miércoles, 23 de junio de 2010

Roído

Roído

Lo que ocultan mis labios
deseándote
y besando la ausencia con más desesperanza,
amordazado sin ataduras
sin hilos que mover en la oscuridad de mi alcoba,
esperándote
cuando mis manos desean buscarte en el vacío
de recuerdos, de sabores que se volatilizaron
tras tus pasos.
Huellas que no dejan pistas
señales a ninguna parte, que quedan en mi recuerdo
y sin poder recordarte
porque me duele, ahoga mi garganta
estruja mi pecho
como un trapo viejo, roído...
Y estarás
Y entrarás en las noches
como un soplo de aire frio
enredándose entre las sombras
del cristal de mi maltrecha ventana,
saboreando las últimas lágrimas con las que quise evocarte
y desee tanto que no fuesen mías.
Pero así me sentí, y así me siento cuando estoy despierto
así te extrañé, y así te extraño tanto cuando quiero olvidar
bajando a las profundidades de un infierno
que creé para mí, que quise para mí
y donde vivo muriendo cada día, un poco más.


Satori. 23-6-2009

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