lunes, 7 de mayo de 2012

Desde la estepa de lo cotidiano todo parece lo mismo, las suaves nubes blancas, el amarillo y cálido Sol, la decrepitud de las cosas. Siempre me pregunto por que lo terrible y lo bello van juntos de la mano.

3 comentarios:

Modesto González dijo...

Irán juntos de la mano porque uno no puede estar sin el otro. Cuando alguien es buena persona, es porque existen malas personas. Lo mejor: el equilibrio.
ya sabes, el Ying y el Yang, la noche y el día, la tristeza y la alegría. Cuando sentimos todo esto, es bueno estar triste, para luego estar MUY contento, feliz o como coño se llame.

Mensy dijo...

Muy interesante tú pensamiento Ángel, parece sencillo en apariencia, pero muy complejo para argumentar porque tiene muchos matices. Por ejemplo el significado de bello o terrible no es el mismo para todos…a mí me puede parecer hermoso ver un paisaje en plena selva mientras un león devora a una cebra, como la acecha entre un grupo eligiendo a la más débil, para luego abordarla en una carrera vertiginosa y clavar su letal mordedura en su cuello (y no sigo)…..Pero eso forma parte de la supervivencia y del equilibrio natural y lo mismo pasa con el ser humano.
Ahora bien cuando lo bueno y lo malo están equilibrados la armonía es perfecta, pero algo terrible ya es algo extremo y ese equilibrio se rompe. Pero si eso terrible viene provocado por una catástrofe natural, es un ciclo más que se debe afrontar, pero cuando eso terrible viene provocado por la hipocresía, la avaricia, el egoísmo en su parte más extrema y todo gira en torno a un bombardeo constante de maldad, desgraciadamente llega al punto de hacerlo cotidiano como tú bien dices y aquí viene lo peor y peligroso, que lo que ves ya como algo normalizado en un momento determinado lo vas a imitar………….
Como diría el poeta Rainer María Rilke “Porque lo bello no es sino el comienzo de lo terrible”…………

Satori Kundalini dijo...

Yo por mi parte, me gustan los días claros y luminosos...¡Pero! una cosa que algunos no entienden de lo que les cuento que cuando llueve en invierno y veo agua por todos lados, la calle convertida en un río, también cuando hay neblina, cuando hace frío... todo eso me gusta tanto o más que los días de primavera y verano.
Muchas veces no entiendo la expresión: ¡Ha llegado el buen tiempo! cuando acaba el invierno... ¿Es que no saben que toda la vida depende del agua?
Por eso, yo disfruto con cualquier día, y casi con cualquier cosa.