
jueves, 15 de marzo de 2012
Desde mi quimera

miércoles, 14 de marzo de 2012
Face.
Mi vida no tiene sentido. Soy una ingeniera informática y trabajo de programadora, gano 800 euros: Estoy explotada .Necesito salir de ésta isla, aquí no tengo futuro alguno. Hace unos de años volví de Madrid…cuando la crisis ¿Qué crisis? De Zapatero. A casa de mis padres después de una ruptura con mi pareja y de un despido laboral. Mi chico y yo nos enamoramos estudiando la carrera de ingeniería, pero también es trompetista. El fue primero con contrato laboral a Madrid., mientras yo terminaba un par de asignaturas ,y con el dinero de mi madre me saqué el carnét de conducir.
El buscó un piso , lo acomodó como pudo. Yo aprendía recetas de cocina que mi madre me enseñaba, incluso me regaló un libro de cocina. Tenía muchas ilusiones puestas en mi relación con Yarey. Todo iba sobre ruedas, en casa como siempre , mama y papá siempre discutiendo .Mamá llora , y siempre está alterada , es una victimista.
No la soporto, desde que llega del trabajo, se tumba en el sillón del salón a dormitar viendo la tele. Luego se levanta, hace la comida del siguiente día, recoge algo ( casi nada ) y, o se va a dormir o vuelve a caer en un sueño en el sofá.
Siempre está sola: desayuna sola, almuerza sola, merienda sola, cena sola y limpia sola .Va al cine a tragarse unos plomos increíbles. Su rostro refleja infelicidad. Cuando comemos juntos, la tele está encendida, así no la oímos quejarse.
Prefiero no acercarme a ella, sólo sabe protestar. Solamente, cuando necesito algo le doro la píldora. Yo también soy una superviviente. Pero después de lo obtenido me aparto, me es imposible comunicarme con ella. En realidad no me importa su vida, tengo que ocuparme de la mía .Yo soy joven, tengo un futuro con Yarey…
Hasta que por fin llegó el día más deseado de mi vida: Yarey volvió a nuestra ciudad a recogerme. Como dos jovenzuelos que éramos marchamos a la capital. Al mes de llegar conseguí trabajo, mientras, estuve llevando a la práctica mi recetario de cocina. Pero Yarey es cubano: sólo come arroz , frijoles y plátanos fritos. Mis papis me envían regalos: ropa de cama, una olla exprés, mis bártulos etc etc. Nuestra relación de pareja murió a los tres meses de convivencia. Busqué un piso compartido, logré encontrar uno barato y comencé a convivir con tres mujeres más, unas extrañas en mi vida. Mi madre me agobia, me llama insistentemente y yo no quiero cogerle el teléfono. Ha molestado hasta a Yarey para saber de mí. En septiembre tengo a mis padres en Segovia de vacaciones, mi madre ha pagado los 15 días con todo incluido para mi también .Yo sólo estaré unos días, mi vida está en Madrid.
Aquellas palabras que dije cuando regresé a casa de:
“ Madrid es un punto negro en el mapa “, ha quedado en el olvido. Estoy en la capital, con un contrato de seis meses.
En el aeropuerto mis padres me acompañaron, estoy frita por irme. Mi madre como siempre, me ha comprado un bocadillo ”porsiaca”.
Me despido con prisas, corro hacía el control, es temprano, pero quiero entrar ya. ”Adiosito“ Las Palmas, adiós papuchis. Hasta nunca.
sábado, 10 de marzo de 2012
Libros, libros, libros y ebook

Estaba y estoy con varios libros abiertos. Algunos se van cerrando y otros ocupan su lugar.
