martes, 10 de agosto de 2010

Domingo, 1 de agosto

Después de un largo sueño, me desperté y al ratito desayuné en medio de aquella extensa y muy completa cocina...A las doce salimos para el norte de la isla en busca de un restaurante, pero mi estómago todavía estaba luchando con el desayuno. Mi objetivo era “La viejita” donde hacían un suculento solomillo y después de preguntar a un amable taxista fuimos en su búsqueda, pero la encontramos cerrada. Llegamos al Monasterio, inmenso lugar,habían tres restaurante abiertos pero al final nos fuimos a tomarnos unas arepas fuera de allí. En aquel lugar las lagartijas merodeaban a nuestro alrededor, incluso mordiendo los dedos de mi amiga. Almorzamos una ligera comida. Volvimos y me dejó en casa de unos amigos en La Laguna. Después de una larga charla con la pareja de amigos (sus hijos merodeaban por allí) llegaron los restantes componentes del trío musical, la cantante (profesora de francés) y el percusionista (un alemán). El dueño de la casa era el compositor y guitarrista. Me quedé muy gratamente sorprendido. Mi amigo se ha convertido en un gran fabricador de melodías. Después de tocar ellos tres varias hermosas canciones nos lanzamos a cantar los cuatro canciones de los años 60...A las 22,30 el compositor me llevo al piso de la calle La Rúa. No había nadie, por lo que cené un poco de fruta y me fui a dormir.

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