martes, 11 de agosto de 2009

House Of Saddam. Miniserie



No fue hasta que el fin de semana le dejé a Ángel los cuatro capítulos de “House of Saddam” que caí en la cuenta de que no había comentado esta serie; aunque creo haberla mentado en alguna reunión

Con otro producto de calidad, HBO, junto con BBC, se desmarca del resto con esta miniserie que cuenta- con admirable producción y ambientación, y un exhaustivo trabajo de investigación -la llegada al poder de Saddam Hussein en 1979 como presidente de Irak y su detención por el ejército norteamericano en 2003. Dividida en cuatro capítulos de más o menos una hora de duración cada uno, comienza con la “invitación” por parte de Saddam Hussein y sus fieles lacayos al entonces presidente Ahmed Hassan al Bakr a dimitir en su favor. Un golpe de estado sin levantar polvo que se lleva a cabo en el séptimo cumpleaños de la nieta del hasta entonces delegado del gobierno Hussein y que acaba con la vida de muchos disidentes” estorbos” en su ansia por hacer de Irak una nación próspera y respetada en el mundo árabe. El segundo capítulo se centra en la dura y larga guerra contra Irán, y el aplastamiento de las ideas unitarias del ayatolá Khomeini, que lleva a Irak a una ruina total unido al conflicto con Kuwait y el posterior bloqueo al que es sometida la nación. En 1995 la ONU envía a sus ojeadores a Irak con el fin de hallar armamento nuclear y es en esta tercera parte de la serie donde Saddam se topa con los traidores a la patria. Su yerno y mano derecha, Hussein, lo traiciona ante la CIA y huye a Jordania con su hermano y las hijas de Saddam y las fosas comunes crecen en el país gobernado con mano de hierro (la escena de cómo un escultor toma el molde del brazo de Saddam para realizar una enorme escultura es especialmente significativa). El capítulo cuarto narra los meses que S. Hussein pasó escondido en Tikrit, su tierra natal, en una cabaña junto al río mientras sus leales siervos, ya sólo tres, le construyen el túnel refugio en el que fue hallado, capturado y más tarde ajusticiado en la horca.

El actor Ingal Naor lleva a cabo una caracterización sobresaliente de Saddam Hussein, un personaje que en esta serie es retratado como idealista, soberbio, obsesivo con el poder, implacable con la deslealtad y con la certeza divina de ser intocable e imbatible. El guión se aleja bastante de la habitual propaganda yanki victoriosa, centrándose en la figura del patriarca de una “familia” rota por el poder y el lujo, llena de personajes oscuros y maquiavélicos, como su hijo Uday, el primogénito, un lunático drogadicto y siempre armado. La trama, desde el primer capítulo, es adictiva: los entresijos de palacio, las reuniones del gabinete de crisis, los vis a vis de Saddam y sus fieles sin opinión… Mezcla imágenes reales de desfiles y bombardeos, y con diferencia el cuarto capítulo es el de más tensión, presentando al Presidente atemorizado, escondido en el agujero, mientras arriba, sobre la tapa del zulo, los siervos, aún encañonados, se niegan a traicionarle hasta el último aliento. No es un documental. No creo, como he llegado a leer, que se pueda llegar a sentir cierta “empatía” con Hussein como un personaje novelado como para “best-seller” televisivo. Es una propuesta arriesgada (la HBO está acostumbrada, ahí está “Generation Kill”, sobre el día a día de un joven escuadrón de reconocimiento los primeros días de la invasión a Irak; otra recomendación que hago), cruda, en momentos incomoda a la vista y que hay que ver con la distancia de la realidad/ ficción.

En mi opinión, el único "pero" que se le puede recriminar a esta serie es la falta de riesgo total al rodarla integramente en inglés; además en un inglés muy cerrado y gutural... inglés hablado por irakies en definitiva: que en ocasiones resulta hasta grotesco. Los productores argumentarán que así es más "vendible" y se ahorran los "incómodos" subtítulos. Mel Gibson lo haría, seguro.

R.M.V.


1 comentario:

Modesto González dijo...

A mí me recomendaste la serie. La vi por las páginas de torrents, a ver si me decido de bajarla y a verla. La de Generation Kill también me la recomendaste. Todo es por etapas; a veces tenemos ganas de risas y a veces tenemos ganas de guerras. Pero bueno, siempre está bien bajarla y tenerla ahí quieta esperando el momento de verla.