desierto tiene mucha magia.

Araceli dijo...

Es cierto Karnak, Inanna ó Ishtar es la diosa del amor sumeria.

Satori Kundalini dijo...

Que relato más bonito Araceli. Una historia que me ha hecho envidiar a los que viven en el desierto... porque es un mundo especial.

Juan G. Marrero dijo...

¡Ay el amor...!
¡El desierto que tu me das,
mañana puede que te lo de yo...! como dice el grupo rock Soco