La noche del
viernes 17 de mayo me fui a ver el partido de fútbol a casa de un amigo en una
gran pantalla…
¡Qué pasada…!
El dueño de
la casa iba con el Atlético de Madrid, el otro amigo con el Madrid y yo a
priori con ninguno. Por la mañana un alumno
había hecho una porra en clase y la mía fue 2-3 a favor del Atlético, es
decir que en realidad tenía una pequeña desviación en mis preferencias.
El partido
fue malo en “calidad de juego”, pero muy intenso en emociones como cualquier
final. El Madrid a medio gas se bastaba
para unos rojiblancos que no eran capaces de parar el balón, dar buenos pases ,
centrar un balón bien o tirar un tiro por dentro de la portería (a excepción
del gol), parecía un equipo de regionales.
Lo anterior
se lo comentaba a mis colegas y el colchonero comentaba que ese equipo solo jugaba
con pundonor, pero no con fútbol y necesitaba un jugador en el centro del campo
para repartir y subir la pelota (ejemplo, Diego que estaba el anterior año).
Cuando
empató Diego Costa me alegré y el merengue dijo:
-¿Pero tú no
eras neutral…?
Después ver
los dos balones seguido chocar en los dos palos, comenté :
-¡El partido
lo gana el atlético, porque tanta suerte
está inclinando esto para ellos…!
Al acabar los
90 minutos de juego, Simeone le dijo a los atléticos:
-¡Vamos a
jugar al fútbol…!
Supongo yo.
Porque los jugadores del Atlético de Madrid en la primera parte de la prórroga comenzaron
a para el balón, dar buenos pases, avanzar hacia la portería blanca…
Y el destino
(LA INTENCIÓN, filosofía que está de moda, que si deseas algo intensamente, se
suele cumplir) con la ayuda de las “tonterías de Mourinho” hizo lo demás…
¿Estadísticas
o casualidad?
-Las cuatro
finales anteriores de copa, el Atlético de Madrid se las había ganado al Real
Madrid, y tres en el Bernabéu.
- En el caso
de Iker Casillas, la estadística nos dice que el Real
Madrid no es capaz de ganar una final copera con él en el banquillo. En 2002,
en el famoso Centenariazo del Deportivo (1-2), y en 2004, en la derrota frente
al Zaragoza en Montjuic (2-3), él tampoco estaba bajo los palos.
Otra
casualidad. Ayer escuché un disco entero de un grupo que hacía mucho tiempo que
no lo hacía,” Ten Tears After” y cuando estaba acabando el libro “La matriz divina” de Gregg
Braden este lo nombra al final del libro.
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