sábado, 25 de julio de 2009

Un poeta de la vida...


El poeta y profesor de Literatura Luis García Montero (Granada, 1958) cambia los versos por la prosa biográfica en Mañana no será lo que Dios quiera, un riguroso acercamiento biográfico al poeta Ángel González, en los años de la infancia. Un periodo que se prolonga hasta el inicio de los estudios de Derecho del poeta asturiano y que aborda los años más delicados de la historia de España, pero también los del niño que asiste al derrumbe de todo lo que le rodea. La muerte prematura del padre; el asesinato del hermano, comprometido con el bando republicano o el trance de la enfermedad, tuberculosis, en el joven. La infancia de Ángel González fue una sombra que se proyectó en toda su posterior quehacer poético y esto lo sabe su amigo y experto en su obra.

Un poeta de la vida que escribe sobre la vida de un poeta


Un poema de Ángel González


ME BASTA ASÍ

Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.


Un poema de Luis García Montero


EL AMOR
Las palabras son barcos
y se pierden así, de boca en boca,
como de niebla en niebla.
Llevan su mercancía por las conversaciones
sin encontrar un puerto,
la noche que les pese igual que un ancla.
Deben acostumbrarse a envejecer
y vivir con paciencia de madera
usada por las olas,irse descomponiendo, dañarse lentamente,
hasta que a la bodega rutinaria
llegue el mar y las hunda.
Porque la vida entra en las palabras
como el mar en un barco,cubre de tiempo el nombre de las cosas
y lleva a la raíz de un adjetivo
el cielo de una fecha,el balcón de una casa,
la luz de una ciudad reflejada en un río.
Por eso, niebla a niebla,
cuando el amor invade las palabras,
golpea sus paredes, marca en ellas
los signos de una historia personal
y deja en el pasado de los vocabularios
sensaciones de frío y de calor,
noches que son la noche,mares que son el mar,
solitarios paseos con extensión de frase
y trenes detenidos y canciones.
Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

2 comentarios:

Modesto González dijo...

Varias veces me he encontrado con este libro y son de esos libros que no te dejan indiferente. Llaman mucho la atención. Aunque lo importante, está claro, está dentro. De nuevo, otra recomendación de Raúl a tener muy en cuenta.

Mensy dijo...

De la poesía de Ángel Gonzalez (que murió el año pasado) he leído un poquito y suele ser algo irónica, pero me gusta......Una de las que me quedo es esta:


LA VIDA EN JUEGO

Donde pongo la vida pongo el fuego
de mi pasión volcada y sin salida.

Donde tengo el amor, toco la herida.

Donde pongo la fe, me pongo en juego.

Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego
vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.

Perdida la de ayer, la de hoy perdida,
no me doy por vencido, y sigo, y juego
lo que me queda: un resto de esperanza.

Al siempre va. Mantengo mi postura.

Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.