Junio está llegando a su final y con él se van muchas anécdotas. Seguro que los incidentes de estos días en mi entorno laboral aportaran opiniones para todos los gusto.
Un amigo me invitó como hace todos los años a la hoguera de la noche del 23 de junio. Me acerqué por el lugar donde se iba a realizar alrededor de las 18,00 y allí estaba con otro colega preparando el escenario. Después de un rato de cháchara como vi que mi presencia no era necesaria me fui a correr un poco. Habíamos quedado como todo el mundo después del partido de España. Allí estaba llegando los invitados, cada uno traía algo para comer o beber. Después de unos saludos a la gente comenzó el ritual de encender la hoguera. Este año se hizo de rogar, pero a los diez minutos aproximadamente esta se rindió y el fuego producido por unos cinco o seis aprendices a pirómanos ganó la batalla. Este año el viento era más suave y no arrastraba las llamas ni la comida que luego sacamos. Unos minutos de combustión y nos lanzamos sobre la comida.
¡Jolines…!
Comencé por unas croquetas que están deliciosas, tortilla en su punto, queso tierno (lo había llevado yo, elaborado por una amiga), vino casero cosechado por uno de los invitados, tollos (estos no estaban de mi gusto, pero si el de los otros comensales), rosquetes buenísimos…Comenzaron a asar chuletas y piñas. Probé de ambas y estaban también a la altura del resto de la comida.
Mientras comíamos y después de terminar entablamos pequeños grupos de tertulia. Risas, salto de la hoguera, un poquito de relajante cháchara y luego para casita caminando porque estaba cerca.
El domingo 24 el cielo tenía un color amarillo debido a la calima que estaba cayendo. A partir de las 10,00 aproximadamente comencé a recibir mensaje de felicitaciones por mi día. Luego una llamada telefónica de una amiga con la cual estuve hablando bastante tiempo de nuestros hijos y sus problemas con los estudios, y los muros de “algunos profesores”. Ella me comentaba como toda la familia estaba volcada ayudando al chico. Mientras charlábamos recibí otro e-mail de una musa que fue inspiración de algunas de mis poesías y relatos. Al rato sonó el móvil y me despedí de la otra llamada para responder. Era otra amiga, pero esta vez para darme una “mala noticia”…
¡El sábado había fallecido un amigo de Arucas….!
Después de intentar asimilar la noticia recibí otra llamada de felicitación.
Fue pasando el domingo lentamente entre el calor y la desolación por la pérdida. A las 17,30 aproximadamente telefoneé a un amigo para que me acompañara en mi duelo.
El me comentaba: ¡Qué paradójico, felicitaciones por tu día y tristeza por …!
Por la mañana había enviado un e-mail a los amigos sobre el obsesivo tema de la enseñanza.
Optimismo basado en el saber
"Mead. La educación debe servir para que podamos resolver problemas, analizar cosas, el profesor no debería ser nunca una grabadora que nos pone la lección, sino un entrenador. Yo jamás he trabajado profesionalmente en lo que aprendí en algún curso. El sistema educativo actual ha matado esa potencialidad…"
El viernes había enviado otro muy interesante:
Suspenso en inglés
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/06/21/actualidad/1340306566_865386.html
2 comentarios:
Fuerte hombre este. Nombra todas las felicitaciones y no dice nada de la conversación con el resto de Hedonistas.
Siento lo de tú amigo……….La vida y más allá de la vida forma parte de esto.
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