sábado, 26 de junio de 2010

La ventana.



Poco a poco fue ajustando el mando del enfoque hasta que obtuvo una imagen nítida. Contempló por un instante la figura y dejó a un lado el telescopio. Comprobó que la cortina estaba echada correctamente y que la luz de la habitación no lo delataba y volvió nuevamente a colocar el ojo sobre el ocular.
Hacía cosa de dos meses que tenía vecinas nuevas y después de un exhaustivo control a sus horarios ya sabía los movimientos de la más joven, que tenía su habitación justo enfrente de la suya. Eran las ocho y media y ya esperaba que la chica se levantara y abriera sus cortinas. Hoy hacía calor y habían muchas posibilidades de pillarla en ropa interior (o tal vez nada, como aquella semana de calor de hace un mes).
Atento a la imagen del telescopio, observó que una mano agarraba las cortinas y las echaba a un lado. Era ella. La habitación se iluminó completamente descubriendo una cama con las sábanas revueltas, frente a la cama la chica se fue desperezando, estiró sus brazos y bostezó. «Hola guapa, buenos días». Morena, de pelo corto y ojos claros, muslos recios, caderas estrechas, «bonito tanga». Llevaba un minúsculo top azul que insinuaba un par de generosos pechos. La chica se giró mostrando su espalda y su trasero, y se agachó con el culo en pompa mientras recogía unos calcetines del suelo, «eso es nena, enséñamelo todo». El mirón iba moviendo ligeramente el telescopio siguiendo la esbelta figura de la muchacha que salió por una puerta y al cabo de un rato reapareció cubierta por una toalla húmeda. La observó mientras abría armarios y cajones sacando ropa que colocaba ordenadamente sobre la cama, acercó el objetivo cuando la chica revolvió en la zapatera y extrajo con delicadeza unos zapatos dorados de suela plana con un lacito en la punta, «Preciosos zapatos, nenita y ahora desnúdate para mí».
De repente se abrió la puerta y apareció en escena la personificación del antierotismo: una vieja gorda, desgreñada, vestida con un camisón gris (transparente) por el que se desbordaban las flácidas carnes de la "sílfide". «¡Dios santo!, ¡qué horror!». El espectáculo se acabó de repente, la vieja plantó un beso en la cara de la joven y mostró su espantosa cara a la ventana, abrió su boca desdentada en una mueca y volvió a correr la cortina. El observador se quedó un rato pensativo, bajó el telescopio y recogió su colección de zapatos de mujer con los que se había entretenido limpiando y abrillantando mientras esperaba la aparición de su musa matinal. Unos golpes en la puerta lo sacaron de su ensimismamiento y lo devolvieron a la realidad.

—Cariñooo…, el desayuno ya está puesto. —El picaporte se movió—. ¿Porqué tienes cerrada la puerta?, ¿No estarás tocándote, verdad?, —volvió a moverse el picaporte—, porque ya sabes que eso es pecado mortal. Ya hemos hablado sobre eso, y no te he educado para que te comportes como un enfermo.
—Ya voy mamá, —respondió mientras guardaba rápidamente los zapatos en el armario y abría la puerta—, no he cerrado con llave, en serio. Debe ser que se ha atascado el pestillo.
La señora apareció tras la puerta y echó un vistazo al interior de la habitación buscando pruebas que confirmaran su sospecha, luego miró a su hijo.
—Ya veo. El desayuno está preparado. —Y sin decir nada más se dio la vuelta y se marchó por donde había venido. «Maldita bruja», pensaba mientras se dirigía hacia la cocina.

Los dos comensales se sentaron a ambos lados de una mesa pequeña cubierta con un mantel de flores amarillas y comenzaron a servirse el desayuno.

