Era tarde y la fiesta ya había decaído, además nuestras diferencias personales habían salido a flote una vez más. Javier se había enervado bastante con el mal clima y recuerdo aun sus últimas palabras antes de salir al jardín “de momento voy a ir llenando la piscina hinchable…” ese fue el único momento en el que todos nos pusimos de acuerdo inconscientemente para reír juntos, pero solo hasta que nos dimos cuenta y el silencio volvió a matar la risa. Esa fue la última vez que Javier nos hizo reír a todos antes de que su corazón decidiera pararse…
4 comentarios:
Micro perfecto. Continuarlo sería fastidiarlo.
Ese ambiente hostil de los amigos me recuerda a mi hábitat en este momento, espero que mi corazón aguante...
Gracias Raúl, no tenia pensado continuarlo jeje ^_^ Magister, con la Filosofía Zen que llevas a ti no hay quien te tumbe ya los que son hostiles, puerta y que les den...
Una pena que no continue, pero ta guapo.
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