Cuando llegué a Arucas el 7 de septiembre dejé por unos días
mi carrera diaria. Pero al pasar los días y ver el bonito paseo que han trazado
a lo largo de la carretera desde el Lomo de Arucas (donde resido hasta el
cartel de Visvique) me fue entrando el
gusanillo y un día comencé a realizarlo. Durante el trayecto siempre recuerdo a
mi padre, que desde que comenzó a vivir en su nuevo domicilio iba todos los
días hasta el edificio de la 3ª edad, donde ganó varios torneos al billar,
echaba sus partidas a las cartas y al dominó pero el iba por una ruta bastante agreste.
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-¡No puede ser él…!
Continué mi camino, pensando en otra cosa y cuando ya me
acercaba a la persona…
-¡Sorpresa….!
-¡ Era mi tío, el hermano del mi padre…!
Se lo conté…Y le pregunté cómo llevaba el libro que le había
dejado hace un mes, La naturaleza humana, de Jesús Mosterín. Ya me habían
comentado que le estaba gustando mucho.
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