—Oye mamá, ¿tú conoces a las vecinas de enfrente?
— ¿Qué vecinas?
—Una señora mayor, algo obesa, y una chica joven. Del portal de al lado.
—Ah. Tú debes referirte a la señora Mármol, la pescadera. La niña es su nieta. ¿Porque lo preguntas?
—No…por nada. Es que las he visto en el portal.
—Las habrás visto y olido supongo. Porque la señora va dejando un olor a pescado podrido que no hay quien lo aguante. Tiene una lonja en el mercado del barrio y por lo que parece se trae el trabajo a casa. ¡Qué vergüenza!
— ¿La nieta trabaja con ella?
—Eso no lo sé. Pero imagino que no, según me han dicho la niña estudia en la universidad. ¿No te habrás estado fijando en ella, verdad?
— ¿Yo?, que va, para nada.
— ¿Seguro?, que te conozco. Esa chica no te conviene, no hay más que ver su forma de vestir, que parece una pelandusca. Y la abuela no es mejor, me han contado que se gasta el dinero en el bingo. Adonde iremos a parar, el barrio se está llenando de gentuza. Y lo que es peor, me han dicho que es una cotilla, que no hace más que hablar de la vida de los demás. Espero hijo, que no te hayas fijado en esa chica, una buscona, tú lo que debes hacer es llamar a la hija de doña Morla. Que es una chica seria y muy de su casa.
—Y bastante fea. Ya te vale mamá, deja de estar buscándome novia que ya tengo cuarenta años y estas cosas sé hacerlas yo solito.
—Pues a ver si es verdad, porque en todo este tiempo no te he visto con ninguna chica. ¿Tú no serás un "gey" de esos? ¡Ay dios mío! Me moriría de la vergüenza.
—¡Joder! Tú siempre igual. ¿Es que no puedes dejar que viva mi vida? —Se levantó de la mesa y regresó a su habitación— Me voy a vestir que se me hace tarde para ir al trabajo.

Se vistió y recogió la bolsa donde guardaba su uniforme de cocinero. Pero antes de marcharse no pudo evitar echar otro vistazo a la ventana de enfrente. Las cortinas seguían corridas, pero había algo en los cristales, un papel pegado. Enfocó el objetivo y vio unas letras escritas:

"Te he visto espiándome a través de las cortinas y quiero conocerte. Esta noche a las ocho en casa. Estaré sola, esperándote".

Las rodillas le temblaron ligeramente y sintió un escalofrío seguido de un sudor frío y una creciente excitación. «Me ha visto, y quiere conocerme». Y repitiéndose estas palabras se marchó a trabajar.

Durante todo el día no pudo evitar pensar en la cita que tenía esa misma noche. La ropa que se pondría, y antes debería afeitarse, tendría que buscar unos calzoncillos limpios, y cortarse los pelillos de la nariz. También pensaba en la ropa que tendría ella, ¿Se pondría ese vestido de color rojo que tanto me gusta?, ¿llevará esos zapatos de tacón que tan bien le sientan? O mejor aún, iría a la cita a las siete y media y con suerte la pillaría saliendo de la ducha en bata. No. Mejor no. Acudiría a la hora acordada.

A las ocho en punto de la noche se plantó delante de la puerta de la vecina. Estaba hecho un palmito, con sus mejores galas y exhalando un perfume caro que se había comprado de vuelta del trabajo. Tocó el timbre y su estiró el pelo.

Allí estaba ella.

—Holaaa.

Su voz sonaba como un coro celestial. Ladeó la cabeza en un mohín de timidez y sonrió mostrando su sonrisa de marfil. Hizo un guiño con esos ojos almendrados en los que se veía reflejado.
—Ho-o-o-la. —Atinó a decir tartamudeando de los nervios.

La miró de arriba abajo, estaba impresionante. Llevaba puesto un pantalón vaquero, una camiseta de tiros y unas zapatillas de deporte. Pero no se sintió desilusionado, vista de cerca era aún más hermosa. Se hizo a un lado y señaló al fondo del pasillo, él entró tímidamente.



