jueves, 11 de febrero de 2010

El eco metálico

El eco metálico

En la oquedad de mi armario de madrugada
me seduce el eco metálico de las perchas de alambre
martilleando sobre sí mismas
al descolgar mi ropa...
Y las luces de mi calle brillaban
de una manera diferente
tan distinta a la que dejé anoche dibujada desde mi ventana.
En el silencio de hoy, es el canto nítido de los mirlos
la melodiosa música que acompaña mis pasos
sumiéndome en la dulce melancolía
que da sentido a mi vida.

Voy camino de mi trabajo
dispuesto a empezar un nuevo día
pero a la vez
deseando gozar de estos momentos eternamente.
Y entre tanto las sombras
más vivas que nunca
parecen dormitar sobre las aceras,
sobre las calles, sobre las paredes,
dejando apenas espacio para la luz de las farolas.

Todo cambia y se detiene
y se detiene y cambia
y yo sigo disfrutando de esta madrugada
tan distinta
que con inusual placidez
despeja mi vieja incertidumbre de quien soy...
Y me dejo llevar por los sonidos de las perchas metálicas,
por el canto de los mirlos al amanecer,
y por el silencio que hay en cada sombra
vagando dentro de mí.


Satori 11-Feb-2010

3 comentarios:

orlando dijo...

Que bien Satori, que alma de poeta .

Raúl M.V. dijo...

Hacer poética la rutina y el día a día... algo tan difícil y lo fácil que lo hace Satori.

Modesto González dijo...

Hasta parece que uno se levantará con más ánimos el lunes... ¿o no?