“Fortunata y Jacinta”
Finalicé “Fortunata y Jacinta” un libro que había intentado leer varias veces, pero cuando veía su pequeña letra no lo comenzaba. Con la tecnología uno puede agrandar la letra a donde los ojos lo agradecen y me lancé por las calles de las descripciones e historias de Pérez Galdós. Recuerdo cuando hacía guardia en el centro de salud e Arucas, había dos grande amigos, el ATS y el celador. Aquellas largas horas gracias a la amistad que se estableció entre los tres se las llevaba el viento. El celador era un gran lector, y sobre todo de don Benito Pérez Galdós. El me contaba con un éxtasis increíble sus lecturas del canario. Yo había leído varias obras de nuestro escritor y una vez más me zambullí en sus itinerarios, en sus personajes. Por momentos me reía en voz alta, en otros comprendía todo lo que este escritor sabía del alma humana. Una joya.
Conocía yo la hipót

“Los registros akásicos o registros akáshicos (de akasha, en sánscrito: cielo, espacio, éter) son una especie de memoria de todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos que estaría registrada en el éter. Allí se almacenaría todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos y todos los conocimientos del universo…”
http://es.wikipedia.org/wiki/Registro_ak%C3%A1sico
El libro es muy interesante, pero por momentos me perdí en muchos conceptos técnicos que no conozco, pero seguí adelante y lo acabé porque me interesa mucho el tema. Recomendable, pero no se atraganten.
Hace varios meses en el programa de TV 2, “Pág

Muy buena novela.
Ahora estoy acabando “Ana Karenina” (con la que llevo tiempo) y he comenzado con la novela negra de Camilla Läckberg, “La princesa de hielo”, recomendada por la directora de mí centro. Me ha enganchado.
viernes, 9 de marzo de 2012
Ruta por dos volcanes con corona
Marchan las palabras al exilio cuando me aproximo a las estribaciones de tu grandeza. Su ausencia destila con reposo cada momento a tu lado y enardece cada una de tus cualidades. Me atrae tu mirada porque sé que en ella el páramo se hace mar, me guían los estratos avellanados que rodean a tus pupilas porque en ellas se define el cruce entre ficción y realidad.
Quiebra su ritmo el pulso cuando contemplo las líneas puras de tus caderas. Su forma de cono culmina en una corona solaz que en sucesivas erupciones parió dos cauces de incandescente vitalidad, arropados por un manto de tabaibas y sueños a medio cumplir. La carne de tu tierra es un lecho de fruta escarchada donde el malpaís que un día derramaste celebra el gozo bruñido de la luz del mediodía. Recluído en nuestra escala, cierro el cerco al desánimo cuando dedicamos un ditirambo al olvido al son de la sonata hedonista del deseo.
Extinto el destello inicial, los líquenes tapizan de un pardo apagado las ramas de algún almendro solitario cuyas ramas, contorsionadas por los giros del devenir en una maraña de composición geométrica, burlan a la monotonía con flores alborosadas de invierno. También hay viñedos que combaten al estío lamiendo la humedad de la noche. Pero la ruta está dominada por la piedra: al principio se manifiesta en un lecho de picón donde el camino traza el queloide de una cicatriz que se estrecha en su progresión. Al llegar al cráter la senda desaparece entre placas de piedra, irregulares dentro de su regularidad, perforadas como esponjas pero salpicadas por tibio verdor, limadas por las inclemencias pero no libres de asperezas.
Entonces, afronto la fase más difícil: el escarpado ascenso a la arista de tu cráter a través de tu tierra bermeja. Rasgando el silencio, se desprenden ocasionales cantos que ruedan como lágrimas, en un estrépito etéreo, por una pendiente de vértigo no menos inquietante por su atávica amenaza que por su impacto visual. Los pasos que doy adquieren la sutileza y densidad del funambulista. Una firmeza apócrifa me empuja hacia arriba. Por fin, hago cumbre. Conquisto la cima del mundo. Exhausto, celebro la coronación. Me asomo con un ojo al abismo de tus entrañas y con otro al fruto de tu manto. Aquí, a seiscientos metros de altitud, el alisio sopla con fuerza y tambalea mi equlibrio cuando el cobijo de tu abrazo se ve interrumpido por el abismo de tu atalaya. Entonces, tu imagen se diluye como una acuarela bajo un aguacero y yo, como Sísifo, tengo que volver a iniciar la ascensión.
jueves, 8 de marzo de 2012
Día internacional de la mujer
Eres Luz, eres Mujer
Eres luz,
eres como las pequeñas gotas de lluvia
que brillan con esplendor, a la luz del sol.
