lunes, 17 de octubre de 2011

MEMORIA DE LA EDAD MADURA (Miedo a los cincuenta) de Erica Jong


Un amigo me dejó hace un par de días el libro “Memorias de la edad madura” de Erica Jong (1994) porque mientras lo leía dice que le recordaba cosas que yo le contaba de mis relatos…Me lo estoy leyendo y haciendo un resumen. Está tan interesante que ahí va un adelanto.

http://es.wikipedia.org/wiki/Erica_Jong
“…La verdad es que me asustaba estar sin hombres. Me asustaba porque, por motivos que me eran desconocidos, atraía a los hombres como la miel a las moscas y no tenía una red de seguridad nata…”
(Cap. V Cómo llegué a ser del segundo sexo, pag.182)
“…Pero la fama nunca me hizo feliz, aunque eso, claro está, no significaba que quisiera renunciar a ella. La fama es una gran prueba de carácter. ¿Sé pierde una o se encuentra como resultado de tenerla? Muchos de nosotros nos perdemos a nosotros mismo, al menos un tiempo. Algunos volvemos. La mayoría no lo hace…”
“…Yo tenía treinta y dos años y él tenía veintiséis, pero en cierto sentido los dos acabábamos de salir del cascarón. Nos prometimos uno al otro la vida aquella primera noche, y gracias a nuestra hija Molly siempre estarán unidad.
Posteriormente nos hicimos un daño horrible uno al otro, hicimos cosas espantosas, fuimos amantes y padres irresponsables, cegados por el orgullo, los celos, la rabia.
No me corresponde ser su caballo de Atila, aunque lo fui en algunos libros, que demuestran que todavía creía culpables a los que me querían hacer libre.
Necesito añadir estopara él y Molly. Me habría gustado haberme conocido mejor y haberles hechos menos daño. Me gustaría haber sabido entonces lo que sé ahora: que es inútil culpara a los maridos o a los hijos de las propias deficiencias, algo que sólo retrasa el momentos de encararlas. Hasta que una acepta que es responsable de ellas, no hay paz…”
“…Escribir, que para mí había empezado siendo un modo de seducir a la musa y conseguir el cariño del público, ahora iba a tener una función distinta en mi vida. Recuperé la capacidad de disfrutar que tenía en la infancia, un medio de placer, de conocimiento propio…”
(Cap. VIII Miedo a la fama, p. 287 y 289)
“…Lloré todos los óvulos, les escribí poemas, sintiéndome abyecta y al tiempo aliviada…” (Cap. IX Baby, baby, baby, pag. 295)
“Éste es un capítulo que no quiero escribir. Pero tiene que formar parte de este libro, porque el divorcio es la ceremonia con la que mi generación alcanza la mayoría de edad, un rito que imprime carácter y que hace que todo lo que pase después parezca soportable…”
“…La adicción es también parte de lo que no quiero contar, y no sólo porque muchos la han contado y presumido de encontrar –la respuesta-. En parte debido a ellos, he llegado a valorar la fuerza de no utilizar palabras para todo. El alma sólo puede estar en silencio. El encararse a sí misma, no se puede hacer en público. Y anunciar la propia recuperación es un modo seguro de perderla. ..
La adicción es la enfermedad de nuestro tiempo. Es astuta y poderosa. Procede de nuestra hambre espiritual crónica y se nutre de nuestro interés por tener y gastar, y por noticias y cotilleos ajenos a nosotros mismos. Centrarse en lo que cuentan los demás sólo es una distracción de las necesidades del propio espíritu. La adicción se incrementa con nuestra represión crónica de la vida interior…”
“…Yo parecía creer que el alcohol ayudaría, porque en aquella época una se podía doctorar en alcohol en Breadloaf…Había alcohol en los departamentos de literatura, alcohol en la residencia, alcohol en la sala de estar de la facultad. El cielo quedaba estriado de alcohol al atardecer. El ciclo era fijo. Alcohol hasta la inconsciencia, dormir y café para levantarse. Había que mantener a raya aquellos malos pensamientos a toda costa. Pero ¿entonces qué te queda? La inconsciencia…”
“…El sexo sigue siendo un dilema. Por mucho que lo necesitemos, no podemos hacerlo sin sentir nada. Los sentimientos siempre se interponen, maldita sea…”
“…Para acostarme con hombres que no me gustaban bastante estaba la marihuana. Para salir con amigos que no eran amigos, estaba el alcohol. Para las mañanas estaba la aspirina. Para las noches estaban el válium y la codeína. Mi cabeza se rebelaba. Me latía como un púlsar en el espacio. En eso consistía el mensaje cósmico. En cuanto lo dejaba de escuchar, hacía que me resonaran unos tambores invisibles en el cráneo.
El cuerpo es más listo que quien lo habita. El cuerpo es el alma. Ignoramos sus colores, sus malestares, sus erupciones, porque le tenemos miedo a la verdad.
El cuerpo es el mensaje de la vida…”