—Te está esperando.
—¿Eh? ¿Cómo?
—Sientate en el salón, enseguida viene. —Le hizo un guiño con el ojo—. Yo ya me iba. Adios. —Y saliendo cerró la puerta ante sus narices.

—¡Pero! —No entendía lo que estaba pasando y se quedó perplejo en medio del pasillo—.

Un intenso olor a pescado le llegó a través del pasillo y notó un mareo. Se apoyó en la pared intentando no caer al suelo. Miró al fondo del pasillo y sintió un escalofrío de terror que le recorrió la médula espinal, todos los pelos de su cuerpo se le pusieron de punta, el instinto de supervivencia se abrió paso entre los ecos del pánico que reverberaban en todos los rincones de su cerebro. Intentó alcanzar la puerta. Pero no lo consiguió. Ella se le adelantó con una agilidad sorprendente para su edad y su peso y cerró con llave, luego se la mostró ante sus narices y la sumergió entre los enormes pechos que se apretujaban bajo un corpiño que parecía reventar ante cada inhalación de sus pulmones.

—Hola guapo. Te estaba esperando con ansiedad. —Y se le lanzó encima.


Indefenso ante el abrazo de oso que lo aprisonaba, sólo acertó a lanzar un alarido gutural que salió de lo más profundo de su garganta. Había caído en las redes de la Pescadera.

El olor. El olor.

viernes, 25 de junio de 2010

Japón

Terminé la particular "trilogia japonesa", aunque creo que elegí el peor momento para mostrarla: compatiendo post con Pollock... junto a Edward Hooper, mis pintores norteamericanos favoritos.







R.M.V.

Jackson Pollock.

Voy a canibalizar un trabajo que hice para Historia del Arte. Tuve la fortuna de descubrir a este pintor americano, que desarrolló una técnica muy especial y que consiguió hacer algo que nadie había hecho en toda la Historia del Arte. Hacer una pintura sin que el pincel toque la superficie a pintar. Lo divertido, es que en vez de tirarle piedras, le convirtieron en uno de los grandes pintores contemporáneos. Veamos porqué. (El vídeo pertenece a la película "Pollock", interpretada y dirigida por el genial Ed Harris).

 La tela está completamente cubierta de color, un horror vacui característico de la obra de Pollock y que el propio autor denominó all-over, llamado así porque llena toda la superficie del soporte y evita la existencia de un único centro de atención. Para su creación se ha utilizado una técnica muy particular llamada dripping (del inglés: drip, gotear) y que consiste en dejar que el color gotee sobre la tela desde un contenedor agujereado o salpicado directamente con las manos mediante el uso de bastones o brochas (splashing). Es una técnica pictórica característica del Action Painting, que consiste en salpicar un lienzo con pintura de manera espontánea y enérgica, sin un esquema prefijado, de forma que el cuadro se convierte en espacio de acción y no en una reproducción de la realidad. El principal elemento de esta técnica es el movimiento o la acción del pintor con relación al aspecto físico de la pintura, en conjunto con la superficie donde trabaja. Pollock no emplea caballete sino que coloca la tela directamente sobre el suelo para poder estar literalmente dentro de la pintura y de esta forma se desplaza sobre su superficie lanzando pintura o moviendo botes agujerados por los que gotea pintura. Tampoco empleaba pinceles o paleta sustituyéndolos por varillas o cucharas.




Emplea los colores tal y como salen del bote y utiliza colores puros: blanco y negro sobre un fondo de ocres y grises, con los que forma líneas que se curvan unas sobre otras en un extraño arabesco. Marcadamente transparentes a pesar de las muchas capas de color. No hay un motivo especial que centre la vista del espectador, es una obra que se debe disfrutar íntegramente, reemplazó la idea convencional de composición por otra que eliminaba los puntos de fuga, comprime el espacio y lo priva de perspectiva. No hay jerarquía de las formas y la pintura es un continuo que se podría expandir más allá de los límites del lienzo. Este cuadro muestra una intensidad inmensa gracias a la rapidez y a la energía de su ejecución que es palpable en el cuadro. Como no podía predecir el aspecto final de los cuadros no les ponía título hasta el final del proceso creativo y aún así, para no influir en el espectador, prefería darles un número, llamarlos sin título o referirse a ellos por la fecha de creación.