Conoces, entiendes
con dota la serenidad del alma,
y sabes
que todo está a tu favor
porque tienes la cualidad
de iluminar la vida
con sencillos gestos,
con sencillas palabras
llenas de amor y cariño sincero.
Eres luz radiante,
un universo de buenas intenciones
y de energía positiva
que colma de felicidad
aquello que tocas,
aquél o aquella a quién besas.
Y todo
siento tú, simplemente
porque es tú esencia natural,
tu delicada y armoniosa forma de existir
con todo la vida por delante
para amar y ser amada con la misma pasión y exquisitez
que brota de ti con dulzura
al compás de los latidos de tu corazón.
Satori- 2012
miércoles, 7 de marzo de 2012
El hombre que me hizo amar la literatura...

Felices 85, maestro.
http://blogs.elpais.com/vano-oficio/2012/03/un-sofa-para-garcia-marquez.html
Mi cuento favorito de Gabo
"El avión de la bella durmiente" (del libro "Doce cuentos Peregrinos")
Era bella, elástica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda, y una aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesiá que de los Andes. Estaba vestida con un gusto sutil: chaqueta de lince, blusa de seda natural con flores muy tenues, pantalones de lino crudo, y unos zapatos lineales del color de las bugambilias. “Esta es la mujer más bella que he visto en mi vida”, pensé, cuando la vi pasar con sus sigilosos trancos de leona, mientras yo hacía la cola para abordar el avión de Nueva York en el aeropuerto Charles de Gaulle de París. Fue una aparición sobrenatural que existió sólo un instante y, desapareció en la muchedumbre del vestíbulo.
Eran las nueve de la mañana. Estaba nevando desde la noche anterior, y el tránsito era más denso que de costumbre en las calles de la ciudad, y más lento aún en la autopista, y había camiones de carga alineados a la orilla, y automóviles humeantes en la nieve. En el vestíbulo del aeropuerto, en cambio, la vida seguía en primavera.
Yo estaba en la fila de registro detrás de una anciana holandesa que demoró casi una hora discutiendo el peso de sus once maletas. Empezaba a aburrirme cuando vi la aparición instantánea que me dejó sin aliento, así que no supe cómo terminó el altercado, hasta que la empleada me bajó de las nubes con un reproche por mi distracción. A modo de disculpa le pregunté si creía en los amores a primera vista. “Claro que sí”, me dijo. “Los imposibles son los otros”. Siguió con la vista fija en la pantalla,de la computadora, y me preguntó qué asiento prefería: fumar o no fumar.
—Me da lo mismo —le dije con toda intención—, siempre que no sea al lado de las once maletas.
Ella lo agradeció con una sonrisa comercial sin apartar la vista de la pantalla fosforescente.
—Escoja un número —me dijo—: tres, cuatro o siete.
—Cuatro.
Su sonrisa tuvo un destello triunfal.
—En quince años que llevo aquí —dijo—, es el primero que no escoge el siete.
Marcó en la tarjeta de embarque el número del asiento y me la entregó con el resto de mis papeles, mirándome por primera vez con unos ojos color de uva que me sirvieron de consuelo mientras volvía a ver la bella. Sólo entonces me advirtió que el aeropuerto acababa de cerrarse y todos los vuelos estaban diferidos.
—¿Hasta cuándo?
—Hasta que Dios quiera —dijo con su sonrisa. La radio anunció esta mañana que será la nevada más grande del año.
