Después de acabar mi odisea me escapé unos días a Tenerife para saludar a los amigos. De estar pensando en bajar a comprar el libro electrónica a Las Arenas cambié de opinión y llamé a un amigo para que me llevara al puerto de las Nieves, y me compré el pasaje. Durante el trayecto mi “buen amigo” me comentaba que había sido muchas veces esclavos de sus PASIONES...¿Y quién no...? pero saberlo (conocer LA SOMBRA), es una ventaja..Nos despedimos y subí el aquel barco que al comienzo de su andadura tardaba “50” minutos. Ahora va por 70, 80 ó 90....Me esperaba una AMIGA con su pequeño hijo...Después de... ..¿Cuanto tiempo...? Pudimos salir del laberinto de Santa Cruz. Me dejó en la Plaza del Cristo, calle La Rúa donde me recibió el inquilino de la casa de la fotografía, pero eso si con un tobillo inflamado y dolorido de su viaje al país Vasco. Después de un conversación de..........Me trasladé al Strasse donde había quedado con mi amiga. Nos fuimos a tomar un bocata al bar Benjamín. Al poco tiempo se nos acercó un antiguo compañero, pero no venía solo, tenía un vaso en la mano y por su conversación se veía que no había sido el único que se había bebido. Después de escuchar su ¿Discurso …? Se alejó...¡Uf....! Al salir del bar, lo intentó otro que acompañaba a mi compañero, pero a este lo dejé con la palabra en la boca. Acompañé a mi amiga a su coche y me fui a visitar a otra “compi” que vive al principio de la calle Heraclio Sánchez. Muy relajados, hablamos un poco de todo. Yo estaba muy agradecido, pues ella había aprobado el año anterior y me había dejado la unidad didáctica y la programación para que me sirviera de guía. A las 22,30 volví al piso del laboratorio de fotografía. Tuve una conversación a mena con mi amigo hasta las 23, 30 (obviando su accidentado recibimiento) y me fui a dormir.
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