viernes, 25 de febrero de 2011

Final feliz


Casi todos los días después de hacer media hora de footing con un amigo continuo unos quince minutos levantando pesas, pero a veces el cansancio me hace recurrir a la música para poner mano a la obra. Escuchando mis discos me reencontré con el grupo MEDINA AZAHARA.


El jueves por la mañana a las 10,30 llamó al centro una madre preguntando si su hijo estaba en clase, porque ella pensaba que había dormido en casa de su padre (están separados) pero no...Por desgracia el chico no estaba tampoco en el instituto, además había sido expulsado el día anterior ya que es un chico con muchas faltas y sin ningún interés por los estudios...Bueno, un caso largo de explicar.... Luego me enteré que la señora era una conocida, familia de mi hijo. Los chicos jugaban juntos cuando pequeños. Cuando llegué a mi casa llamé a parte de la familia que no estaba informada. La búsqueda se prolongó con agonía durante varias horas. Le hice una visita a la abuela que estaba muy mal. Le pregunté si tenía móvil, y me dijo que si pero que no estaba encendido. Después de ducharme, tuve una de esas intuiciones y pensé positivamente en el chico y me vino a la cabeza que igual estaba en Puerto del Carmen. A las 18,30 aproximadamente me devolvieron la llamada diciendo que ya había aparecido, encendió el móvil y la madre pudo dar con él, se encontraba en Fariones...Hoy lo saludé en el instituto.
 

miércoles, 23 de febrero de 2011

Encender y apagar la luz.

Este artículo que pongo aquí, lo tomo prestado de una página que sigo con cierta regularidad. Trata sobre Ecología Humana, y el artículo es de Juan Antonio Saavedra Quesada. http://www.ecologiahumana.net/ 

Al pasar por puentes y túneles encontramos con frecuencia dos señales indicadoras especialmente importantes en nuestra vida, la que nos invita a encender la luz y la que nos pregunta si ya la hemos apagado, la que nos invita a abrir un ciclo y la que nos recuerda que hay que cerrar el ciclo que se acabó. Si conducir un coche exige respetar las indicaciones de cuándo conectar y desconectar la luz, saber dirigir y conducir nuestra vida exige controlar los ciclos interiores que nos señalan la intensidad y duración de las acciones adecuadas para satisfacer las necesidades que en cada momento experimentamos.


Al entrar en el túnel, como al iniciar o abrir cualquier acción, hay una señal que nos invita a encender los faros, a abrir los ojos, a saber empezar lo que hacemos en cada momento, poniendo toda nuestra intención y atención, nuestra pasión y energía en las acciones y ocupaciones que realizamos. No se trata de que hagamos lo que todos hacen, ni siquiera de cumplir obligaciones, sino de incorporar la ética a nuestra vida cotidiana y hacer en cada momento lo que es adecuado y productivo para llegar a las metas que nos hemos propuesto lograr. Poner nuestra energía en lo que hacemos requiere saber a donde vamos, conocer nuestro objetivo, como dice Matrix, pero también disciplina y entrenamiento para no tener miedo a la obscuridad o a las dificultades y para no dejarnos llevar de la inercia de repeticiones inútiles o acciones no productivas aprendidas en el pasado e inadecuadas en el presente.



Al salir del túnel y llegar al final de cualquier acción, hay otra señal que nos invita a cerrar la carpeta de asuntos pendientes y nos recuerda la importancia que tiene vivir en el presente y no continuar sin vivir por estar en el pasado. Para disfrutar del presente hay que cerrar lo que ya no necesitas y ya no te sirve, cerrar lo que pensaste o pensaron, cerrar lo que sentiste o sintieron, cerrar lo que dijiste o dijeron, cerrar lo que hiciste o hicieron. Hay que cerrar las creencias obsoletas y los aires contaminados, cerrar los grifos abiertos de emociones repetitivas e inadecuadas, cerrar las tierras baldías y acciones rutinarias, cerrar las lágrimas de cocodrilo, cerrar las espinitas clavadas que siguen alimentando rencores y venganzas destructivas, cerrar las retroocupaciones y preocupaciones.



La principal ventaja de cerrar los asuntos pendientes es que ya uno deja de estar dependiente y se siente feliz y con energía para disfrutar de la libertad y responshabilidad de estar en el presente. Para los que siguen no viviendo, por estar en el pasado y no donde están, a veces hay compañeros de camino que abren y cierran su mano varias veces para recordarnos este dato maravilloso: apaga la luz y deja de no vivir en el pasado para que puedas disfrutar de vivir en el presente, que es donde único se puede disfrutar de la experiencia de libertad y de amor entre las personas.



Juan Antonio Saavedra