viernes, 11 de diciembre de 2009

La escultura de sí. Michel Onfray (Apuntes)


La escultura de sí:
Michel Onfray.
enero 2009. 256 págs. Errata Naturae
En este libro- como en todos los de Onfray- abunda la inteligencia: emocional, estética y el sentido común (que de esto puede presumir el francés). La idea central que luego Onfray desarrolla en este ensayo, queda clara en el subtítulo de portada: ‘Por una moral estética’. “La escultura de sí” defiende al ser humano dispuesto a convertir la ética en estética: al hombre que, frente a las ideas y virtudes tradicionalmente correctas y aceptables: la contención, la humildad, el perdón, sumisión, el amor incondicional…, se decanta por la grandeza, la diferencia y la virtud
El ensayo enfatiza en una moral que afirme al ser humano y que lo aleje de las imposiciones (desde el Estado, desde una religión o cualquier instancia superior) y sólo obedezca a su propia voluntad. El autor utiliza el personaje de Condotiero, un mercenario que, contra lo que parece ser por naturaleza, encarna virtudes variadas y sublimes.
De las tesis de Onfray surge la idea de un ser libre, que abomina de lo que él llama «ideas fijas»: el hombre común, se conforma con la mediocridad de la masa y esto le impide brillar con luz propia. En la mediocridad se acepta como natural que la grandeza es una virtud imposible y casi prohibida.

De nuevo, Onfray defiende y aboga por un hedonismo bien entendido, placentero y que no da cabida a las renuncias (el «placer negativo», que llama Onfray en la obra), porque el hedonismo es afirmativo y vital, persigue la alegría del ser y no concede la más mínima oportunidad al sufrimiento:
*“Es lícito despreciar o ignorar a nuestros semejantes si no se encuentran puntos de conexión con ellos, frente al amor cristiano que todo lo iguala; esa igualdad se traduce en la mediocridad y la neutralidad de los demás". Onfray presenta el término eumetría para referirse a la capacidad de alejar a los demás (a los que despreciamos o ignoramos) o de acercarles (a los que respetamos o admiramos).
Un libro sobre la pasión por la estética y la inteligencia; el sentido común aplicado a la vida cotidiana y una llamada a la felicidad como camino a seguir, como medio y no como fin.



NOTA de la editorial: Michel Onfray, con este ensayo ha obtenido el prestigioso Premio Medicis de Ensayo. En él aparecen casi todas las claves teóricas que el autor ha desarrollado en su proyecto filosófico general: una ética de la inmanencia sostenida por nociones como las de individualismo libertario, utilitarismo festivo o erótica solar.

2 comentarios:

Juan G. Marrero dijo...

¿Onfray...? Me suena ese autor...
Intentaré leer algo de él...heenn

Modesto González dijo...

Mucha verdad hay en definir al ser humano como un seguidor de masas, sin opinión propia, con tal falta de confianza que entrega su destino a esas imposiciones, como la iglesia....
Como dice Juan: hay que leer más. Por cierto, un día estuvimos Ángel y yo en la biblioteca, hará un mes, y vimos una estantería con libros de Onfray y más de filosofía. Definimos aquel espacio como: "la estantería juanboriana". Estaba todos los pedidos por usted, señor Juan.

"Y aquel rincón brilla como un lucero en las oscuras e ignorantes mentes de los aruquenses".....

Así lo entiendo yo.