Se equivocó: fue la más grande del siglo. Pero en la sala de espera de la primera clase la primavera era tan real que había rosas vivas en los floreros y hasta la música enlatada parecía tan sublime y sedante como lo pretendían sus creadores. De pronto se me ocurrió que aquel era un refugio adecuado para la bella, y la busqué en los otros salones, estremecido por mi propia audacia. Pero la mayoría eran hombres de la vida real que leían periódicos en inglés mientras sus mujeres pensaban en otros, contemplando los aviones muertos en la nieve a través de las vidrieras panorámicas, contemplando las fábricas glaciales, los vastos sementeras de Roissy devastados por los leones. Después del mediodía no había un espacio disponible, y el calor se había vuelto tan insoportable que escapé para respirar.
Afuera encontré un espectáculo sobrecogedor. Gentes de toda ley habían desbordado las salas de espera, y estaban acampadas en los corredores sofocantes, y aun en las escaleras, tendidas por los suelos con sus animales y sus niños, y sus enseres de viaje. Pues también la comunicación con la ciudad estaba interrumpida, y el palacio de plástico, transparente parecía una inmensa cápsula espacial varada en la tormenta. No pude evitar la idea de que también la bella debía estar en algún lugar en medio de aquellas hordas mansas, y esa fantasía me infundió nuevos ánimos para esperar.
A la hora del almuerzo habíamos asumido nuestra conciencia de náufragos. Las colas se hicieron interminables frente a los siete restaurantes, las cafeterías, los bares atestados, y en menos de tres horas tuvieron que cerrarlos porque no había nada qué comer ni beber. Los niños, que por un momento parecían ser todos los del mundo, se pusieron a llorar al mismo tiempo, y empezó a levantarse de la muchedumbre un olor de rebaño. Era el tiempo de los instintos. Lo único que alcancé a comer en medio de la rebatiña fueron los dos últimos vasos de helado de crema en una tienda infantil. Me los tomé poco a poco en el mostrador, mientras los camareros ponían las sillas sobre las mesas a medida que se desocupaban, y viéndome a mí mismo en el espejo del fondo, con el último vasito de cartón y la última cucharita de cartón, y pensando en la bella.
El vuelo de Nueva York, previsto para las once de la mañana, salió a las ocho de la noche. Cuando por fin logré embarcar, los pasajeros de la primera clase estaban ya en su sitio, y una azafata me condujo al mío. Me quedé sin aliento. En la poltrona vecina, junto a la ventanilla, la bella estaba tomando posesión de su espacio con el dominio de los viajeros expertos. “Si alguna vez escribiera esto, nadie me lo creería”, pensé. Y apenas si intenté en mi media lengua un saludo indeciso que ella no percibió.
Se instaló como para vivir muchos años, poniendo cada cosa en su sitio y en su orden, hasta que el lugar quedó tan bien dispuesto como la casa ideal donde todo estaba al alcance de la mano. Mientras lo hacía, el sobrecargo nos llevó la champaña de bienvenida. Cogí una copa para ofrecérsela a ella, pero me arrepentí a tiempo. Pues sólo quiso un vaso de agua, y le pidió al sobrecargo, primero en un francés inaccesible y luego en un inglés apenas más fácil, que no la despertara por ningún motivo durante el vuelo. Su voz grave y tibia arrastraba una tristeza oriental.
Cuando le llevaron el agua, abrió sobre las rodillas un cofre de tocador con esquinas de cobre, como los baúles de las abuelas, y sacó dos pastillas doradas de un estuche donde llevaba otras de colores diversos. Hacía todo de un modo metódico y parsimonioso, como si no hubiera nada que no estuviera previsto para ella desde su nacimiento. Por último bajó la cortina de la ventana, extendió la poltrona al máximo, se cubrió con la manta hasta la cintura sin quitarse los zapatos, se puso el antifaz de dormir, se acostó de medio lado en la poltrona, de espaldas a mí, y durmió sin una sola pausa, sin un suspiro, sin un cambio mínimo de posición, durante las ocho horas eternas y los doce minutos de sobra que duró el vuelo a Nueva York.
