lunes, 25 de enero de 2010

El Rincón del Cinéfago


"El secreto de sus ojos" Argentina/España
Director: Juan j. Campanella
Dice Juan José Campanella, que gana mucho más dinero con un capítulo de “House” (ha dirigido tres) que con cualquiera de sus películas. Después de haber visto sus anteriores tres películas: “Luna de Avellaneda”, “El mismo amor, la misma lluvia” y “El hijo de la novia”, le rogaría que no dejara nunca de hacer cine; ni de adaptar magistralmente novelas como la que lleva a imágenes: “La pregunta de sus ojos” de Eduardo Sacheri
Campanella pone por tercera vez a Ricardo Darín (un actor magnífico y al que el cine argentino le debe mucho estos últimos años) como protagonista de una historia que se mueve entre el nacimiento de un romance, un crimen horrible y un enamorado eterno.
El sábado por la noche fui al cine a ver el musical “Nine”. Salí de la sala con buen sabor de boca -a pesar de no estar a la altura del anterior musical de Rob Marshall, “Chicago”, ni se merezca aparecer en este Rincón ;-)-, algo cachondo después de ver a Penélope Cruz moviendo el trasero y enseñando piernazas, y muerto de hambre. Mientras picaba algo en el salón de casa así como a las 2 y media de la mañana, me puse a ver “El secreto de sus ojos”. Pensé que Morfeo me visitaría a mitad de peli y que terminaría de verla el domingo (qué imbécil; me la tragué enterita con los ojos como un cherne). Había leído buenas críticas de ella, su premio en San Sebastián, sus nominaciones a los Goya… y es que es una obra maestra. Este término se suele usar muy alegremente muchas veces, pero aquí está plenamente justificado. La historia mezcla perfectamente el pasado con el presente. Camina de puntillas por la ternura, el horror, la muerte, el amor, la crítica a la Argentina de la impunidad de los años 70, y deja al espectador boquiabierto con un final desconcertante.
Contar algo sobre la trama es destriparla: sólo adelantar que Ricardo Darín, secretario de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires, se topa con un crimen que marcará el resto de su vida.
Destacar -aparte del gran papel como abogada de Soledad Villamil, una mujer que es todo ojos hermosos- la larga secuencia rodada con cámara al hombro de la persecución por las tripas de un estadio de fútbol. Como dice Sandoval, el Sancho Panza que acompaña al secretario Espósito (R. Darín): “Un hombre puede cambiar de ciudad, de coche, de trabajo, de mujer…pero nunca cambiará la pasión por su equipo de fútbol”. Ojalá Campanella no cambie su estupendo cine por los dineros que gana en la televisión norteamericana.
R.M.V.

2 comentarios:

Modesto González dijo...

Pues como todas las buenas recomendaciones que usted da, por supuesto, se verán... y se bajarán.
¿Te acuerdas de las palabras de "El Anfitrión" cuando supo que ibas a ver un musical? ejejje

Juan G. Marrero dijo...

¡Esta juventud despierta hasta las tantas de la madrugáaaa...!
¡Váyase a dormir hombre...!
¡Es bueno contr el estrés....!
¿Ver cine o dormir....?