domingo, 16 de agosto de 2009

Promesa rota...

En el verano de 1985 ya tenía decidido irme para la Península a estudiar Medicinas Alternativas (había dejado aparcadas otras opciones). Así que tenía que conseguir dinero urgentemente, solo vivía de las sustituciones y del poco dinero que nos dejaba nuestro Centro Médico. En la época estival siempre teníamos puesta nuestras ilusiones para conseguir ganar la olvidada peseta…
¡Qué triste…! ¡Ahora no encuentran médicos…! ¡Que pena…!.
No estaba uno de los primero de la lista, pero un avispado amigo me dijo:
¡Vete a La Aldea… Allí no quiere ir nadie…!
Ya no
recuerdo si hice otras sustituciones durante el mes de julio y agosto (porque intentábamos extender nuestras recetas todo lo más que podíamos durante este tiempo porque luego vendrían las vaca flacas…)...
¡Y más allá del tiempo llegarían los cubanos, rumanos….! Jejejeje…
Pero en s
eptiembre después de la fiestas del pueblo me llamaron para trabajar en la esquina noroeste de la isla de Gran Canaria...
¿Cómo llegar…?
Lo que pasó en aquel recóndito lugar es muy largo de contar, ya lo haré en otro momento si la literatura me obliga. Pero recuerdo que dije al acabar mi trabajo de médico:
¡No vengo más a este lugar…!
Sería una forma de hablar, de un ingenuo médico .

El sábado 15 de agosto de 2009 rompí mi juramento. Arrastrado por dos amigos motoristas salimos de Arucas a las 9,30 de la mañana con el cielo cubierto por la panza de burro. Bajamos por la carretera de Bañaderos hasta llegar al cruce de Agaete.
Allí nos paramos, miramos para los riscos y el sol comenzaba a asomar. Ellos se lanzaron por aquellas hermosas curvas si fueran de una mujer, pero en una carretera…No los volví a ver hasta después no se de cuantas vueltas y vueltas.. Eso si, un paisaje precioso pero que apenas podía disfrutar si no quería acabar dentro de el o abrazar a otro conductor que viniera de frente…
En un bar a la orilla de la carretera estaban mis amigos sentado a
punto del comenzar a zamparse sus bocadillos y café con leche…
¿Quieres algo…?
Si, una tila…Bueno, la verdad que esta vez pedí un vaso de agua…

¿No comes..?
Yo pensando en la odisea que me quedaban, respondí :
¡No…!
Como ellos alargaban su charla, les comenté que me adelantaba…
¡Se rieron…! ¡A ver si llegas antes que nosotros…!
Esta vez, sin la presión de llevar a mis compañeros por delante me deleité más en el recorrido, aparte de que a partir de aquel lugar la carretera era menos complicada. Incluso me paré unos segundo en
el Mirador El Balcón
Llegué al cruce del alejado pueblo canarión y me paré a espera a los dos motoristas…Los cuales llegaron en unos minutos y siguieron hacia el centro del pueblo…Les seguí..Y me perdí…
Ellos fueron en mi busca porque íbamos en dirección a Mogán
( subimos por la Presa de Las Niñas, Ayacata, Cruz de Tejeda, Valleseco, La Goleta y Arucas…152 Km...llegada a las 13,45 horas).


Durantes unos minutos en el cruce y un paso rápido con la moto, rompí mi promesa…
¡Regresé a La Aldea…eso si, no para quedarme…solo de paso…jejejeje…!

2 comentarios:

Modesto González dijo...

Las pocas veces que yo he ido por esa parte de la isla, me han asombrado la vista que regala Gran Canaria en forma de acantilados. Recuerdo esas curvas, pero como bien dices, son curvas un poco peligrosas para cogerlas demasiado deprisa. Mejor tarde que nunca. El resto de lugares que comentas, son para mí, lugares muy bellos para perderse durante unas horas. Por eso, tu crónica es un cuadro pintado de montañas rodeados por el color verde de los pinos y el Roque Nublo. Guapo.

karnak dijo...

Espero que algun dias cuentes lo que te pasó en la Aldea siendo médico. Da para una serie de tv, médico en La Aldea.