Fue un viaje intenso. Siempre he creído que no hay nada más hermoso en la naturaleza que una mujer hermosa, de modo que me fue imposible escapar ni un instante al hechizo de aquella criatura de fábula que dormía a mi lado. El sobrecargo había desaparecido tan pronto como despegamos, y fue reemplazado por una azafata cartesiano que trató de despertar a la bella para darle el estuche de tocador y los auriculares para la música. Le repetí la advertencia que ella le había hecho al sobrecargo, pero la azafata insistió para oír de ella misma que tampoco quería cenar. Tuvo que confirmárselo el sobrecargo, v aun así me reprendió porque la bella no se hubiera colgado en el cuello el cartoncito con la orden de no despertarla.
Hice una cena solitaria, diciéndome en silencio lo que le hubiera dicho a ella si hubiera estado despierta. Su sueño era tan estable, que en cierto momento tuve la inquietud de que las pastillas que se había tomado no fueran para dormir sino para morir. Antes de cada trago, levantaba la copa y brindaba.
—A tu salud, bella.
Terminada la cena apagaron las luces, dieron la película para nadie, y los dos quedamos solos en la penumbra del mundo. La tormenta más grande del siglo había pasado, y la noche del Atlántico era inmensa y limpida, y el avión parecía inmóvil entre las estrellas. Entonces la contemplé palmo a palmo durante varias horas, y la única señal de vida que pude percibir fueron las sombras de los sueños que pasaban por su frente como las nubes en el agua. Tenía en el cuello una cadena tan fina que era casi invisible sobre su piel de oro, las orejas perfectas sin puntadas para los aretes, las uñas rosadas de la buena salud, y un anillo liso en la mano izquierda. Como no parecía tener más de veinte años me consolé con la idea de que no fuera un anillo de bodas sino el de un noviazgo efímero. “Saber que duermes tú, cierta, segura, cauce fiel de abandono, línea pura, tan cerca de mis brazos maniatados”, pensé, repitiendo en la cresta de espúmas,de champaña el soneto magistral de Gerardo Diego. Luego extendí la poltrona a la altura de la suya, y quedamos acostados más cerca que en una cama matrimonial. El clima de su respiración era el mismo de la voz, y su piel exhalaba un hálito tenue que sólo podía ser el olor propio de su belleza. Me parecía increíble: en la primavera anterior había leído una hermosa novela de Yasunarl Kawabata sobre los ancianos burgueses de Kyoto que pagaban sumas enormes para pasar la noche contemplando a las muchachas más bellas de la ciudad, desnudas y narcotizadas, mientras ellos agonizaban de amor en la misma cama. No podían despertarlas, ni tocarlas, y ni siquiera lo intentaban, porque la esencia de¡ placer era verlas dormir. Aquella noche, velando el sueño de la bella, no sólo entendí aquel refinamiento senil, sino que lo viví a plenitud.
—Quién iba a creerlo —me dije, con el amor propio exacerbado por la champaña—: Yo, anciano japonés a estas alturas.
Creo que dormí varias horas, vencido por la champaña y los fogonazos mudos de la película, Y desperté con la cabeza agrietada. Fui al baño. Dos lugares detrás del mío yacía la anciana de las once maletas despatarrada de mala manera en la poltrona. Parecía un muerto olvidado en el campo de batalla. En el suelo, a mitad del pasillo, estaban sus lentes de leer con el collar de cuentas de colores, y por un instante disfruté de la dicha mezquina de no recogerlos.
Después de desahogarme de los excesos de champaña me sorprendí a mí mismo en el espejo, indigno y feo, y me asombré de que fueran tan terribles los estragos del amor. De pronto el avión se fue a pique, se enderezó como pudo, y prosiguió volando al galope. La orden de volver al asiento se encendió. Salí en estampida, con la ilusión de que sólo las turbulencias de Dios despertaran a la bella, y que tuviera que refugiarse en mis brazos huyendo del terror. En la prisa estuve a punto de pisar los lentes de la holandesa, y me hubiera alegrado. Pero volví sobre mis pasos, los recogí, y se los puse en el regazo, agradecido de pronto de que no hubiera escogido antes que yo el asiento número cuatro.
