sábado, 16 de febrero de 2013

Micro para una mañana de sábado que parecía como otra cualquiera hasta que la poesía entró por la ventana...

Me había decidido a desmontar las estanterías y pasar la mañana limpiando libros uno a uno, pero al quitar la primera hilera de unos 20, me di cuenta de que la marca de polvo era muy, muy densa, como si
quisiera ser lecho de las palabras...Me ha parecido una metáfora tan hermosa de los vestigios que deja la sabiduría como huella indeleble que, con "Cuaderno de NY", de José Hierro en la mano izquierda y el paño del polvo amarillo en la otra pensé: que no seré yo, simple y mortal lector, quien quite abrigo a las historias y personajes que duermen allí guarecidos; arrancándolos de su sueño; de su descanso tras llenar mi vida todos estos años.
Así que he cerrado la puerta y me he ido a hacer algo menos poético y cotidiano...como fregar.