El propio Pollock definió su pintura de esta forma: “Mi pintura no viene del caballete. Casi nunca estiro la tela antes de pintar. Prefiero afirmar la tela sin estirar sobre una pared dura o el piso. Necesito la resistencia de una superficie dura. Sobre el piso me siento más cómodo. Me siento más cerca, más parte de la pintura, ya que de esta manera puedo caminar alrededor, trabajar desde los cuatro costados y estar literalmente en la pintura. Esto es similar a los pintores rupestres rupestres indios del oeste. Continúo alejándome de las herramientas usuales del pintor, tales como el caballete, la paleta o los pinceles. Prefiero palos, cucharas, cuchillos y gotear pintura fluida o una densa pasta de arena, vidrio molido u otros materiales inusuales adicionados. Cuando estoy en la pintura no me doy cuenta de lo que estoy haciendo, sólo después de una especie de período de acostumbramiento ver, en lo que he estado. No tengo miedo de hacer cambios, destruir la imagen, etc., pues la pintura tiene una vida en sí misma. Trato de que ésta surja. Sólo cuando pierdo el contacto con la pintura, el resultado es una confusión. Si no, es pura armonía, un fácil dar y tomar y la pintura sale muy bien”.




La obra se realiza sin un plan previo, y como el Jazz se construye conforme se ejecuta. Lo importante es la inmediatez, el acto de pintar más que el resultado final. No existe por tanto, un tema, ni un espacio determinado, ni una disposición compositiva, ni figuración. Su acción responde a un impulso libre, automático, y el resultado es un espacio puramente óptico y totalmente cubierto (all-over). La pintura es un espacio de expresión de sentimientos, pero no hay nada que descifrar.

El autor en referencia a un artículo escrito por un crítico dijo: “Un crítico ha escrito que mis cuadros no tenían principio ni final. No comprendía su sentido, ahora bien, ese era uno. Era incluso un hermoso cumplido, sólo que él no lo sabía”.

El autor

Jackson Pollock es el más importante pintor norteamericano del siglo y símbolo dentro del expresionismo abstracto. Nació en Wyoming en 1912. Estudia pintura en la Manual Arts High School de Los Angeles y en 1930 llega a Nueva York kpara estudiar pintura en la Art Students League. A principio de la década de los treinta sufre la influencia del muralismo mexicano a través de la obra de Clemente Orozco y y Diego Rivera. Entre 1935 y 1942 colabora con David Alfaro Siqueiros en la realización de murales en Nueva York. Realiza su primera exposición individual en la galería de Peggy Guggenheim el Art of This Century en 1943. De este período data la influencia de Picasso y el surrealismo, así como del psicoanálisis que inicia para combatir el alcoholismo. Con el tiempo toda pretensión de objetivar la distancia dio paso a un acercamiento desenfrenado a la pintura. Los caminos que tomó Pollock en busca de sí mismo, de un arte original, están cubiertos de cuadros de calidad muy diversa. Su obsesión por encontrar la verdadera originalidad le lleva en 1947 a tomar una decisión transcendental. Decide utilizar un método por medio del cual puede dar forma a su naturaleza más íntima sin hacer uso de diseños conscientes. Inspirado por Siqueiros, crea el principio del dripping y consolida la action painting. La técnica responde a sus necesidades expresivas de forma perfecta y en todos los cuadros de este período impresiona la intensidad de los trazos en los que pintura y dibujo forman un todo, dando lugar a un espacio puramente pictórico que invade la pintura entera, nace con ello la pintura all over, que rechaza los puntos de énfasis o las partes identificables del lienzo, de ahí que Pollock abandone la idea tradicional de composición, entendida ésta como la relación entre las partes. Tras un período de intensa creatividad (1947-1951) produce las black paintigs, pinturas negras, donde reaparecen extrañas figuras y retorna de nuevo al dripping. En 1950 realiza sus primeras exposiciones individuales en Europa. Destrozado por el alcohol muere en accidente de automóvil en agosto de 1956.