El sueño de la bella era invencible. Cuando el avión se estabilizó, tuve que resistir la tentación de sacudirla con cualquier pretexto, porque lo único que deseaba en aquella última hora de vuelo era verla despierta, aunque fuera enfurecida, para que yo pudiera recobrar mi libertad, y tal vez mi juventud. Pero no fui capaz. “Carajo”, me dije, con un gran desprecio. “¡Por qué no nací Tauro!”.
Despertó sin ayuda en el instante en que se encendieron los anuncios del aterrizaje, y estaba tan bella y lozana como si hubiera dormido en un rosal. Sólo entonces caí en la cuenta de que los vecinos de asiento en los aviones, igual que los matrimonios viejos, no se dan los buenos días al despertar. Tampoco ella. Se quitó el antifaz, abrió los ojos radiantes, enderezó la poltrona, tiró a un lado la manta, se sacudió las crines que se peinaban solas con su propio peso, volvió a ponerse el cofre en las rodillas, y se hizo un maquillaje rápido y superfluo, que le alcanzó justo para no mirarme hasta que la puerta se abrió. Entonces se puso la chaqueta de lince, pasó casi por encima de mí con una disculpa convencional en castellano puro de las Américas, y se fue sin despedirse siquiera, sin agradecerme al menos lo mucho que hice por nuestra noche feliz, y desapareció hasta el sol de hoy en la amazonia de Nueva York.
Junio 1982.
domingo, 4 de marzo de 2012
Vennue Connection.
Recordar que el 31 de marzo, en el teatro Víctor Jara en Vecindario, actuará Rosendo. Una de las grandes figuras del Rock de nuestro país.
Noches golfas
Relato.
En aquella época tenía un marido , que para no estar en casa hizo el acceso a ingeniería....aprobó y no se matriculó en la Universidad.
A mi mami le pasaba una asignación , lo que podía , para que la atendiese cuando yo no estaba.
Siempre estaba cansada , y un día , cuando dormitábamos los tres un mediodia , mi hijo se echó encima mía. Me hizo tanto daño en mis pechos que lo rechacé.
Yo creo que aquel día marcó mi vida.No lo puedo olvidar, y ahora que ya ése hijo se ha ido de casa, es cuando más recuerdo aquella tarde.....era un presagio.
Años atrás, cuando era bebe, se me pasó una toma , y él lloraba y lloraba.Yo no sabía que le pasaba.Había ido al medico para una revisión y se me olvidó el horario de bibes.Me sentí una madre irresponsable.Yo no disfruté de mi hijo, sufría la soledad de una pareja que nunca estaba donde debía estar.No me ayudaba ni para dar una toma, Dios mio, qué ingenua fuí.
Este único hijo ha sido conmigo malo, pero malo en el sentido de ignorarme, de ser totalmente indiferente:
Dicen unas: Un hijo drogadicto es lo peor que hay .....ó un ladrón , un asesino...pero eso son excepciones.
Cuando crias a tu retoño , aportándole lo que puedes, siempre priorizando sus necesidades antes que las tuyas,y encima recibe el cariño extra de la abuelita porque es la peque de los nietos....para mí era lo más que podía recibir y me parecía suficiente.
Como no puedes ir al Circo ó al cine con él por cuestiones laborales , pagas a la abuelita para que lo lleve.
Como eres una sustituta en el trabajo y no tienes derecho a vacaciones , pagas para que se lo pase bién en casa de su tia en Lanzarote con sus primos.O unas vacacicones con su papi y otro matrimonio a Fuerteventura.
O un dia en Siux City, un curso de vela , campamentos....pero nunca es suficiente.
