Cabalgando sobre los restos de mi ruina, me dirijo a ningún sitio donde nada me espera, donde todo es olvido. Retomando el camino perdido, busco caras conocidas y solo encuentro huesos con olor a primavera que me avisan de mi destino, todo es cruel y nada es importante, solo lo que llevo en mi alma errante, viviendo en la orilla de la vida cualquier momento es bueno para venir al otro lado, solo que aún la marea sigue en calma.....
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