Un ligero insomnio me tiró la mañana del viernes 20 de la cama. Amaneció con el
cielo nuboso y algo de lluvia. Idas y venidas por el instituto, risas,
reuniones y última miradas de hermosas compañeras para acabar en un claustro. Aproveché que se estaba
aplaudiendo los premios obtenidos por dos estudiantes de cocina y me levante
dando las gracias por los aplausos que sabían que no eran para mí, pero lo
parecía, ante las carcajadas de los compañeros por lo simpático de la situación,
y salí antes que nadie para poder llegar a tiempo al aeropuerto.
Unas buenas amigas me llevaron y llegué con prontitud. Un
rato de lectura, a continuación quitarme el cinto del pantalón delante de
varias damas (pero no te dicen nada, porque está de moda en ese lugar), pasar
por debajo de un detector de…De nada, porque nunca han localizado a un
terrorista en esos controles…Los pasillos llenos de hermosas mujeres, parecían
que se habían puesto todas de acuerdo para viajar. Y por fin, PUNTUALMENTE, me
tuve que tomar un tranquilizante por la impresión, nos fuimos unos diez
pasajeros para un enorme avión. Tan pocos éramos que el piloto nos dejó estar
todo el viaje con él en la cabina. Un vaso de agua, una chocolatina y después
de ver un poco de nubes estábamos en Lanzarote.
Un amigo quedó en
irme a recoger, después de esperarlos un par de minutos enseguida me llevó para
Tahiche…Saludos al perro, un abrazo a mi hijo…Y cuando iba a colocar la ropa en
mi habitación me dio olor a perro…Se lo dije a la madre de mi hijo…
-¡No puede ser…!
-Yo insistí…Hasta que ella vio la meada del perro que había
entrado a marcar el territorio…
¡¡¡Animalito….!!!
Salí a saludar a un par de amigos y me fui al restaurante
Lamaría a comer para paliar el hambre y quitar el gran frío que estaba haciendo
en ese momento. El cocinero, un colega, casi amigo me saludó y después de un
rato de cháchara me ofreció la
hamburguesa gigante…
Cuando la vi que quedé un poco asombrado…Mientras me comía
aquella montaña de comida (aunque muy buena)
entré en calor…La terminé después de bastante esfuerzo…
Iba a visitar a otros amigos, pero el frío me hizo refugiar
en el supermercado donde saludé a varios colegas. Un ratito de risas y
conversación y para casita.
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