Cuando era dolescente, estabamos en una parada de guagua y coíncidimos con un primo suyo de la misma edad, nos saludamos y de repente empezó a lagrimear.Se alejó del primo y lloraba sentados los dos en el banco de la parada.Entonces le pregunté " ¿ Pero qué te pasa ? " Y me dijo , " Todo lo que lleva puesto es de marca " A mi se me cayó el alma, intenté explicarle que él no tenía ropa de marcas pero que tenía unas notas geniales, que era inteligente y que su primo era un batata, siempre tenía que ir a clases particulares aunque estuviese en un colegio privado.Pero mis palabras nunca llegaban a sus oidos, sólo se quedaba con el barniz y siempre fué así.
Y yo mientras trabajando , estudiando, mis dias libres para dormir, limpiar la casa, cocinar para varios días y congelar.Sin ninguna satisfacción personal porque mi relación de pareja iba cayendo en picado.
Ya han pasado 26 años y unos meses y ése hijo se ha ido a trabajar fuera. Cuando se despidió de su padre y de mí , en ningún momento miró para atrás, es lo que lo que conmumente se dice " espaldarazo ".
Aquí estoy tomándome una copa de champagne, deseándole lo mejor, con todo el dolor de mi alma porque nunca más estaremos juntos.El fruto de mis entrañas no me valora ni me respeta como persona.
He hecho muchas locuras por rabia y dolor pero a mis padres nunca los traté mal, me educaron para respetar a los mayores, para servir más que para exigir ....soy una mujer atemporal.
viernes, 2 de marzo de 2012

nosotros existe el bien y el mal…puedes ser todo lo amoroso que quieras
demostrar... suave como los pétalos de una rosa…pero también está en ti las
espinas que tienes que cuidar para evitar hacer daño…pero el evitar no
demuestra que tu no sientas el impulso de usarlas …y que a veces no las
controles…no son como los pétalos pero están en ti…forman parte de ti… eres un
dios y un demonio…de ti depende domar la bestia que habita en ti… domarla con
conciencias no a la fuerza… al reprimirla la harás más fuerte.
Es imposible cometer un asesinato si eres consciente; es
imposible ser violento en forma alguna... si eres consciente. Es imposible
violar, robar, torturar... todo eso es imposible si hay conciencia. Solo cuando
la inconsciencia predomina, en las tinieblas de la inconsciencia, toda clase de
enemigos penetran en ti. (Osho)
jueves, 1 de marzo de 2012

Uno con Todas las Cosas
"Soy uno con todas las cosas.
para todo lo que sea,
ahí estoy.
No sólo en la virtud
también en el pecado soy un compañero,
y no sólo el cielo
también el infierno es mío.
Buda, Jesus, Lao Tsé,
es fácil ser su heredero,
pero ¿Genghis, Taimur y Hitler?
¡Ellos también están dentro de mí!
No, no la mitad. ¡Soy la totalidad de la humanidad!
Todo lo que sea del hombre es mío:
flores y espinas,
la oscuridad tanto como la luz.
Y si el néctar es mío, ¿de quién es el veneno?
Néctar y veneno: ambos son míos.
A quien quiera que experimente esto
yo lo llamo Religioso,
porque sólo la angustia de tal experiencia
puede revolucionar la vida sobre la tierra."
(Osho)
Lo leí y me llego muy hondo…cuanta verdad…
miércoles, 29 de febrero de 2012
Exposición en la sala de arte del Club La Provincia

Exponen: Pepe Sánchez, Antonio Cerpa, Mario Comas, Juan Martín, José Luis Marrero, Rafael Arce, Natascha Schmöeller, Juanmi Figueira, José Luis Navarro, José Heriberto, Felipe Juan, Eliseo Méndez, Ernesto González y Dulce Mª González.
martes, 28 de febrero de 2012
Tu vientre
Cálido tu vientre
el hechizo de tu ombligo,
quiero perderme y soñar
hasta el infinito en la suavidad
de tu pecho.
Las horas erosionan mi alma
si no oigo tu voz
porque cuando siento tu calor
me dejo llevar
hacia la dulzura de tu ser,
hacia lo más intimo de ti.
Me miras
y se derrumban mil muros
y todo es plácidamente sereno
con las gotas de perfume
surcando un ahora único.
