miércoles, 24 de julio de 2013

PSICOMAGIA



Últimamente estoy profundizando en las algunas Terapias alternativas, entre ellas la biodescodificación (basada en las teorías del Dr. Hamer), el par biomagnético (del  Dr. Isaac Goiz), las constelaciones familiares o transgeneracional y cómo no, la psicomagia de Alejandro Jodorowsky, cuyo libro, muy interesante, me estoy leyendo.


PSICOMAGIA


.-¿Cuál cree que es la verdadera finalidad del lenguaje? ¿Cómo interpretarlo y hacerlo útil?


 El lenguaje es ante todo una actividad del cuerpo, se corresponde con la naturaleza del sistema nervioso. Desde mi punto de vista, debemos ser capaces de producir un lenguaje bello y poético. Un lenguaje sano. Las enfermedades mentales, como las enfermedades corporales, se reflejan en la manera de hablar. Hay palabras dementes, enfermas, tuberculosas o cancerosas; palabras que no son naturales sino violentas y criminales. La enfermedad y el lenguaje insano se retroalimentan y resultan destructivos. A través del lenguaje, además, nos transmitimos enfermedades y accedemos a niveles de conciencia inferiores. Los niveles de conciencia del lenguaje coinciden con los del ser humano. De la misma manera que el cuerpo humano ha ido mutando, el habla también. Si estancamos nuestro lenguaje, usamos una forma y un contenido que ya no nos corresponde. Si empleamos un vocabulario enfermo que no es el nuestro, nos va minando poco a poco.


 .-Ahí está el uso de lo malsonante, lo grotesco, el exabrupto...

 Si te refieres a las palabrotas, te diré que las palabrotas son simpáticas porciones revolucionarias que están destinadas a romper moldes familiares, sociales y de todo tipo. Tenemos la impresión de que se tiene una gran libertad al pronunciar una palabrota, sin embargo su uso reduce el nivel de conciencia. La palabrota no es útil, o lo es sólo al comienzo, para liberarse. Al principio resulta revolucionaria, pero no conduce a ninguna mutación. Es como el argot. La gente va deformando el lenguaje a través del argot, que en principio puede ser útil en la medida en que establece fuertes relaciones identitarias de grupo, pero que baja de golpe el nivel de conciencia. El único lenguaje que nos sube de nivel de conciencia es el lenguaje sublime: el del arte y la poesía… (pag, 120)


.-A lo largo de la historia de la humanidad, la metáfora de la transformación personal ha tomado distintas formas. Una de ellas ha sido la magia. ¿Es posible la magia sin superstición?

 La magia no es la superstición, la magia es la naturaleza del mundo. El mundo no es lógico ni racional, es mágico, y existe una estrecha unión de todos los acontecimientos, por eso llamé a mi libro La danza de la realidad, porque todos los acontecimientos están ligados, unidos; el tiempo no es lineal, los efectos algunas veces se producen antes que las causas, hay misterios... El setenta por ciento del mundo no podemos comprenderlo, como el chimpancé no comprende el noventa por ciento del mundo. Nos queda mucho por aprender. La realidad es milagrosa, es mágica. Obedece a principios que no son científicos. La realidad no es científica.


.-Y cuando no entendemos esa naturaleza del mundo creamos supersticiones...

Exacto, y creemos en cosas que no son porque las necesitamos. 

.-¿La magia trabaja sobre la realidad o sobre nuestra manera de ver el mundo?

En la magia, si eres consciente, podrás ver las metáforas, las analogías: para que llueva, el chamán hace ruido con los dedos en la tierra. Si has evolucionado te das cuenta de que esto, a un cierto nivel, funciona porque esa analogía es útil. El inconsciente acepta las metáforas, y cuando tú conoces las leyes del inconsciente te das cuenta de que la magia maneja esas leyes. La magia trabaja sobre el inconsciente.

Hablo del inconsciente de la realidad, no de nuestro pequeño inconsciente. Al ser misteriosa, la realidad muestra que existe un inconsciente personal, uno familiar, uno de grupo, uno del planeta, uno del universo... Así es la realidad. El mundo es tanto lo manifestado como lo no manifestado. El mundo es tanto lo que es como lo que no es. El mundo es tanto la posibilidad que se nos aparece como las infinitas posibilidades que se nos ocultan…” (pag.126)


.-¿Cuáles son las leyes de la magia?

Son cuatro: querer, osar, poder y callar. Por «callar» entiendo «obedecer». La fuerza en reposo es la mayor fuerza, por eso a veces cuento esa historia iniciática que relata cómo el hombre más fuerte del Imperio chino hace su demostración de fuerza sacando una mariposa de una cajita y diciendo: «Soy tan fuerte que puedo tomar una mariposa por las alas sin dañarla». Eso es callar. El conocimiento hay que manifestarlo sólo cuando se nos pide, y si no hay que callar. Una cosa es dar y otra obligar a recibir a los demás...




.-¿Y cómo interpreta «querer, osar, poder y callar»? 


«Querer»: si tú no quieres, no avanzas. Hay quien no quiere curarse. Los evangelios lo apuntan cuando Jesús pregunta al paralítico si quiere andar, porque si uno no quiere, ni un dios te puede curar. 


«Osar»: curarte es hacer frente a los cambios que la curación te va a producir. El paralítico llevaba cuarenta años inválido, así que curarse para él significaba no tener dinero porque no mendigaría más. Cuando estás enfermo, en realidad, estás llamando la atención de los demás para que te cuiden, estás pidiendo cariño. La enfermedad es una comedia de peticiones. El enfermo pide a gritos que lo amen. Hay que osar ser curado, entrar en una nueva individualidad en donde desconoces la dirección porque se produce un cambio y, en cierta medida, una nueva personalidad.


 «Poder»: significa que una vez que estás haciendo las cosas, entras en lucha y no tienes que ser tu propio enemigo. Para poder hay que ser uno y no ser otro, no luchar contra ti mismo porque ello te producirá una gran neurosis de fracaso. 


«Callar»: significa que cuando intentas transmitir lo que ganaste, lo pierdes por exhibicionista. Éste es el problema que tienen algunos gurús: muestran su santidad y la pierden en ese mismo acto. El verdadero maestro es invisible: no tiene flores, ni collares, ni anillos, ni fotos, no tiene escuela ni discípulos. Para el verdadero maestro toda la humanidad es su discípulo. De manera disimulada desliza bienes y conocimientos que puedan elevar el nivel de conciencia del otro. No necesita escuela ni ambiciona ser maestro. Es maestro porque obedece a una voluntad universal que es superior a él. (pag.127)


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