“…He oído a mucha gente decir que todavía está enamorada de sus antiguos amantes en una sinapsis u. Eso mismo es cierto para mí. La memoria nuble el amor, como siempre pasa, pero debajo de la niebla del olvido, permanece el amor. Yo todavía los quiero a todos…Incluso los quiero más que cuando estábamos juntos, porque ahora tengo más empatía…”
“…Debes de haber sido profética-me dicen ahora los ejecutivos de las televisiones-.Ibas con años de adelanto sobre tu época…” (Esto sucedió después de rechazarle guiones de series de TV donde introducía el divorcio…)
También realizó un libro para niños donde introducía el divorcio y también fue un fracaso. Luego los psicólogos infantiles comenzaron a buscarlo…
(Cap.X El divorcio y lo que vino después)
Una docena de tópicos en los que creen las mujeres:
1. Si me quiere, se será siempre fiel
2. Necesito un hombre para sentirme completa
3. Si usas tu energía para apoyar a un hombre, él siempre te apoyará a ti.
4. A los hombres les gusta que les digas la verdad sobre tu relación
5. Los hombres quieren a las mujeres que nunca se le oponen, que les conceden todos los caprichos
6. Los hombres quieren ser caballeros en blancos corceles y rescatarte
7. Los hombres aborrecen a las feministas
8. A los hombres les gustan los niños pequeños y todos desean ser unos padres devotos
9. A los hombres les gustan las mujeres lascivas
10. Los hombres son racionales, las mujeres irracionales
11. Los hombres aborrecen a las mujeres que tienen más dinero que ellos.
12. A los hombres les gustan las mujeres de rasgos perfectos y cuerpos perfectos.
(Cap. XI Doña Juana se hace lista o guía para chicos malos de una buena chica)
“ …Conocí a un pianista danés que iba todos los años a Venecia a tocar en un bar de mala muerte. Por el invierno y durante la primavera, lo tenía contratado un jeque de Sharjab por muchos, muchísimos ducados. Pero todos los veranos y los otoños se veía empujado a regresar a Venecia como si el espíritu de su antigua identidad le arrastrara hasta allí…”
“…Me echó el aliento en la nuca, me pasó un dedo por el antebrazo de un modo posesivo, premonitorio. Me tomó con sus ojos.
Yo estaba perdida en sus ojos pardos de fauno, olía el fuego bajo su piel morena, admiraba su rizado pelo rubio de sátiro. Su sudor era libidinoso y delicioso, ¿O era el mío? Parecía que teníamos el mismo olor.
-Lo siento, pero no estoy libre del todo- dijo, haciendo un gesto hacia la duquesa.
Lo que quería decir era lo puesto, como sucede tantas veces: Me alegra no estar libre del todo. Ella es mi vacuna, mi protección, mi escudo invisible, pero me encantaría traerte a Venecia una y otra vez a base de pequeños lametazos y mi mágico sabor.
Y así comenzó la cosa. Se fue destilando en la laguna durante un año entero, se consumó una noche de luna llena un año después, siguió intermitentemente durante años y terminó para siempre cuando huí de Venecia dominada por el pánico, sin ni siquiera haberle visto…”
(Cap. XII Hacerse veneciana)
“Para cualquier escritora, la más inefable de todas las verdades sobre sí misma es la historia interior, la historia que escribe sin saber por qué, la historia automática, instintiva, con la que el inconsciente la alimenta intravenosamente. Mi historia es picaresca…”
“…¿Dónde está la mujer que empieza desde el principio por ella misma, que no se limita a reaccionar, que vive su vida en razón de un ideal al margen de la relación? ¿Podemos llegar a imaginar una mujer así? Y si la imagináramos, ¿Se identificarían las lectoras con ella?...”
“…Y ahora nos dirigíamos a nuestra granja toscana con expectativas mayores que las expectativas de matrimonio de Miss Havisham. (Hoy seguramente se llamaría Ms. Havisham y estaría en un programa de desintoxicación en doce etapas para curase de la co-dependencia)…”
“…Me acuesto con la luna llena brillando en mi ventana y todos los hombres a los que he querido en mi carnet de baile soñado, invitándoles a que visiten mi cama. Echo de menos a mi marido, pero sé que es importante que pasemos unas semanas separados todos los veranos. Es un modo de recordar quiénes somos el uno sin el otro. Nos permite tener nuestras propias vidas y fantasías que no siempre coinciden…”
“…¿Y qué es la risa, en cualquier caso? Un cambio del ángulo de visión. Por eso se quiere a una amiga: por su capacidad para cambiarte el ángulo de visión, hacer que te sientas bien cuando te sientes mal, recordarte que eres fuerte cuando te sientes débil. Y para decirte la verdad, pero sin malicia. La sinceridad cariñosa es el secreto de la lamistad…”