La posguerra afectó profundamente la sociedad americana lo que supuso la aparición de movimentos culturales como el pictórico del Expresionismo Abstracto, o el movimiento Beat en la literatura. Tanto el uno como el otro rompen con la forma tradicional de ver la sociedad.
 
 

La obra de Pollock fue un referente en el Expresionismo Abstracto, junto con otros pintores de la época desarrolló un lenguaje pictórico inédito y propio que influyó en la pintura posterior. El efecto más importante fue el desplazamiento del centro artístico de la pintura mundial a Nueva York, además influyó en movimientos pictóricos que se desarrollaron posteriormente como por ejemplo el Informalismo, que se caracteriza principalmente cuando los artistan dejan hablar a la materia. Enlucidos, arpilleras, óleos turgentes que podrían recordar las filigranas tridimensionales del dripping que emplea Pollock en sus obras.

Pollock marcó un record en el mercado del arte en el año 2006 cuando su obra “Nº5, 1948” alcalzó la cifra de 109 millones de euros.


La obra se adscribe al estilo artístico del Expresionismo Abstracto, siendo Pollock uno de sus representantes más característico.

El término fue utilizado por algunos teóricos que intentaron matizar el término con definiciones, pero no termina de ser especialmente acertado para definir el conjunto de la obra de los pintores de este estilo, pues en la práctica comprende estilos pictóricos muy diferentes, tanto en la técnica como en el tipo de expresión. Sí podemos definir algunos rasgos que son comunes:



1.- Con la abstracción. Uso de formas no extraídas del mundo visible.
2.- Enfasis en la libertad, espontaneidad y expresión personal de las emociones.
3.- Libertad en técnicas de ejecución con el fin de explorar los componentes físicos de la pintura para evocar cualidades expresivas (dinamismo, violencia, misterio, lirismo)
4.- Uso intuitivo de la pintura mediante una libre improvisación psíquica que la emparenta con el surrealismo.
5.- Renuncian a composiciones estructuradas, construidas sobre elementos discretos y segregables, que son reemplazados por grandes superficies unitarias, áreas indiferenciadas, redes u otras imágenes que aparecen en un ámbito desestructurado.
6.- Grandes áreas de color que llenan las superficies con el fin de dotar a los resultados visuales de monumentalidad y cierto poder de absorción.
7.- Uno de los movimientos dentro del expresionismo es la action painting, el uso de la pintura suelto, dinámico y elaborado con poderosos trazos que se mezclan con técnicas parcialmente dictadas por el azar como el dripping o el vertido directamente del bote.



miércoles, 23 de junio de 2010

No es país para viejos. Cormac McCarthy


"...Hace tiempo leí en un periódico de aquí que unos maestros encontraron de casualidad una encuesta que enviaron en los años treinta a varias escuelas del país. Incluía un cuestionario sobre cuáles eran los problemas de la enseñanza en las escuelas. Y encontraron unos formularios que habían enviado desde varios puntos del país respondiendo a estas preguntas. Y los mayores problemas mencionados eran cosas como hablar en clase y correr por los pasillos. Mascar chicle. Copiar los deberes. Cosas por el estilo. Cogieron uno de los impresos que estaba en blanco, hicieron fotocopias y los volvieron a enviar a las mismas escuelas. Cuarenta años después. Y he aquí las respuestas. Violación, incendio premeditado, asesinato. Drogas. Suicidio. Me puse a pensar en eso. Porque la mayoría de las veces cuando digo que el mundo se está yendo al infierno la gente simplemente sonríe y me dice que me estoy haciendo viejo. Que ese es uno de los síntomas. Pero lo que yo creo es que cualquiera que no vea la diferencia entre violar y asesinar gente y mascar chicle tiene un problema mucho mayor que yo. Y cuarenta años tampoco es tanto. Tal vez los próximos cuarenta sacarán a luz algún problema más. Si no es demasiado tarde."

