viernes, 22 de abril de 2011

Mi niña.

Nunca pude buscarte
así, empecé a perderte, siempre.
Era tu voz la que imaginaba
y cuando soñé contigo
con estrecharte entre mis brazos, tuve tanto miedo.
Nunca pude entender
qué sentiría, qué sentirías
si me llamases a jugar en el columpio del parque
si yo llenase tu habitación de estrellas
y te contase un cuento sencillo de final feliz.
Empecé a perderte
desde que imaginaba que cerrabas tus ojos
y te quedabas dormida
y yo me desvanecía en tus sueños
y mi sueño se desvanecía en la profundidad de mi mente
en la esencia cálida que creí sentir, de la profundidad de tu alma.
Nunca podré buscarte
y te perderé, desde ahora, desde antes de pensar
en la cara que tendrías
en el tacto de tu piel al estrujarte de cariño entre mis brazos.
Sé como de tibias son tus mejillas, lo sé,
las he sentido, las he visto, las he tocado con ternura que se desvanecía
a la vez que tu cara.
Dulce niña mía, donde andarás esperándome
en que parque, y cuantas noches querrás que te de un último beso
antes de dormir… Así empecé a buscarte y a perderte.

Satori 2011

2 comentarios:

Ángel Díaz dijo...

muy bueno rafa, si.

Juan G. Marrero dijo...

Recuerdo una vez que quería tener la parejita y estaban emitiendo en la tele un programa sobre niñas sin hogar en Tailandia...Unas ganas de traerme una de aquellas niñas cuyas vidas iban a tomar caminos muy desagradables...