“…¿Cómo me voy a identificar con un movimiento que dice que no tengo que tener hijos o que tengo que ser lesbiana para ser feminista?...Hasta que no reconociéramos abiertamente los errores que había cometido el feminismo antes de la Década de la Flagelación, no conseguiríamos impedir que la flagelación se produjera otra vez…”
“…Pero ni siquiera un perro puede ser reemplazable hasta que le haya llorado lo suficiente…”
“…Puede que Henderson (“Henderson, el rey de la lluvia “ de Saul Bellow), el rey de la lluvia, pueda atribuir la gracia de su vida al amor, pero, para las mujeres, el amor sexual es una cuestión más peligrosa. Siglos de muerte al dar a luz, la muerte de niños, los millares de promesas rotas de los hombres, nos han enseñado que no podemos confiar en el amor carnal por encima de nuestra propia supervivencia…”
“…En este momento de la historia puede que no nos podamos permitir tal entrega al amor. Puede que nos arrebate demasiadas cosas. En cuanto mujeres de la generación flagelada, nuestro dilema ha sido cómo amar y al tiempo amarnos a nosotras mismas.
Parte de nosotras quiere amar como las diosas, fría y caprichosamente. Parte de nosotras rinde tributo a Kali, comiendo a su amante y sujetándose su cráneo a la cintura. Parte de nosotras quiere amar como Juno, eligiendo a los hombres mortales, jugando con ellos, luego dejando que se vayan, convirtiéndolos, cuando se van, en cuevas contra las que rompa la mar, en grandes piedras fálicas, o incluso, si tenemos piedad, en cerdos.
Parte de nosotras quiere ser Atenea y Diana, que no necesitan amantes, que en lugar de eso tienen intelecto y una gran puntería.
La propia luna, con su gran cabeza hueca, aconseja frialdad. El final de la picaresca es la razón-dice-.Y la razón siempre excluye el amor.
Pero ¿Es cierto? Al final, podemos llegar a otro tipo de amor. Preparadas para él por el amor sexual, el amor maternal, podemos llegar al amor que nos relaciona con la eternidad. Con objeto de llegar a ese amor, antes debemos creer en él. Esto al principio sucede a regañadientes, luego con decisión, finalmente con pasión. Tenemos que llegar a creer que el amor carnal no es suficiente. Y luego el océano del espíritu en que flotamos se volverá manifiesto.
Lleva cierta disciplina romper con nuestra ceguera habitual hacia algo que no se material. Unas pueden necesitar abstenerse del alcohol y las drogas; otras pueden necesitar abstenerse de la comida y las cosas materiales. La renuncia nos ayuda a ver con más claridad el camino, pero lo fundamental no es el alcohol ni la comida. Abstenerse de esas cosas revela simplemente el sendero que siempre estuvo allí…”
“…Yo era la roca para que trepase ella cuando la nieve se arremolinaba a su alrededor con su terrible secreto. Ahora me estaba pasando esa firmeza. Si todas estamos hecha de “amor”, son nuestras amigas quienes nos lo recuerdan. Les hemos pasado ese don de “amor” a ellas. Nos lo devuelven cuando más lo necesitamos.
El camino de la picaresca probablemente también sea una metáfora del viaje de vuelta del alma a su creador. Los ladrones que acechan en el camino-ladrones de dinero, de amor, de magia, de tiempo- son meramente obstáculos humanos que impiden a la viajera percibir que el camino es ella misma.
El camino es muy empinado y escarpado cuando nosotras hacemos que sea así, muy liso y sin obstáculos cuando nosotras lo queremos, firme cuando somos firmes, transitable o intransitable como nuestro propio caminar.
Es una verdadera obra picaresca, el héroe deja de esforzarse y se convierte en el camino…”
“…Nos habíamos sentido lo suficientemente queridas para enfadarnos y discutir, para mostrarnos nuestros desnudos cuellos y nuestros colmillos al aire, y la amistad tomó otra dirección hacia la intimidad. Sin enfados no puede haber intimidad…”

(Cap. XIII La vida picaresca)

8 comentarios:

Araceli dijo...

Me voy a comprar el libro Juan, es muy interesante ésta mujer.

Juan G. Marrero dijo...

El que lo hizo famosa fue:
MIEDO A VOLAR
http://errataseminentes.blogspot.com/2006/02/miedo-volar.html

Araceli dijo...

Lo he leido, gracias Juan.

ojos de lluvia dijo...

Parece interesante, habrá que leerlo. Gracias

Mensy dijo...

Yo también me estoy leyendo este libro……………..Si lo quieres en formato digital, te lo paso Araceli…………….
Y su poesía también es muy sugestiva………………..
http://www.grupoese.com.ni/2001/bn/bc/ed173/poemas173.htm

Araceli dijo...

Gracias Mensy

Araceli dijo...

Mensy, te doy mi correo ?

karnak dijo...

Yo este libro creo que no lo voy a leer, estoy lejísimo de los 50. Aún tendría que leer miedo a los 30 y miedo a los 40...