sábado, 28 de julio de 2012

Sueña el verano


Sueña el verano
Con mi alma en  río sin retorno
Caminando junto al rostro del olvido
A lo lejos luces amistosas
De luciérnagas dichosas
Y nunca he sufrido pena
Pues siempre he tenido claro el camino

 Sueña el verano
Con reflejos de esa brisa que pasa
Llena de añejo perfume
Y no hay frasco que contenga
El aroma prohibido

 Y a ritmo 
De quererte
De ilustrarme
De entenderte
Sigue soñando el verano……………

miércoles, 25 de julio de 2012

MEDUSAS.........

El mar parecía haberse convertido en uno de mis amigos más íntimos, sobre todo en aquellos días donde la vida era un asadero insoportable donde mente y cuerpo estaban agotados en la misma sintonía, como una de esas melodías que tras haberla escuchado tantas veces se te habían incrustado sin querer y no había manera de extirparla, excepto  en el remanso refrescante que la costa te ofrecía.

Y allí clave esa tarde mi cuerpo en supina postura, como tantas otras, dejando arrastrar mis extendidos miembros y fusionando mi mente que ya no divagaba en inútiles pensamientos.
El mar era yo y podía oír con claridad cada latido salino que cristalizaba en miles de historias avenidas en mitos humanos, pero que una vez fueron reales………Y después de que Ulises me invitara a viajar junto a él en una interminable aventura donde el cielo y la tierra parecían ser lo mismo y toda cosa que vieras tenía vida propia, pues no había nada inerte haya donde íbamos…..me vi rodeada por un centenar de medusas, que primero me miraban con curiosidad, para luego perderme el respeto y arrastrarme con ellas hacia el fondo oceánico .
Allí todo parecía tan diferente, es como si hubiesen limpiado recientemente, pues todo tenia un brillo especial, como recién pulido y me encontraba en medio de una especie de celebración, donde pronto descubrí que yo era la atracción principal, para después convertirme en el plato principal…Pero de repente todo desapareció en un inmenso burbujeo que no me dejaba ver más allá de mi nariz y un estruendo a modo de gritos desesperados llegaban a mis oídos, mezclados con aquellas burbujas que se tornaron violáceas. Era como un grupo de tritones enfurecidos, no sé porque motivo. Y como en un sueño los parpados se me abrieron sin yo dar ninguna orden, arriba lucia aún un inmenso cielo azul y abajo el mar me mantenía arrebozada y fuera pude distinguir a un enorme grupo de bañistas que con los brazos agitando al aire me pedían que saliera, prefería a los tritones.
Cuando llegué a la arena, una señora que no paraba de mirarme de arriba a bajo, mientras me increpaba incrédula y diciéndome, que si estaba loca, que si no había visto a las medusa, que cientos de ellas me rodeaban, que como es posible que no me hubiesen picado………y así llegue a mi casa con el tintineo aún de aquella asombrada señora, que solo desapareció cuando el agua de la ducha me estaba quitando aquel regusto a salado de aquella inolvidable tarde y al secarme la planta del pie izquierdo note un bulto, que al observarlo mejor, era como una quemadura, eran como dos serpientes enrolladas entre sí. Símbolo de la vida. Supongo que nunca sabré que medusa me hizo aquello.

martes, 24 de julio de 2012

ATÓN



Vida impregnada de tus rocíos luminosos que agota y embelesa en el mismo canto seductor

Apareces con  grandes vestigios…………………………………….imitado por usurpadores de grandeza

Renunciamos de admirarte………………………………………………………alavarte en secretas reverencias

Reyes sin tristes reinas………………………………….…………………………………reinas de privados reinados

Esparciendo claridades……………………………………………………………………y penumbras en una alegría
Desordenes de justicia……………………………………………………………………demolida en olvido,sumisos

Unidos bajo la misma luz…………………………………………………………….que llama inocente a la tiranía

Sin temor lucha el reprimido….………………………………………………lo mismo que beneficia al horror
Antónimo de la lluvia que esclavizas y liberas a partes iguales.


lunes, 23 de julio de 2012



Me senté cerca de donde el mar - calmo y tan cristalino que me pude creer Narciso- dejaba el vestigio de la tenue resaca. Me sentí solo, completamente solo; tan solo como granos de arena dormitaban bajos mis pies. Me recosté ligeramente en la arena humeda de la madrugada y clavé los ojos en el cielo. En mi emepetrés empezó a sonar Muse, y me volví a sentir en la más absoluta soledad. Pero con los primeros acordes me sentí gigante, capaz de todo, fuerte y repleto de energía. Subí el volumen y estiré del todo las piernas, dejando que el mar lamiera mis talones. Nada podía pararme. Me sentí seguro, fiero, con voluntad pétrea para afrontar lo que esté por venir. 
Sin miedo. Ya no hay miedo.