lunes, 4 de noviembre de 2013

Eternal Sunshine of the Spotless Mind

Fuera luces, silencio fúnebre, ventanas cerradas,   
llueve...
la soledad es una maravillosa compañera por espacio de 3:34 minutos...
y ese escandaloso silencio                                                   
que regala el tiempo necesario, 
como lo haría con un agotado boxeador en su rincón, 
y vuelve a ubicarte en el mundo; y casi duele.

 

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