jueves, 4 de febrero de 2010

El Rincón del Cinéfago.


"En tierra hostil". Usa.2009

Directora: Katherine Bigelow


Ver de cerca la muerte más espantosa para sentirse lleno de vida. Un puñetazo en la boca del estómago que corte la respiración y a punto del estertor, aspirar una enorme bocanada de aire. Un chute de adrenalina al doblar cualquier esquina que te convierte en un yonki necesitado de la próxima dosis. No poder fiarte de nada ni de nadie. Sentirse cómo en un el cálido hogar pisando tierra hostil.

Estas son las sensaciones que marcan los 365 días del artificiero James desplegando su misión en Irak; y lo mismo nos hace sentir la directora de esta película, Katherine Bigelow (ya nos ha demostrado en otras pelis que le va la marcha), rodada de forma claustrofóbica, de imágenes febriles abusando de la cámara subjetiva y situaciones cargadas de tensión y crudeza.

“En tierra hostil” documenta los últimos 28 días antes del reemplazo de la compañía de artificieros norteamericanos Bravo, por las desoladas pero amenazantes calles irakies; donde es igual de sospechoso un señor de bigote y nariz aguileña que se acoda en un balcón, que un niño que vende deuvedes pirata.

Esta historia bélico-psicológica recuerda a otros retratos del género como “Apocalypse now”- aunque no esté, ni de lejos a la altura de la gran obra del señor Coppola-, “La chaqueta metálica” (otra insuperable) o “Jarhead” (demasiado reciente para ser considerada clásico, aunque tiempo al tiempo). Muchos han visto, o han querido ver, en esta película una crítica frontal a la invasión de Irak y al cuerpo de la armada norteamericana. Confieso, que en caso de existir, a mí no me ha llegado ese mensaje disidente. Resulta, sin más, una película sobre la guerra: su día a día y sus protagonistas.







R.M.V.

miércoles, 3 de febrero de 2010

El Vochito. La triste despedida

Hola amigos:

A falta de dos partes de "El Bazar de los Sueños", he vuelto a retomar el relato inacabado de "El Vochito" al cual le quedarán veinte páginas de cincuenta. Luego, y como ya les comenté a alguno de los hedonistas, espero poder presentarlo en algún concurso. Pero antes, quiero compartir un trocito con ustedes, para hacer que el blog siga tirando pa´lante...

En esta fragmento, Jesús Mendoza rememora, en la carretera en dirección a su ciudad natal, Guadalajara, la amable despedida de los curiosos vecinos de su barrio. Esta parte está construída, sobre todo, gracias a una genial idea que tuvo "El Director".

El Vochito. Fragmento de la segunda parte.

