sábado, 21 de abril de 2012

SERVILISMO 1

Servilismo = Ciega y baja obediencia y adulación a la autoridad.
El PP se ha quitado la máscara y ha aparecido “el franquismo rancio” que todos los que vivimos la dictadura conocemos y que algunos se están ahora sorprendiendo, entre ellos jóvenes despistados, trabajadores trasnochados, ciudadanos nostálgicos…
La prensa de derechas es tan fuerte y su doctrina tan primitiva que enseguida cala entre la gente. Están los que se lo creen porque siempre han tenido esas ideas, otros que las aceptan porque le interesas para sus bolsillos y aquellos  que se dejan arrastrar por ignorancia.
Una de las cosas que echan de menos los franquistas es “el servilismo”, casi sinónimo de esclavitud, que ellos estén por encima del resto de los ciudadanos. Esos son ideas fascistas. Claro, si miras la naturaleza alguien te puede decir, la ley del más fuerte. Pero podemos contraatacar con la ley de los  más inteligentes. Pero los fuertes últimamente se han rodeado de sociópatas y psicópatas que no tienen ningún reparo. Si no, veamos el holocausto nazi y el judío, ambos lo mismo pero en diferentes fechas. Y el mismo capitalismo o filosofía económica neoliberal en la que el 1 % de la población mundial tiene casi todo el dinero y poder. La sociopatía está de moda y el altruismo en decadencia.
   Pero estaba escribiendo este artículo para contarles anécdotas de mi infancia durante la dictadura.

   Recuerdo que a los seis años me trasladé desde “El Cerrillo” (barrio de Arucas) a “La Pollina” (dentro de la Finca de la Marquesa de Arucas, que hoy llaman “La hacienda del buen suceso” (    http://www.haciendabuensuceso.com/). Era cinco viviendas rústicas con muros de piedras de un grosor casi de medio metro, habitaciones cuadradas amplias y altas y techos de teja roja. La nuestra era la del medio. Detrás estaban los baños también muy antiguos, como en las películas americanas del oeste. Cuando llegué allí me encontré con los hijos del primo de mi padre que vivían en la vivienda de al lado y con los que estuve muy unido y tuvimos muchas aventuras, sobretodo el mayor que era de mi edad y nos recorríamos parte del territorio rústico que nos rodeaba. Pero pronto se mudaron hacia la capital de la isla. Entonces tuve que emigrar para la Goleta y La Fula (barrio que está a poco metros por encima de esas casas). De este último bajaron dos hermanos amigos y comenzamos a construir una caseta (estilo Tarzán) sobre un árbol Uno de mis amigos era un gran artesano y con la ayuda de su hermano y mía hizo una obra de arte. Estábamos supe orgulloso, imagínese para niños de 10 u 11 años que tenía por aquella época. Pero los espías franquistas estaban vigilando los juegos de unos niños. Y no sabemos si fue un chivatazo o el mismo guardia de la finca le dijo a mi padre que tiráramos la obra.
¡No podía creerlo…!
Pero en aquella época no le podías decir que no a tu padre, que el pobre estaba de prestado en aquel lugar. Y nunca olvidaré la rabia con la que tuvimos que destruir la caseta. Quizás ningún libro introdujo en mi tanta idea antifascista, antifranquista como aquellos días.
A veces cuando caminaba por la finca nos cruzábamos con el coche donde “la marquesa” paseaba por su finca, y todos los trabajadores se quedaban “abobados” ante aquella imagen que circulaba por delante de sus retinas.