viernes, 1 de marzo de 2013

¡Cuadriculados...!



El viernes 1 de marzo, como todos los viernes estaba de guardia durante el recreo en las gradas de la cancha de mi instituto. Desde allí suelo ver los juegos, a veces bruscos de los alumnos/as, intento no intervenir para que descarguen toda la adrenalina, pero a veces tengo que hacerlo. Ese día le dije a los alumnos que como volvieran a repetir las malas entradas en fútbol expulsaba al agresor. Uno de los jugadores (el viernes anterior había dado una buena patada a un chico) lanzó el balón muy alto y cayó en el jardín que está por encima de la cancha. Fue a buscarlo y cuando lo encontró le pegó un pelotazo y el esférico volvió a la cancha, pero se tropezó con otro balón y repitió la acción, esta vez la pelota quedó sobre un árbol, el chico se echó unas risas y volvió a la cancha dejándolo allí. Me acerqué a él y le dije que fuera a buscarlo. Ahí comenzó una discusión de besugos. Era imposible hacerle entender que el balón estaba sobre el árbol porque él lo había enviado allí. Hablaba en alta voz argumentando frases sin razonamiento.
-¡Yo me lo encontré allí y…bla, bla…!
-¡Pero niño, tú lo tiraste sobre el árbol…!
¡Levantando la voz, negando una vez más… !
Tuvo que intervenir otro chico: ¡Maestro que tenemos que seguir jugando…!
Le dije al cuadriculado: Vale, pero cuando acaben  vas a buscar la pelota.
A los pocos minutos su equipo fue eliminado y subió con otros tres compañeros al jardín.
Les grité: ¡Pídanle un palo al señor de la cafetería!
Uno de ellos se subió al árbol y comenzó a mover las ramas, pero la pelota encajada no bajaba. Los otros tres comenzaron a tirar piedras, y a punto estuvieron de darle al que estaba sobre el árbol.
Desde la cancha les gritaba: ¡Busquen un palo…!
Sonó el timbre del final del recreo y subí. Pasé por la cafetería y cogí un cepillo. Se lo dejé al chico que estaba subido en las ramas y en dos toques consiguió bajar el balón.
Les dije: ¿No fueron capaces de pedir un palo?
¡Póngase a ver los documentales sobre los monos…!
Ahora entendiendo la cuadratura de los políticos, banqueros, corruptos, etc. Todos tienen el cerebro cuadriculado, y  su universo paralelo no  funciona como el nuestro. Todos estos individuos en mitad de una partida de ajedrez serían capaces de matar al rey y contar 20…

2 comentarios:

Mensy dijo...


Lo de los chavales tiene remedio, es cierto que muchas veces les cuesta escuchar, pero la vida los va orientando o no…………Lo de la élite es otra historia, se han creado su propio nivel, y sus intereses son muy diferentes……..

karnak dijo...

Adolescentes y público, mala combinación.