El cuello tieso como el palo de una silla, un trasero insensible, y dos brazos acalambrados fueron el resultado de una hora seguida de paisajes rectilíneos y campos sembrados de maíz y monotonías en la autopista hacia Toluca. Con un suspiro de resignación y una paciencia innata trabajada en la ciudad del caos, el taxista siguió sin parar hasta dejarse atrapar por la sombra de "El Nevado de Toluca". Esto le bastó a Jesús Mendoza para confirmar que no todo volvería a ser lo mismo, que no se reemprenderían las viejas amistades, y que reanudar de nuevo su vida en otro destino, no tenía el mismo aliciente que cuando joven llegó a la capital, hambriento por comerse el mundo. En ese mismo día, al salir de casa de Prudencio Vargas, vio a todos sus vecinos asomados en puertas y ventanas, o sentados en la sucia acera con sus andrajosos pantalones y sus limpios rostros que reflejaban una humildad de ojos claros y buen corazón. No podía creerse que él, sin ser popular ni famoso, y siendo poseedor de una cualidad inherente de pasar desapercibido cuando quería, fuese causante de semejante alboroto, en un bullicio ensordecedor que enloqueció a las palomas que ya nunca volvieron, y con las miserias dibujando la pobreza en cada esquina del barrio. Muchos años después, rememoró el jolgorio desorganizado, las rosas en el techo de su taxi de un amor imposible de rostro repelente llamado Rosarito, la mirada fija y penetrante de Esperanza Méndez llegándole hasta el alma descubriendo todos sus secretos, y todo, el día en que se marchó para siempre de su barrio, escribiendo en las huellas de su coche, la marca de un adiós eterno.
La señora que siempre vivió debajo de su piso, Fernanda, le sonreía desde la ventana levantándole la mano, moviendo sus jugosos pechos al compás de su estridente sonrisa, que espantaba al periquito que tenía en la cocina matándolo casi de un infarto, e incluso a sus amigas que, encomendándose al divino para que le bajase el volumen de tan prodigiosas cuerdas vocales, se tapaban los oídos para no volverse locas. También vio al hijo de ésta, Pedro, al que llamaban Pedro Sonriente. Era un chico que, a todo en la vida le respondía siempre con una sonrisa, encandilando de felicidad y dinero por el módico precio de una sonrisa. Aunque, esta vez, y que recordase Jesús desde hacía años, nunca lo había visto tan serio. Casi ni lo reconoció. A su alrededor, todos mostraban sus rostros mustios y desdichados, y es que, haciendo honor a su indiscutible gesto, a Pedro le conferían la gracia divina de hacer felices a todo el que lo rodeaba, y convertir en desgraciado al que estuviese junto a él en sus tristes y graves crisis de amargura, que solía ser en los días de tormenta. Cuando las primeras gotas caían en la época de lluvias, su madre lo dejaba encerrado hasta que escampara y no pusiera en peligro a ningún vecino, y provocara depresiones y tormentos a todo aquel que quedase hipnotizado ante sus muecas del demonio.
Divisó a Andrés, el electricista que cayó una vez de uno de los postes de la luz a causa de un rayo. No hace mucho, lo llevó rápidamente al hospital, cuando nadie se ofreció, porque decían que al tocarlo te electrocutabas y agonizabas en una muerte desgraciada. Desde ese día, Andrés estaba facultado con la chispa divina: a todo el que tocaba, le irradiaba energía, fogosidad y dos días de insomnio. Y allí estaba y así lo recordó Jesús, en el mismo poste del accidente, gritándole adiós, deseándole que miles de chispas iluminasen su camino.

Y detrás, llegó corriendo por primera vez en años, Antonio Bermúdez, un hombre orondo que casi ni podía caminar, y mucho menos correr. No quería dejar de saludar a su amigo Jesús, así que, sudando y resollando y recorriendo su maratón de cincuenta metros y a punto de asfixiarse, lo hizo parar, dándole el gesto amistoso de su mano rezumada de sudor, y deseándole mucha suerte entre jadeos incontrolables. Jesús no lo entendió, pero le agradeció igualmente el gesto con una sonrisa. Luego cayó al suelo, y ahí se quedó hasta que lo socorrieron y lo abanicaron, espantando a la asfixia que casi hace venir al cura para el sepelio. Las sonrisas y los adioses empujaban a su vochito sin la necesidad de motor ni gasolina. Entre los chispazos de Andrés y la risa estridente de Fernanda, el taxista salía casi llorando del barrio que lo vio crecer como persona. Al salir de las calles donde se había escrito casi toda su vida y de las que conocía cada palmo de mierda y penurias, se comparó con Cantinflas, en la parte final de la película “El Padrecito” cuando todos fueron a despedirlo en la plaza del pueblo, antes de coger el bus con destino al cielo.

lunes, 1 de febrero de 2010

O vello árbore

Hola, quizás no entendáis esto porque está escrito en gallego. Mi curiosidad y admiración hacía Galicia, así como una forma de honrar a la lengua y a una parte de los orígenes mi mujer, me ha movido escribir esto hace un tiempo. Espero que os guste. Por supuesto mi suegra Aurea, mi cuñada y mi mujer me han ayudado a corregir este poema. Gracias a las tres gallegitas lindas estas.