Roído

Roído

Lo que ocultan mis labios
deseándote
y besando la ausencia con más desesperanza,
amordazado sin ataduras
sin hilos que mover en la oscuridad de mi alcoba,
esperándote
cuando mis manos desean buscarte en el vacío
de recuerdos, de sabores que se volatilizaron
tras tus pasos.
Huellas que no dejan pistas
señales a ninguna parte, que quedan en mi recuerdo
y sin poder recordarte
porque me duele, ahoga mi garganta
estruja mi pecho
como un trapo viejo, roído...
Y estarás
Y entrarás en las noches
como un soplo de aire frio
enredándose entre las sombras
del cristal de mi maltrecha ventana,
saboreando las últimas lágrimas con las que quise evocarte
y desee tanto que no fuesen mías.
Pero así me sentí, y así me siento cuando estoy despierto
así te extrañé, y así te extraño tanto cuando quiero olvidar
bajando a las profundidades de un infierno
que creé para mí, que quise para mí
y donde vivo muriendo cada día, un poco más.


Satori. 23-6-2009

martes, 22 de junio de 2010

V REUNIÓN HEDONISTA


Una mañana de domingo expectante por la espera de noticias que resultaron ser excepcionales ya que nos informaron, al grupo SOCO al cual pertenecemos un par de hedonistas y nos apoya con cariño el resto, del pase a la final del I Certamen de Música Emergente Misión Novel en la sala Cuasquías se celebra la V reunión hedonista en Arucas.
Ya sobre las 11 la avansadilla hedonista va tomando posiciones en una terraza para lo que se promete una mañana, larga mañana... de fluctuación de palabras encadenadas que van formando una tertulia muy amena. Al llegar a mi primer encuentro hedonista, lo que me había perdido!!!, ya estaban casi todos en cuerpo presente inmersos en el intercambio de ideas, tras los saludos correspondientes y felicitaciones por la final anteriormente mencionada me incorporo y el tema de conversación se centra en la música y trayectoria de los dos proyectos musicales (SOCO y NATURALEZA MUERTA) en la que nos encontramos involucrados algunos hedonistas. Se incorpora Orlando y se espera a Mode a quien parece ser que el deporte rey enguyó, se esperaba su presencia, al final no apareció... Acompañados de cortados en un principio y cervezas, refrescos a continuación, la tertulia se centra en las inquietudes culturales de todos llegando a coincidir en la posibilidad de unirlas (música, pintura, literatura, fotografía..) algún día y presentarlas al mismo tiempo al público. Idea que nos satisface a todos y se está estudiando.
El clima es agradable y ayuda al desinterés de todos por el transcurso del esclavizador tiempo que pasa sin darnos cuenta. Mientras se recuperan fuerzas con un par de tapas no se deja de exponer opiniones, ideas, sabiduría... sobre cultura, historia, sociedad, economía, política, geografía, antropología (ésto en concreto daría para llenar páginas y páginas...jejeje, quería dar las gracias a la colaboración desinteresada en éste tema al erudito tiernito), deporte, arquitectura, religión, televisión (aquí casi todos nos PERDIMOS desahogándonos, limpiando el mal rollo, decepción dejado por una serie de televisión "de cuyo nombre no quiero acordarme"... como diría Cervantes).
Fantástica mañana, mediodía, tarde!! (acabamos sobre las 16:30) en compañía de amigos...
Se repetirá seguro.