Y mañana desearé
sentir de nuevo el hechizo
agasajado con cariño
momentos imborrables
cuando antes de decir adiós
está tan cálido tu vientre
entre mis manos.
Satori 27-2-2012
Concierto Heavy.
¡¡¡¡ JAVIER VARGAS, CARMINE APPICE & PAUL SHORTINO EN CANARIAS !!!!
- Viernes 2 Marzo - Las Palmas de Gran Canaria - CICCA (Alameda de Colón, 1) - 20€
- Sábado 3 Marzo - La Laguna (Tenerife) - Espacio Cultural Aguere (c/ Herradores, 47) - 18€ - Taquilla
El grupo VBA (Vargas Bogert, Appice) formado por JAVIER VARGAS (Vargas Blues Band) CARMINE APPICE (Vanilla Fudge, Cactus y Beck, Blue Murder, King Kobra…) y el cantante PAUL SHORTINO (Rough Cutt, Quiet Riot, Shortino/Northrup, King Kobra..), acompañados por el bajista Luis Mayol, llegarán a CANARIAS los próximos 2 y 3 de Marzo. El viernes 2 de Marzo estarán en Las Palmas de Gran Canaria, en el CICCA, con la entrada al precio de 20€ y el sábado 3 de Marzo estarán en el Espacio Cultural Aguere de La Laguna (Tenerife) al precio de 18€. Buena noticia para los amantes del buen rock.
Venta entradas Gran Canaria:
- CICCA
- http://www.entradas.com/entradas/javier-vargas-evento_1_2_35_7156
Venta Entradas Tenerife:
-El Hombre Bala Rock&Coffee (S/C Tfe)
-Santa Cruz Tattoo (S/C Tfe)
-Jumping Man Discos (La Laguna)
-LocaMaría (La Laguna)
-Taquilla de Aguere Espacio Cultural
VBA tiene un disco en el mercado de versiones de clásicos del Rock and Roll:
Este trabajo revisa y actualiza 10 temas clásicos del Rock y R&B:
1. Lady (Beck, Bogert and Appice)
2. Surrender (Cheap Trick)
3. Right On (Ray Barretto)
4. Parisienne Walkways (Gary Moore)
5. You Keep Me Hanging On (Martha & The Vandellas)
6. Soul Of Love (Paul Rodgers)
7. Black Night (Deep Purple)
8. It's A Long Way To The Top (AC/DC)
9. Tonight Is The Night (Rod Stewart)
10. Over My Shoulder (Mike & The Mechanics)
http://youtu.be/lF5geDCLWg0
http://youtu.be/DUyaJOKDpYU
ORGANIZA: SALAN PRODUCCIONES
http://www.facebook.com/profile.php?id=531189136
COLABORAN:
- CANARIAS HEAVY
http://twitter.com/CanariasHeavy
www.facebook.com/canariasheavy
www.myspace.com/canariasheavy
- HARDMEL ROCK PUB (c/ Galileo 3, junto al paseo de Las Canteras)
Facebook: Hardmel Rock-Pub http://www.facebook.com/profile.php?id=100000392691709
www.myspace.com/pubhardmel
-CANARIAS HEAVY-
SÍGUENOS EN:
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(Enviado por Asier Piernavieja).
domingo, 26 de febrero de 2012
Mi Calíope (ahora tuya)

Si la miras a los ojos es peor que la muerte
Y te dirá en sueños
Que ella no lo hará
Que te amará. Siempre. Hasta el final
Y tras su sonrisa arden los cuerpos
De anteriores inquilinos de su lecho blanco y rojo;
Salado y deshecho
Que huele a rosas, a semen
Y a vísceras.
Suele cantar por las mañanas
En la ventana
Mientras cambia el aire que asfixia
Y en su voz
La felicidad se quiebra en una nota alta
Se vuelve una canción desgarrada en su boca carmesí
Como las vísceras que devora
La que te atrapa
(irremediablemente)
En el laberinto sin salida conocida
Ni creada.