martes, 17 de julio de 2012

Receta. Ensalada de arroz "Verde" a mi puta bola.


Se coge un caldero de arroz y 4 huevos que previamente ha cocinado el día anterior tu pareja, (en este caso mi mujer).
El arroz en cuestión se le quemó un poquito, al igual que los huevos cocidos... ¿Podría ser un mal presagio?
Nada, de camino al trabajo de mi mujer, se le pone toda la atención posible mientras me habla y yo conduzco el coche, me va contando como cortar la verdura, “finita", para la ensalada de arroz "Verde", tiene que parecer que aunque vayas conduciendo no le estas prestando atención ni a coches, ni a señales, ni a nada que no sea tu mujer, quedarás como un caballero aunque la comía de oreja por un oído te entra y por otro te sale.
Al llegar al trabajo de ella, la despides con el besito de rigor, una tocada de culo con deseo al apearse del coche y siempre esperar a ver si se puede arañar algo más.
Le dices "si" a todo lo que te diga, pero sin parecer que pasas de ella o que te lo sabes todo. Un último "si cariño" y arrancas el auto.

De vuelta para casa, pones la radio y te olvidas del tema, al llegar a casita haces el nalgas par de horas y cuando ya ves que no te queda mucho tiempo, empiezas con las prisas a hacer las ensalada de arroz "Verde".
Recuerdas algo que te dijo tu mujer mientras estás en lo tuyo, "me gusta muy fina en la ensalada", tu asocias eso con lo primero que te viene a la cabeza; ¡Lechuga!, entonces empiezas a cortarla lo más fina que puedes, pero como aún te parece muy gorda decides triturarla.
Creyendo que vas a hacer un plato increíble, empiezas a triturar la lechuga con la trituradora eléctrica pa más inri, pensando que va a quedar de miedo a trozos finos y que va a ser el asombro de la familia por la capacidad de inventiva que tienes adormecida en tu masa cerebral.
Un poquitín acojonado ves que al triturar la lechuga se va convirtiendo en "puré" de lechuga, tu hijo se acerca y te dice que "pares la trituradora", pero tú lo ignoras como si el ruido de la máquina fuese el mismo que el de un martillo neumático al romper una acera, intentas que parezca que con el ruido no le entiendes y lo mandas a tomar viento fresco.

Acabando ya con la molienda de la lechuga, ves como la cara del chiquillo tiene unos rasgos muy marcados de preocupación y al mismo tiempo de resignación, pero tú sigues pensando que todo va fenomenal.
Mezclas el arroz hipermega-blanco como la teta de una monja, con la lechuga... ¿que pasa?, la lechuga no se aclara, el arroz se queda totalmente "Verde" y se confunde con ella.
Algo preocupado pero optimista, pasas a la siguiente fase que consiste en cortar lo que falta de verdura en trocitos, el tomatito, los pimientitos, los huevitos...pero tu hijo vuelve a la carga para intentar enseñarte a estas alturas como se debe cortar todos los ingredientes.
Pero tú, haciendo gala de tu profundo y exquisito conocimiento de Chef sabelotodo internacional, no le haces caso ninguno a pesar de que te lo explica con cariño y con un cuidado especial para la capacidad de retención de ideas de tu mente abierta.
Lo oyes pero no lo oyes, lo ves pero no lo ves...estas deseando que acabe con su charla y sigues con tu peculiar forma de cortar las cosas en tacos con un tamaño que solo tú sabes, con los que perfectamente podrías calzar un camión cargado de cemento que estuviese cuesta abajo.

Al final lo revuelves todo, pensando que eres el "Rey de los Fogones", y viene de nuevo tu hijo a darte un último consejo; "Por favor, has otra comida que eso no se lo va a comer ni un chancho".
Total, que pasando de todo, llega la hora del almuerzo, tú te retrasas pa disfrutar de ver tu mujer y a tu hijo comer a carrillos llenos y tu entrada triunfal en la cocina.
Pero al llegar el panorama no es tan bonito, caras largas y sobre la mesa todo parece intacto...nadie le ha dado más de dos cucharadas al potingue tuyo, (la ensalada de arroz "Verde" nadie la toca).
Tú comes para demostrar que no es venenosa, que no tiene efectos secundarios o que no va a causar algún tipo de alergia. Al final tu hijo come lo que puede y ves con tristeza que tu mujer se hace un bocadillo de beicon a la plancha.
Toman el postre y se levantan de la mesa dejando todo ese mejunje "Verde" para ti solito.
Nuestra perra que siempre está bajo la mesa o los alrededores pidiendo algo, hace rato que no la veo, siempre se me mete entre los pies, o me araña con las pezuñas, pero hoy parece que no está en casa... ¿por qué será?



PD: Esta historia es verdadera, me sucedío hace un tiempo... preguntenle a mi mujer o a mi hijo, ellos saben la verdad.
He descubierto que mi mujer siempre tiene razón cuando dice que soy un despistado y que tal vez el zumo de lechuga ha sido un descubrimiento casual para la humanidad gracias a mi tenacidad y mi afán de superación.

Satori

10 comentarios:

Juan G. Marrero dijo...

Muy bueno RAfa...Yo pensaba que era de Claudio por su estilo...Y que era verídico estaba seguro...

Mensy dijo...

Jajaja Rafa………..Sólo te faltó la hojita de perejil, que también es verde.

Satori Kundalini dijo...

No me des ideas Mensy, ¡¡¡¡NO ME DES IDEAAAAAAAS!!!!!!!!!!

karnak dijo...

La lechuga tiene propiedades afrodisíacas. No sentiste nada raro despues de comer el mejunje?

Satori Kundalini dijo...

Si sentí. Sentí que habían perdido la confianza en mí.

Raúl M.V. dijo...

Llámalo "Sinfonía de la huerta sobre lecho de arroz y espuma volátil de lechuga", pon una ración minúscula en el centro de un plato sin forma de plato grande del copón, mancha los bordes con caramelo royal cual Jackson Pollock y pon acento de Ratatouille cuando lo sirvas...y a ver quièn se atreve a decir que no es la mejor y más gratificante experiencia culinaria que colma los sentidos.

karnak dijo...

Cierto. Vende tu receta, igual en el Bulli te cobran un dineral por un plato como este.

Satori Kundalini dijo...

Yo sé que he descubierto algo importante, pero seguramente me lo reconocerán cuando me muera.

karnak dijo...

Ponlo en el testamento por si acaso, que nunca se sabe. Mi abuelo inventó el windows y por no patentarlo mira lo que pasó.

Ángel Díaz dijo...

Tienes que montar un restaurante ya. Se iban a cagar los de la "alta cocina mundial".