miércoles, 6 de enero de 2010

50 €

El día 5 de enero tuve que acudir a la llamada urgente del gran capital y hacer cola en uno de sus agujeros negros…Allí había de todos los perfiles de la especie humana...Si llega a estar Manolo Vieira se hubiera hinchado a hacer chistes…
Muchos con móviles y gritando …

¿Para qué necesitan teléfono…?
El rato que
estuve no sabía dónde esconderme, pero la realidad me decía que tenía que pagar…
De todos los personajes uno me resultó un poco simpático…un hombre de unos 40 años con un niño de unos dos años en sus brazos y una niña de unos cuatro que se escondía entre el público… El llegarle el largo turno, en
la ventanilla entregó un papel y le devolvieron un “billete de 50 euros”…El hombre intentó firmar el recibo de varias formas, porque el niño se le había dormido y no podía...
Muy sonriente salió con sus dos niños y aquel billete…

No tenía pinta de ser alguien que va por ahí pidiendo aprovechándose de los niños…


¡Jolines con la crisis…!

2 comentarios:

Modesto González dijo...

Pues tremenda crisis se vivía estas navidades en las calles de Las Palmas. Al final, según dicen, mucha gente pero pocas compras. Lo que si pude constatar fue tanta gente financiando todas sus compras. Una deuda a cambio de una ilusión.

Raúl M.V. dijo...

Hablando de la crisis... hace unas semanas,en Cuatro,la chica de "21 días" se vino a Tenerife a "vivir" en crisis con una familia en la que sólo entraba un subsidio de 400 y pico euros para alimentar unas 7bocas. El padre de familia curraba de extranjis aquí y allá para llevar a casa unos eurillos más... y así muchas familias a las que la crisis les daban bofetadas a dos manos. Una semana después, la señorita de "21 días en la piel del prójimo" se embarcó en una vida de puro lujo, calzando zapatos de 600 euros, disfrutando en fiestas del brazo de un millonario heredero, hospedándose en habitaciones de 5000 euros por noche con mayordomo... y todo en el mismo país. Así es la polisémica crisis: se brega con unos (con los de siempre, los que se levantan a las seis de la mañana para pagar a los bancos) y deja igual de ricos a los ricos (los de siempre, también). Como decía aquel dramaturgo (posiblemente Sófocles): “la vida es drama y comedia en la misma página”.