Me había decidido a desmontar las estanterías y pasar la mañana limpiando libros uno a uno, pero al quitar la primera hilera de unos 20, me di cuenta de que la marca de polvo era muy, muy densa, como si
quisiera ser lecho de las palabras...Me ha parecido una metáfora tan hermosa de los vestigios que deja la sabiduría como huella indeleble que, con "Cuaderno de NY", de José Hierro en la mano izquierda y el paño del polvo amarillo en la otra pensé: que no seré yo, simple y mortal lector, quien quite abrigo a las historias y personajes que duermen allí guarecidos; arrancándolos de su sueño; de su descanso tras llenar mi vida todos estos años.
Así que he cerrado la puerta y me he ido a hacer algo menos poético y cotidiano...como fregar.
5 comentarios:
Como relato es muy bueno.
Como excusa para no pasar el paño, no se yo si colaría. Mañana lo intentaré en casa a ver que sucede.
Jajaja…..a mí también me suena a excusa, pero es una excusa muy bonita…….Yo después de conseguirme el lector de libros, decidí donar voluntariamente y unos de los motivos fue el polvo, la mayoría de libros. Eso sí, me quede con algunos de artistas pictóricos y otros del antiguo Egipto + los que me habían regalado y tenían dedicatoria…..
El relato es muy fresco, me gusta………
Muy eroticos todos ustedes con eso del "polvo"...Hay que buscar el equilibrio...
es la escusa mas poética para no limpiar que he escuchado nunca...siempre innovando, si señor. muy bueno¡
¡¡¡Qué bueno Raúl!!! Me ha gustado mucho este mini relato excusa poética.
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