O vello árbore

Cedo na mañá
vin a sombra daquel vello árbore,
xa podía oír os paxaros que todos os días
trinaban apenas amencer,
varias das súas follas secas daban un toque especial á beirarrúa
parecía que todos os días poñía unha alfombra diferente,
un mosaico de cores marróns de distintas tonalidades,
cantas veces me cobijé da choiva baixo as súas ramas
e apoiabámosnos costas con costas
detendo o tempo ao ler un libro xuntos.
Pacientemente espérame todas as tardes
ao volver do colexio
e eu, saudáballe
dáballe as grazas por ser o que oxigenaba
e daba vida á miña rúa,
sempre tivo un momento grato para min,
nunca tiña présa,
fíxome entender o valor tan profundo
que teñen todos e cada un dos seres vivos que habitan
este desvencijado planeta,
loitou como un jabato contra a enorme lingua negra de asfalto
que empezou a crecer ao noso ao redor,
e aínda podía o só contra iso,
moitas veces, varios homes viñan a repavimentar os seus alrededores
porque el coas súas poderosas raíces, se rebelaba
e quería facer entender que o estaban afogando...
Hoxe cedo na mañá
vin a sombra do vello árbore, só a súa sombra,
hoxe, o habían talado.


Satori

domingo, 31 de enero de 2010

Alerta amarilla


El fin de semana 30 y 31 de enero había alerta en Canarias por la borrasca. Pero en Lanzarote amanecimos el sábado con los cielos despejados y sol espléndido, por lo que aproveché para poner más de cuatro lavadoras…Luego me subí en la moto y me fui hasta Órzola. Por la tarde me dio tiempo a ver los últimos minutos de la U.D. Las Palmas bajo la lluvia y su resbalón en el último minuto. En la prensa digital leí que las islas occidentales estaban recibiendo ya bastante lluvia…
Pero, el domingo en la isla conejera amaneció igual que el día anterior. Después de algunas tareas domésticas me volví a subir en la Suzuki 650 y salí dirección a Tinajo para pasearme por el Parque de Timanfaya…Se estaba realizando una carrea de bicicleta de montaña. Además de estos participantes se veían muchos, muchos ciclista, solos y en grupo…

¡Muchas féminas pedaleando….!

Después
de un agradable paseo y unos ajetreos caseros me senté frente al ordenador y de repente...
¡¡¡LLUVIA…..!!!
Hacía unos minutos que había recogido parte de la ropa tendida,
pero no toda…Salimos rápidamente para que no se empapara…Lo conseguimos, pero a los cinco minutos cesó la lluvia…
¡Se despejaron los cielos y volvió a
brillar el sol….!

P.D. ¡¡¡A ver si ocurre lo mismo con la política conejera!!!

Instintos



Volviendo sobre el tema de los instintos, ya publiqué en la revista del I.E.S de Guía, que “…Todos somos animales, hipotálamos sueltos…” “…Y algunos, a través de la EDUCACIÓN, se convierten en PERSONAS….”

¡ ARDUA tarea …!

Recuerdo hace tiempo escuché en Arucas una entrevista MUY INTERESANTE E INSTRUCTIVA en la radio a un sacerdote

misionero…El tema trataba sobre la tarea de estos en los países supuestamente tercermundistas…Este reconocía que cuando llegó a un país africano y comenzó a ver “tantas mujeres desnudas moverse ante sus retinas con tanta naturalidad….” ¡¡sus hormonas lo rescataron de su silencio pasional..! Y una de ella le dijo: ¡Tienes que dejar la religión durante un tiempo y tener sexo con nosotras para sacar toda tu represión a flote para poder luego predicar…!

Lo hizo durante varios años con esta mujer…Creo que luego se caso con ella… RENACIÓ y continuo su misión más liberado y NATURAL…

Sobre este tema hay un artículo,

La timba

MANUEL VICENT 31/01/2010

http://www.elpais.com/articulo/ultima/timba/elpepuopi/20100131elpepiult_1/Tes