Me desperté después de un agradable sueño. La casa estaba tranquila, la pareja ya se habían despertado. El novio de mi amiga trajo churro y nos pusimos a desayunar. Ellos dos se iban al mediodía para Gran Canaria (¿Qué tiene esa isla que todos quieren irse para allá...?). La mañana la pasé paseando otra vez por La Laguna y navegando en Internet. Localicé a otro de mis amigos y después de varios mensajes nos citamos en el bar Lucerna (en la misma calle donde me quedaba) a las 15,00. A esa hora llegó mi amigo y nos fuimos a comer una crema de verduras muy buena de primer plato y un 2º intragable. Nos reímos un rato y salimos en busca del e-mail de una amiga en común. Pero localizamos su teléfono y esta a la media hora se trasladó desde La Oratava hasta la Plaza del Adelantado con sus dos pequeños hijos. Me alegré mucho de verla después de muchos años. Mientras nos tomábamos un refresco en el Nivaria y manteníamos una pequeña conversación llamó un amigo que tenía que recogerme en el muelle de Agaete. Hice un cambio de planes apresurado y mi amiga me acercó al muelle de Santa Cruz. Allí tuve que sufrir el retraso de media hora en la salida, más la hora y media de trayecto, pero me lo tomé con mucha calma. A las 21,30 llegamos al Puerto de Las Nieves, allí estaba mi amigo esperando. Lo invité a cenar al chino de Gáldar y nos hinchamos a comer por 15 euros ( self service). Llegué a mi casa a las 23,00. Fin del viaje a Tenerife.
2 comentarios:
Chacho, pues Raúl tiene razón, parece que estoy leyendo al japonés, sólo le falta hablar con los gatos."crónica del filósofo que da sabiduría al mundo".. jejej
Solo faltan algunos detalles más escabrosos, unos toques de picardía. Que si hubo tracatraca o no.
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